ACONSEJABLE ESCUCHAR LA CANCIÓN DE MULTIMEDIA MIENTRAS QUE LEES ESTE CAPÍTULO EN LA PARTE FINAL.
TODOS SABRÉIS CUANDO VAYÁIS LEYENDO EN QUÉ PARTE ES. JEJEJE. ;))
Capítulo veinticino. Lo mejor de mi vida.
NARRA ANA.
Me encontraba rodeada por sus brazos y juro que era sensación más gratificante que había sentido nunca. Estaba en una nube, como en un sueño, un sueño del que no quería despertar jamás. Me había sorprendido que Álex se hubiese abierto así conmigo, aunque, en cierto modo, era consciente de que la confianza entre nosotros había avanzado. Quizás sí que sea importante para él y quizás algo me quería. Algo. Tampoco nos ''ilusionemos''.
Y sí, me gusta.
No solo me gusta, me encanta.
Más o menos.
Álex es una persona problemática, una persona con miles de defectos, una persona interiormente rota y dañada. Una persona de hielo, una persona con caparazones; pero eso era lo que lo hacía perfecto y único. Eso era lo que nos unía a ambos, porque los dos estábamos formados de ruinas.
No lo reemplazaría por nadie y sabía, que cuando él desapareciese de mi vida, nadie, absolutamente nadie, podría ocupar el lugar que dejaría en mi corazón. Quizás era cierto y no era un juego. No era su juego. A lo mejor, todo lo que me decía y hacía, era porque realmente sentía algo por mí. Quizás tendría que dejar de analizar tanto las cosas y confiar en él por una vez, aunque no es que haya tenido muy buenas experiencias cuando he confiado en alguien ha decir verdad...
Evidentemente algo nos unía. No sé si eran nuestros defectos, nuestras grietas o simplemente el destino. Pero algo nos unía. Nos unía hasta tal punto, que solo con rozarnos, un calor inundaba nuestros cuerpos. Una electricidad que iba desde arriba hasta abajo y viceversa. Álex no me convenía, lo sé, pero yo tampoco le convenía a él y por extraño que parezca, sé que se merece a alguien mejor. Se merece a alguien igual de fuerte que él, que valga lo mismo. A alguien que esté a su altura.
—Supongo que te perdono... —comenté separándome de él para poder mirarle a los ojos. Tenía una mirada llena de dolor pero a la vez alegría. Llena de sentimientos. Sentimientos indescifrables. Y daría lo que me pidiesen para saber qué demonios estaba pasando por esa mente tan enrevesada.
—Una vez más... —respondió entristecido. Sabía que Álex se arrepentía de meter tantas veces la pata conmigo, pero he de admitir que muchas veces yo estaba demasiado susceptible y eso empeoraba la situación.
—Álex... —suspiré y él me miró a los ojos. —Yo no puedo enfadarme contigo... —y eso es una gran putada.
Me miró esperanzado, alegre e ilusionado y antes de poder decir nada, sus labios envolvieron los míos en un cálido beso. Nuestros cuerpos se relajaron, se acomodaron, como si fuese lo que necesitásemos desde hace mucho tiempo y al menos, por mi parte, sí que lo era. Sus besos me desplazaban a otro lugar y el tiempo se paraba en ese instante. Toda la vida podría quedarme pegada en ellos, toda la vida podría quedarme con Álex.
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Amor y un chico no tan bueno. (Terminada)
Teen FictionAna, una chica de dieciséis años. Es responsable, buena hija, buena hermana, en todo intenta ser perfecta. Nunca ha hecho locuras y sigue las normas, hasta que lo conoce a él, Álex. Es problemático y todo un experto en el sexo, cosa que Ana desconoc...