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    Empieza con un retraso.

    Aquel día, Mónica se olvida de despertarme a la hora pautada, por lo que nos retrasamos cuarenta segundos en mi rutina matutina. Por esos cuarenta minutos, tardamos cinco minutos de más en bajar a las escaleras, saludar a Stu y entrar a la van de mi mejor amiga. Sin embargo, Mo tiene que regresar al departamento en busca de su chaqueta.

    Gracias a aquel retraso, llegamos tarde a la consulta con la doctora Hobbs. Perdemos la primera cita, así que nos deja tres minutos de mi amiga discutiendo con la secretaria. Se pauta una nueva cita, y tenemos que quedarnos en el consultorio por tres horas hasta ese turno. Noel llega temprano para acompañarnos, debido a que la dueña de la panadería lo deja salir temprano gracias a unas horas extras y que hizo varias semanas atrás.

    Mi doctora nos adelanta nuestra cita ya que tiene que ir a la boda de su hermana. Lidia con los aparatos por diez minutos hasta que por fin está lista para la ecografía. Luego que terminamos, tardo un minuto en quitarme el gel de mi estómago y dos minutos en incorporarme en la silla.

    Luego de esa consulta, Noel nos invita a comer en un local que pertenece a su tío y que queda a treinta minutos del consultorio. Durante el viaje, se me antoja unas rosquillas, así que nos detenemos en un pequeño quiosco en donde las compramos exageradamente baratas. Al llegar al local, Noel nos presenta a su tío, el cual tarda tres minutos en recibirnos gracias a que pierde sus chicles que lo ayudan a lidiar su hábito de fumar. Nos introduce a todos los trabajadores en la barra y en la cocina. Esto, más lo que tardamos en ordenar y recibir la comida, tarda aproximadamente dos horas. Para cuando salimos del local, ya es la una y media de la tarde.

    Nos quedamos atascados en el tráfico debido a una remodelación en una de las calles, así que Mo tiene que tomar el camino largo hacia casa. Cuando llegamos al departamento, paso más de media hora viendo una película, período en el cual decido no ir al grupo de apoyo. En ese intervalo recuerdo dos cosas: escribirle a Ashton para saber si su vuelo había partido y  que dejé mi cartera en el grupo de apoyo.

    Mi partida tarda doce minutos ya que Mónica no me puede llevar, tengo que buscar mis zapatillas y mi teléfono se queda sin batería. Esto, además de volver a bajar a las escaleras e ir a la parada de autobús, me hace retrasar nueve minutos. Durante el trayecto al edificio, juego con mis dedos en mi regazo, ya que he dejado mi teléfono en casa cargándose.

    Cuando llego al edificio, me quedo por varios segundos en la recepción para preguntar sobre si queda alguien en el grupo de apoyo. La secretaria, quien rompió con su novio justo ese día, se encuentra en el baño de mantenimiento, llorando y viendo las antiguas conversaciones con él y tengo que persuadirla por tres minutos para adquirir la información que necesito y convencerla que el tipo es un patán. Así que, resignada y un poco harta de toda esta situación, me subo en el elevador, cantando por debajo la música de espera.

    Siempre me detengo en ese momento, pensando en lo que pudo haber pasado. En cada minuto, cada segundo desperdiciado. ¿Qué hubiera pasado si Mo me hubiera despertado temprano, si no nos hubiéramos detenido a saludar a Stu? O ¿Qué hubiera pasado si ella nunca hubiera dejado su bolso, o si Noel nunca hubiera hecho aquellos turnos extras y no nos hubiera llevado al local de su tío? ¿Y si la secretaria nunca hubiera roto con su novio, y me hubiera recibido en la recepción? Si tan sólo todo hubiera sido distinto.

    Hace tiempo que llegue a la conclusión de que nada cambiaría. Que esa misma escena hubiera pasado exactamente igual. Con o sin la ayuda de un retraso, de un bolso olvidado o de un hombre ex-fumador.

    De todas maneras no me hubiera percatado de las maletas junto a la puerta. Igual buscaría en la caja de objetos perdidos mi cartera y que escucharía los susurros. Igualmente saldría y descubriría sus risas, sus manos entrelazadas, y las frentes de Ashton y Brianna firmemente apoyadas una de la otra, a tan sólo una exhalación de robarse un beso.

The Great and Beautiful Mistake ♂ Ashton Irwin ♀[EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora