12

1.1K 77 15
                                    

12

    La doctora Hobbs me dejó salir al día siguiente, junto con las indicaciones correspondientes. Ya saben: estar en cama, no hacer esfuerzos excesivos hasta la siguiente consulta programada. La misma mierda de siempre: flojear pero con autorización médica.

    El único problema era que Ashton se había tomado demasiado en serio las instrucciones médicas, y ahora sólo podía levantarme de la cama para ir al baño. Su dictadura empezó desde el momento en que pisamos el apartamento: desayunaba en cama, luego era transportada a la sala el resto del día para luego regresar al dormitorio. Me llevaba contra mi voluntad entre sus brazos, a pesar de que la doctora dijo que no era necesario, y dormía en el sofá todas las noches. Ciertamente, contra mi voluntad.

     Incluso llegó a niveles crítico al empeñarse en aprender a cocinar, y tenía que limitarme a ser su conejillo de indias. "No podía sobrevivir de comida precalentada y comida rápida", era su fundamento principal. Creo prefería ignorar el hecho de que sí había estado viviendo en base a eso.

    Luego de la estadía en el hospital, éramos casi inseparables. Poco a poco, eliminábamos el rastro del silencio y la distancia impuesta entre nosotros. Estábamos juntos en los momentos en donde la conversación no moría entre los dos y cuando no había en absoluto, disfrutando de la compañía del otro. Había encontrado un nuevo pasatiempo en molestarle hasta el punto de enfurruñarlo, y él me hacía sentir menos extraña por mi aumento en grasa. Nuestra dinámica era simple y delicada, algo que ambos no estábamos completamente seguros de nombrar.

     A pesar de mis reservas, su compañía estaba pasando a algo muy similar a la necesidad: estaba en las puntas de mis dedos cada vez que estábamos cerca; en la inestabilidad de mi postura cuando me transportaba de habitación, queriendo acurrucarme en la curvatura de su cuello y ocultarme allí para siempre. 

    Así que allí me encontraba, acomodada en el sofá terminando los últimos detalles de mi nueva pintura con una comedia barata americana de fondo en la tele, pero bastante distraída revisando por el rabillo del ojo a un frustrado Ashton absorto en vigilar la cacerola metálica hervir. Su cuerpo naturalmente rebosaba en vitalidad, cada parte sincronizada en su propio ritmo: si no estaba frente a la cocina, se movía para cortar condimentos o lavar los utensilios. En un movimiento fluido, toma un paño de cocina y destapa la olla, observando con el ceño fruncido el interior. Lo veo luchar con la bendita cacerola, agitándola de un ángulo al otro y metiendo su cabeza.

    Se suponía que estaba haciendo pasta. No me atreví a preguntar.

    — Esto debe funcionar— musita para sí mismo, pero aún así lo escucho.

    — Ya había escuchado eso antes, ya sabemos que los anticonceptivos son un mito— me da una mirada, ofendido, y finjo parpadear en inocencia, sin dejar de dar puntadas en la mezcla de mi cabestrillo— ¿Qué?

    — Eres muy mala— gruñe, y a pesar del aire juguetón en el que crispa el rostro, sus labios se fruncen en un puchero. Era hilarante verlo defender su estado de amo de casa, pero sabía cuándo retirarme de una pelea.

    Levanto las manos en señal de rendición, aprovechando el merecido descanso para limpiarles con un paño y colocarlas sobre la fábrica de mi enorme camiseta, en el botón sobresaliente que correspondía a mi vientre. Había perdido el miedo a sentir el motículo y lentamente pasó a convertirse en uno de mis vicios, posar las manos en él como un nuevo descubrimiento.

    — Solo decía que podíamos pedir algo a domicilio, como esa comida tailandesa y ya...

    — ¡No!— corta con un tono infantil. En su delantal de koalas amarrado de su cintura y cubierto por todas partes de harina (por alguna razón) se veía completamente adorable, pero no lo suficiente para perdonarle de mi creciente subida de peso— Tú, Jude Clawson, estás a punto de probar los mejores espaguetis de toda tu vida.

The Great and Beautiful Mistake ♂ Ashton Irwin ♀[EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora