Julia :
Cuando llegué a Los Ángeles junto a Kate, mi madre ya estaba esperando en el aeropuerto. Seguramente mi padre le había avisado que había adelantado el vuelo.
No podía imaginar otra razón para verla allí, esperándome con su sonrisa cálida y sus brazos abiertos. Durante el vuelo, había permanecido en silencio, mirando a través de la ventana con el corazón roto.
Las palabras de Jason seguían clavadas en mi pecho como espinas. Jamás imaginé que él, de todas las personas, pudiera lastimarme de esa manera.
Había deseado tanto verlo durante esos dos largos meses. Lo necesitaba. Cada día había contado los minutos para volver a sentir su abrazo, para que al menos él aliviara un poco la carga que llevaba.
En cambio, lo único que recibí fueron palabras envenenadas y una mirada cargada de odio y desprecio.
Kate, como la gran amiga que siempre ha sido, respetó mi silencio durante todo el vuelo. No intentó hablar ni forzar una conversación; simplemente tomó mi mano y la sostuvo, dejándome sentir que no estaba completamente sola.
Cuando finalmente bajamos del avión, el calor de Los Ángeles me envolvió, pero no logró disipar la sensación de vacío que llevaba dentro.
Mi madre me abrazó con fuerza, como si pudiera percibir que algo en mí no estaba bien. Jeffrey, como siempre, fue amable y afectuoso, tratándome como si fuera su propia hija.
-¿Estás bien, cariño? -preguntó mi madre, inspeccionándome con esos ojos que parecian verlo todo.
Le sonreí con esfuerzo, tratando de parecer cansada, no rota.
-Sí, solo es el cansancio del vuelo. Nada más -
Pero ella no parecía convencida.
-Tu padre me dijo que discutiste con Jason. ¿Te lastimó? - El dolor debía estar reflejado en mi rostro, porque su voz se suavizó, y su preocupación era evidente.
No quería que ellos supieran lo que Jason me había dicho. No quería que se enojaran con él ni que lo juzgaran por una discusión que, en el fondo, no entendían.
-Fue una tontería, mamá. Nada importante. Solo estábamos tensos -
Ella no pareció del todo convencida, pero dejó el tema. Cuando llegamos a casa, Kate intentó animarme.
-¿Quieres salir a cenar? Brandon está en la ciudad y podríamos pasar un buen rato, será divertido -
Negué con la cabeza.
-Gracias, Kate, pero necesito un poco de tiempo sola -
Ella no insistió. Sabía que no había nada que pudiera forzar en ese momento. Mi madre y Jeffrey también me invitaron a cenar con ellos, ya que tenían un compromiso, pero volví a sonreír y decliné.
-Estoy cansada, tal vez en otra ocasión, necesito un día de paz, mañana debo ver a Conrad, y mis energías se esfuman - Respondí torciendo la boca, tratando de bromear en medio del caos que era mi vida.
Cuando finalmente estuve sola, me recosté en el enorme sillón de la sala.
La mansión tenía ese aire frío y moderno, con un televisor de pantalla plana que ocupaba casi toda la pared, sistemas de sonido que parecían sacados de una película futurista y muebles impecables que parecían más de exhibición que para el uso diario.
Encendí el televisor y empecé a cambiar de canal sin prestar mucha atención, pasando por programas y películas hasta que me detuve en un documental.
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Desearía...
Roman d'amourEn un mundo donde los deseos son más poderosos de lo que imaginamos y los celos pueden desatar tormentas, surge una historia donde la búsqueda de un lugar perfecto se convierte en la clave para alcanzar todos los sueños. En este rincón especial, do...