La sala de entrenamiento de las Special Forces estaba iluminada por luces frías, el ambiente cargado de tensión. Takeda entró al lugar con una mezcla de curiosidad y nerviosismo, viendo a Jax Briggs parado en el centro, cruzado de brazos y con una expresión seria.
—¿Quería verme, señor? —preguntó Takeda, tratando de sonar tranquilo mientras ajustaba los guantes de entrenamiento.
Jax lo miró fijamente, su postura imponente.
—Sí, Takeda. Pensé que era hora de que tuvieras una... sesión de entrenamiento personalizada conmigo.
Takeda tragó saliva, sospechando que había algo más detrás de esa invitación.
—Esto es porque salgo con Jacqui, ¿verdad? —preguntó, sin pensar demasiado en sus palabras.
La reacción de Jax fue inmediata. Sus ojos se agrandaron y su expresión pasó de seria a furiosa en un instante.
—¿¡Sales con Jacqui!? —rugió, dando un paso al frente mientras apretaba los puños con fuerza suficiente como para que sus prótesis emitieran un leve zumbido.
Takeda levantó las manos en un intento de calmarlo, pero su nerviosismo lo traicionó.
—Muy bien, Takeda... eres un genio...
Antes de que pudiera decir algo más, Jax avanzó rápidamente. El sonido de un golpe resonó en la sala, seguido de un grito y el estruendo de una pared siendo atravesada por el cuerpo volador de Takeda.
En el pasillo fuera de la sala de entrenamiento...
Kung Jin, que pasaba casualmente por ahí, se detuvo al ver a Takeda incrustado en la pared, con polvo cayendo a su alrededor.
—¿Otra vez? —preguntó Jin, alzando una ceja mientras Takeda intentaba desincrustarse.
Takeda se sacudió el polvo, levantando un dedo como si estuviera a punto de explicar.
—No digas nada... sé que fue mi culpa.
En ese momento, Jax salió de la sala de entrenamiento, con los brazos cruzados y su mirada fija en Takeda.
—Esto fue solo el calentamiento, muchacho. Ahora, vuelve aquí.
Takeda suspiró profundamente, lanzándole una mirada de súplica a Kung Jin.
—¿Un poco de ayuda aquí, amigo?
Kung Jin sonrió, divertido.
—Ni en un millón de años. Suerte con eso.
Mientras Takeda se levantaba con resignación y volvía a la sala, Jax lo observaba con una mezcla de enojo y determinación.
—Si quieres salir con mi hija, muchacho, tendrás que demostrar que puedes protegerla... y soportarme a mí.
Takeda tragó saliva, sabiendo que tenía una larga sesión de entrenamiento (y tortura) por delante.
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One Shots random de Mortal Kombat
ЮморAcompaña a Liu Kang y Kung Lao cuidando a los iniciados en el Templo Shaolin, ríete con las locuras de Johnny Cage en sus fiestas extravagantes, y llora con los héroes en momentos de pérdida y sacrificio. El contenido va dirigido de fans para fans