Gata rompehogares

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El restaurante de Bo' Rai Cho estaba decorado con faroles rojos, banderines dorados, y la mesa estaba llena de platos tradicionales que el maestro había preparado con dedicación. Los monjes Shaolin, Liu Kang, Kung Lao, y Kai, disfrutaban de la velada, mientras el maestro de la embriaguez levantaba su copa repetidamente, asegurándose de que todos se sintieran bienvenidos.

Después de unas cuantas copas de sake y vino de arroz, los tres chicos estaban claramente más relajados y con los ánimos en alto.

—Hace tiempo no salíamos juntos —comentó Liu Kang, mirando a sus amigos con una sonrisa.

Kung Lao, que ya estaba un poco más suelto por el alcohol, levantó su copa con una sonrisa burlona.

—¡Oh, sí! Ya entendimos, señor "tengo una novia en Edenia".

Liu Kang levantó una ceja, divertido.

—¿Estás celoso?

Kung Lao dejó su copa con un golpe leve sobre la mesa, su tono ofendido pero exagerado.

—No...

Kai, que había estado observando en silencio, se rió entre dientes.

—Está celoso.

Kung Lao lo fulminó con la mirada.

—¡No estoy celoso! Simplemente, antes lo hacíamos todo juntos. Y ahora, cuando llegamos de una misión o cuando regresas de Edenia, apenas me hablas o me miras.

Liu Kang lo miró con una mezcla de sorpresa y diversión.

—Estás celoso.

Kung Lao levantó un dedo, apuntando a Liu Kang con seriedad, aunque su rostro estaba un poco rojo por las copas.

—¡No estoy celoso!

Liu Kang se cruzó de brazos, adoptando un tono deliberadamente calmado.

—¿Quieres que me vaya y pase el Año Nuevo Chino en Edenia?

Kung Lao abrió los ojos, claramente ofendido por la sugerencia.

—¡Tú te quedas aquí! Ellos ni siquiera lo celebran.

Kai, incapaz de contenerse, soltó una carcajada mientras tomaba un sorbo de su bebida.

—Esto es mejor que cualquier historia de Bo' Rai Cho.

Bo' Rai Cho, que había estado observando la escena desde la barra, se acercó con un jarro lleno y una sonrisa amplia.

—Muchachos, esta noche no es para discusiones. ¡Es para celebrar! Y Kung Lao, si estás celoso, simplemente dilo.

Kung Lao cruzó los brazos, mirando hacia otro lado mientras los demás reían.

—No estoy celoso...

Liu Kang puso una mano en el hombro de Kung Lao, sonriendo con sinceridad.

—Hermano, siempre tendrás un lugar conmigo. Lo sabes, ¿verdad?

Kung Lao resopló, pero no pudo evitar sonreír ligeramente.

—Sí, sí. Solo no me hagas bailar con Bo' Rai Cho, ¿de acuerdo?

Bo' Rai Cho levantó una ceja, fingiendo indignación.

—¡Oh, Kung Lao! Eres el único que pierde si no bailas conmigo.

One Shots random de Mortal KombatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora