Capítulo 40

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"A veces, la única manera de liberarse de lo que nos atormenta es enfrentarlo sin arrepentimientos, aunque eso signifique perderlo todo en el proceso

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"A veces, la única manera de liberarse de lo que nos atormenta es enfrentarlo sin arrepentimientos, aunque eso signifique perderlo todo en el proceso.".-Aria

-Aria

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ARIA

Mi padre me miró y ladeó la cabeza. Podía sentir culpa, pero en esos momentos lo único que sentía era alivio, sentía que me había quitado un peso de encima. Una sonrisa se formó en mi rostro, puesto que ya sabía la verdad, ya sabía todo lo que había pasado.

El policía me miró, movió la cabeza de un lado a otro. En una de las celdas estaba Verónica. Cuando la miré, no pude evitar que el pecho se me hinchara.

—Señorita, ¿usted sabe que es acusada por agresión, verdad? —me dijo el policía lentamente.

—Sí, señor —dije como si nada.

—¿Entonces por qué sonríe? Dé gracias a que no tiene antecedentes y que solo se ha quedado en una riña entre dos chicas jóvenes, pero es serio, señorita.

—Lo sé, señor agente, pero no me arrepiento de lo que hice. Esa zorra se lo buscó.

—¡Aria! —me recriminó mi padre.

Me encogí de hombros. Nadie me iba a quitar la sonrisa, nadie me iba a quitar la sensación que sentía en esos momentos.

Dos horas antes...

No sé qué hacía en ese sitio, en esos momentos lo único que deseaba era estar en mi casa, pero algo dentro de mí me decía que tenía que ir, que iba a averiguar algo. Harley había dejado de llamarme, cosa que, en cierta manera, me preocupó, pero luego me recriminé a mí misma por sentirme de ese modo. Ella me había hecho daño, no debía preocuparme por ella. Pero no lo pude evitar, la quería demasiado, tanto que hasta sentía que me faltaba el aire cuando no estaba con ella. En esos momentos podía decirse que era su esclava, y me jodía demasiado tener esa sensación.

En esos momentos ni siquiera me había dado cuenta de que lo primero que había cogido de mi armario era una sudadera que en su momento le robé a Harley. Aún estaba impregnada de su olor y, simplemente, cuando lo percibía, sentía cómo los ojos me picaban, me hacían débil, pero no sé... simplemente me la puse, quizás de manera instintiva, quizás porque, en cierta manera, aún no podía separarme de ella y necesitaba tenerla cerca o, al menos, sentir eso, que estaba a mi lado.

Perdona Si Te Llamo Amor-Primer Libro De La Saga: Perdona Si Me Enamoro- EDIT1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora