One Shots random de Mortal Kombat

La guerra de los clones 1/2

El ambiente en el Outworld de Shao Kahn estaba cargado de tensión luego de su fallida invasión hacia la tierra. Los pasillos resonaban con el sonido de pasos pesados y la vibrante energía de las fuerzas del Emperador, pero hoy había algo más en el aire: el resultado de una macabra experimentación.En un laboratorio oscuro y sombrío, tres figuras estaban de pie, inmóviles, bajo la mirada fija de Shao Kahn. Los clones de los guerreros más poderosos de la Tierra, creados por el oscuro hechicero Quan Chi, esperaban para ser puestos a prueba.Shao Kahn observó con satisfacción a los tres clones alineados frente a él. 

 — Felicidades, brujo. Veo que has tenido una excelente idea. Ahora tenemos a tres nuevos guerreros a nuestro servicio. ¡Cómo me gustaría ver la cara de Raiden cuando se entere de esto! —dijo con una sonrisa cruel. 

 Quan Chi, quien permanecía a su lado, no mostraba ninguna emoción, pero su voz resonó en la habitación. 

 — Lamentablemente, aunque he podido dotarlos de inteligencia propia, no he conseguido que puedan hablar. —respondió, con un tono de desaprobación hacia su propio trabajo. 

 Shao Kahn soltó una risa baja y malévola, que llenó la sala. 

 — Una falla menor que puedes corregir más tarde, Quan Chi. Por el momento, necesito que sean probados en un escenario real. —ordenó, con un tono lleno de autoridad.

 Quan Chi, con una mirada de satisfacción en su rostro desfigurado, dio un paso adelante y levantó la mano. 

Los tres clones permanecieron inmóviles, esperando la orden de su creador. Los ojos de Hornbuckle, el clon de Liu Kang, brillaban con una intensidad calculada. Aynos, la versión clonada de Sonya Blade, mantenía una postura firme, lista para seguir cualquier comando. Y finalmente, Pesina, el clon de Johnny Cage, estaba parado de forma relajada pero con una mirada feroz que reflejaba la personalidad arrogante del hombre que lo había inspirado.

Quan Chi asintió, aceptando la crítica. 

 — Han sido creados para obedecer vuestra voluntad, emperador —respondió con una leve inclinación de cabeza.Shao Kahn caminó alrededor de los clones, inspeccionándolos de cerca. Aunque los había creado a su medida, el hecho de que no pudieran hablar le generaba cierta incomodidad. Sin embargo, él tenía otros planes.

 — Muy bien, mis nuevos campeones. Es hora de ponerlos a prueba. Veremos si su habilidad de combate supera la de los originales.Con un gesto de la mano, Shao Kahn señaló hacia una gran puerta de acero en el extremo de la sala. La puerta se abrió lentamente, revelando un vasto campo de batalla que se extendía hacia el horizonte, con trampas mortales y enemigos esperándolos. Los clones permanecieron quietos, pero en sus ojos brillaba un destello de agresión.Los tres clones comenzaron a caminar hacia el campo de batalla sin emitir palabra alguna, pero sus movimientos eran ágiles y perfectamente coordinados, como si ya comprendieran lo que se esperaba de ellos. 

 Quan Chi observó en silencio, esperando ver el resultado de su trabajo. Los clones estaban listos, aunque aún carecían de algo fundamental: la capacidad de comunicarse. Sin embargo, su falta de habla no pareció afectarlos en su habilidad para luchar. 

 Shao Kahn siguió a los clones con la mirada, su expresión satisfecha mientras se retiraba a una zona segura del campo.

 — ¡Demuestren lo que pueden hacer! —gritó desde lejos, mientras una ola de enemigos se acercaba a los clones.

Los enemigos que se acercaban al campo de batalla eran una mezcla de guerreros Tarkatanos, soldados del Outworld, y criaturas extraídas de las profundidades de los reinos más oscuros. Shao Kahn los había convocado para que sirvieran como blanco de prueba para sus nuevos guerreros. Los clones, sin embargo, no mostraron ni la más mínima vacilación ante la marea de enemigos que se les venía encima.