Convenciendo a la patrona (sale bien)

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Sonya Blade permanecía firme en la sala de estar de Jax, con los brazos cruzados y una expresión que podría cortar acero. Jax, atrapado en una situación que nunca pidió, intentaba calmar las aguas mientras Johnny Cage, de pie en la entrada, parecía un cachorro regañado.

—Lo siento, viejo, pero está hecha una fiera. No creo que sea buena idea —dijo Jax mientras lanzaba una mirada de advertencia a Johnny.

Johnny levantó las manos en un gesto suplicante.

—Vamos, Jax. Tiene que haber algo que puedas hacer. Estoy dispuesto a... a lo que sea, ¿ok?

Jax suspiró y negó con la cabeza.

—Cage, ya lo intenté todo. Le preparé su té favorito, le ofrecí hablar, hasta intenté poner su música de entrenamiento. Pero me amenazó con arrancarme las prótesis si continuaba.

Johnny puso una cara de horror exagerada.

—¡Eso es violencia doméstica, Jax!

—Nah, eso es Sonya Blade cuando está furiosa. Y seamos honestos, viejo, te lo buscaste.

Johnny frunció el ceño, ofendido.

—No soy tan mal tipo, ¿o sí?

Jax se cruzó de brazos y se inclinó hacia él.

—Cage, todo esto empezó porque montaste una fiesta en tu casa durante tres días seguidos. Invitas a toda la industria de Hollywood, llenas el lugar de alcohol, drogas y, sí, putas. Todo esto mientras te olvidaste del aniversario de tu boda.

Johnny titubeó, buscando una defensa, pero al final solo se encogió de hombros.

—¿Quién cuenta las horas cuando se divierte?

Jax le lanzó una mirada incrédula.

—Sonya. Sonya cuenta las horas. Y los días. Y los insultos. Te sugiero que te consigas un buen plan, Cage. Porque, por lo que a mí respecta, no volveré a ser tu mediador.

Johnny suspiró y levantó una mano como si estuviera haciendo un juramento solemne.

—Lo juro, Jax. No beberé nunca más.

Desde el otro cuarto, Sonya Blade gritó con sarcasmo.

—¡Y no mentirás tampoco, supongo!

Johnny miró a Jax, y este simplemente alzó las cejas, divertido.

—Bueno, Cage, al menos tienes sentido del humor. Vas a necesitarlo.

Johnny se dejó caer en el cesped, frotándose las sienes, mientras reflexionaba sobre cómo enmendar las cosas. Aunque claro, probablemente su próximo plan sería igual de ridículo.

Mas tarde, Johnny, armado con su fiel guitarra acústica, se plantó bajo la ventana de Jax, donde Sonya Blade había estado refugiándose. La noche estaba tranquila, y la brisa suave le daba un aire casi romántico a su plan desesperado.

Jax, al escuchar los primeros acordes, salió al porche, cruzándose de brazos.

—Cage, ¿en serio? —dijo, mirando incrédulo.

Johnny lo ignoró mientras comenzaba a cantar con todo el sentimiento que podía reunir:

"Te me escapaste
Y yo quedé indefenso
Me desarma pensar que es mi culpa
Que seas un recuerdo..."

Sonya apareció en la ventana, con una ceja levantada y una expresión que oscilaba entre la incredulidad y el deseo de arrojarle algo pesado.

—¿Qué demonios estás haciendo, Johnny? —preguntó, aunque su tono tenía un toque de curiosidad.

Johnny, sin perder el ritmo, alzó la mirada hacia ella.

—Expresando mi amor y arrepentimiento de la única forma que sé hacerlo: siendo un completo idiota.

Continuó cantando, cerrando los ojos dramáticamente mientras tocaba los acordes con pasión:

"Nunca te pude hablar
Nunca te pude hablar y ya
Duele porque al final
No quiero contar todos los besos...

Que nunca llegaron a tu boca

Siguen esperando tu regreso para volverte loca

No quiero contar cuántas canciones
No bailé contigo por cobarde
Como deben ser tantos millones, no sé cuánto me tarde
No quiero contar todas las cosas
Que a final de cuentas sé que nunca hicimos
No quiero contarlas

Porque sé muy bien que si las cuento, tal vez no termino"

Sonya se cruzó de brazos, tratando de mantenerse firme, pero no pudo evitar reprimir una sonrisa al escuchar la letra. Jax suspiró desde la puerta.

—Te daré crédito, Cage, tienes agallas. Pero también tienes un pésimo gusto musical.

Johnny siguió cantando, ignorando el comentario.

"Oh oh oh oh 

Oh oh oh oh

Si yo tan solo hubiera actuado a tiempo
No tendría que escuchar más rumores de donde te esconde-, eh eh eh, eh eh eh, eh eh eh, -es
Tú no estarías volando con el viento, oh
Ni yo solo en un taxi jugando e inventarme tu nombre, eh eh eh, eh eh eh, eh eh eh, eh
Nunca te pude hablar
Nunca te pude hablar y ya
Duele porque al final
No quiero contar todos los besos
Que nunca llegaron a tu boca
Siguen esperando tu regreso para volverte loca
No quiero contar cuántas canciones
No bailé contigo por cobarde
Como deben ser tantos millones, no sé cuánto me tardeNo quiero contar todas las cosas
Que a final de cuentas sé que nunca hicimos
No quiero contarlas
Porque sé muy bien que si las cuento, tal vez no termino... 
Oh oh oh oh"


Cuando terminó la canción, bajó la guitarra y miró a Sonya con ojos llenos de esperanza.

—¿Entonces? ¿Me perdonas? —preguntó, con una mezcla de seriedad y su clásica sonrisa arrogante.

Sonya lo miró en silencio durante unos segundos, antes de suspirar profundamente.

—Te doy puntos por el esfuerzo, pero eso no significa que estés fuera de peligro, Cage. —Su tono era firme, aunque había un leve destello de ternura en sus ojos.

—¡Eso suena a un tal vez! —dijo Johnny, levantando los brazos en señal de victoria.

Sonya sacudió la cabeza y cerró la ventana de golpe, aunque no sin que antes se escapara una pequeña risa.

Jax, viendo la escena, sonrió y le dio una palmada a Johnny en el hombro.

—Eres un caso perdido, viejo.

—Un caso perdido con estilo, Jax. Eso no lo olvides.

One Shots random de Mortal KombatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora