La furia de la patrona

27 3 0
                                    

La noche había caído sobre la provincia de Henan, y la serenidad de la plaza central se vio interrumpida por una extraña escena. Johnny Cage, el legendario actor y miembro del equipo que protegía la Tierra, yacía inconsciente en una fuente, mojado de pies a cabeza y con una expresión que alternaba entre el cansancio y la resaca.

Kung Lao, quien había salido a estirar las piernas después de un entrenamiento, lo encontró primero.

—Por los dioses... —murmuró Kung Lao mientras se inclinaba sobre Johnny—. ¿Qué hiciste esta vez, Cage?

Con esfuerzo, levantó al actor y, a pesar de las quejas de algunos transeúntes, lo llevó en su hombro de regreso al templo. La caminata fue larga, y Johnny no dejaba de murmurar palabras sin sentido.

—Vente pa acá, mami... —balbuceó Johnny antes de dejar escapar un ronquido.

Cuando Kung Lao finalmente llegó a Wu Shi, encontró a Liu Kang meditando en el patio principal.

—¿Qué pasó? —preguntó Liu Kang al verlo entrar con Johnny, completamente empapado y todavía inconsciente.

Kung Lao dejó caer a Johnny con cuidado sobre un banco cercano y suspiró.
—Así lo encontré... Tirado en una fuente cerca de la plaza. Ni idea de cómo llegó allí.

Liu Kang se acercó, observando a su amigo con preocupación.
—Es mejor que descanse. Parece... bueno, Johnny siendo Johnny.

Kung Lao se cruzó de brazos, con una expresión preocupada.
—Sonya va a matarnos.

Liu Kang dejó escapar un leve suspiro, con una mezcla de resignación y humor.
—Quisiera decir que no, pero... sabemos que encontrará la forma de decir que esto es nuestra culpa.

Ambos se quedaron en silencio un momento, observando al inconsciente Johnny que ahora roncaba suavemente. Liu Kang se llevó una mano al mentón, pensando.

—Podríamos intentar limpiar su ropa y dejarlo presentable antes de que Sonya venga a buscarlo —sugirió.

Kung Lao levantó una ceja.
—¿Crees que Sonya no va a notar el olor a fuente estancada y el hecho de que está medio muerto?

—Es mejor intentarlo que quedarnos aquí esperando su furia —respondió Liu Kang, mientras comenzaba a quitarle los zapatos a Johnny.

Kung Lao suspiró, resignado.
—Bien, pero si Sonya nos grita, tú explicas esto.

Liu Kang sonrió con calma.
—Claro, Kung Lao. Claro.

Mientras ambos se preparaban para encargarse de su amigo, Johnny, mirando a Kung Lao, dejó escapar otra frase incoherente en su sueño, recordando vagamente el linaje de su compañero.

— Oye, tú... ¿No dijiste una vez que a tu ancestro se lo culiaron en grande o algo así?

Kung Lao negó con la cabeza, mientras Liu Kang soltaba una pequeña risa. Cuidar de Johnny Cage siempre era una aventura inesperada, pero al menos, esta vez, podían decir que había sido algo tranquilo. Por ahora.

One Shots random de Mortal KombatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora