Aria siempre ha sido una chica risueña y alegre, capaz de encontrar el lado divertido de cualquier situación. Pero su optimismo es puesto a prueba cuando su madre decide mudarse con su nueva pareja. Ahora, Aria se enfrenta a un desafío mayor: adapta...
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"A veces, el dolor más grande no es el que sientes, sino el que te niegas a dejar ir.".-Harley
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HARLEY
Dolor, dolor era lo que sentía en esos momentos. No sé cuántas veces le marqué a Aria, no sé cuántos mensajes le dejé, no sé cuántas horas me tiré llorando en mi cama. Nunca me había pasado eso, ni siquiera con Stacy. Si bien es cierto que con ella sufrí, en esos momentos, al saber que Aria me había dejado, era como si me hubieran arrancado el corazón y lo hubieran destrozado y pisoteado sin compasión. No sabía de dónde había salido eso, desconocía quién había sido la persona miserable que había metido mierda entre las dos.
Mi primer pensamiento fue Stacy; fue la primera persona que me vino a la mente cuando me leyó lo que supuestamente había dicho. Una rabia cegadora se apoderó de mí, noté cómo la sangre me hervía, sentía el dolor de la traición, del vacío, y no lo dudé. No lo pensé demasiado, simplemente salí de mi cuarto. Vi a mi padre con Lidia, quien estaba llorando, seguramente porque Aria ya le había comentado que se quedaría en Francia más tiempo del que creía. Vi que mi padre la estaba consolando, vi la pena en sus ojos, esos que me dejaron una sensación de angustia.
Enseguida, los dos dirigieron su mirada hacia mí. Al igual que yo, tenían los ojos rojos a causa de las lágrimas que habían derramado. Sentía cómo mi cuerpo me pesaba, me sentía tan sumamente mal que no creía que eso fuera posible. Había vivido rupturas, pero esta, sin duda, era la peor. Lidia esbozó una sonrisa, rápidamente se quitó las lágrimas y, sin dudarlo, me abrazó.
Mi primer impulso fue apartarla, no me gustaba que me abrazasen cuando estaba mal, pero me encontré aferrándome a ella, abrazándola como si mi vida dependiera de ello. Más lágrimas salieron de mis ojos y no pude más; simplemente me dejé llevar por el dolor que estaba sintiendo.
—No sé qué ha pasado, estábamos bien y alguien ha metido mierda... y ahora Aria no quiere saber nada de mí —mi voz salió entrecortada; noté ese hipo que te causa llorar tanto.
—Harley, quiero que me expliques qué ha pasado entre vosotras dos. Se os veía bien y, además, se os veía tan enamoradas —dijo su madre. Me quedé paralizada, no sabía qué decir.
