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    Balanceo mis piernas en el aire, jugando con el dobladillo de la página en blanco frente a mi mientras observo a Ashton desenvolverse por la cocina

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    Balanceo mis piernas en el aire, jugando con el dobladillo de la página en blanco frente a mi mientras observo a Ashton desenvolverse por la cocina. Es gracioso ver su máxima concentración al cortar las rodajas de pan, ajustando de vez en cuando las gafas que se resbalan por su tabique. Luego coloca las rodajas en el viejo tostador, para luego buscar una cuchara y atacar el tarro de Vegemite en pequeñas porciones a la espera.

    No logro contenerme y tomo el bolígrafo enganchado a la tapa de la libreta y empiezo a bosquear. Al principio de manera perezosa, pero luego me afianzo de los pequeños detalles: la forma en que el cabello roza contra sus hombros; los músculos de sus omóplatos tensándose a cada movimientos, los ligeros hoyuelos en la parte baja de su espalda que puedo entrever a través de los pantalones de yoga y creando una sensación de cosquilleos en mi pecho.

    Me acato a los últimos toques con fiereza, tratando de lograr los contornos perfectos y simulando la sombra en sus hombros. Quedo satisfecha luego de unos instantes, justo a tiempo para observar al rizado untarle mantequilla a las tostadas y una mínima porción de Vegemite. Observo el plato con reserva, y al percibir su fuerte aroma miro al rizado con horror.

    —¿Tengo que comer eso?— pregunto con voz lastimera— Parece petróleo.

    —Pretenderé que no acabas de llamar "petróleo " al orgullo nacional de mi tierra— Se sienta frente a mí y le da una mordida a la tostada entre sus dedos, gimiendo en deleite. Ese sonido no debería tener tanto efecto en mí; todo por las estúpidas hormonas—. Vamos, Jude ¿Por mi?

    Gruño por lo bajo mientras tomo con precaución la tostada, conteniendo el aire por unos segundos antes de darle un pequeño y temeroso mordisco. Cierro los ojos y saboreo la mezcla entre salado y dulce, la tostada crujiente y al punto. Sin darme cuenta, estoy comiendo las tostadas con rapidez inhumana.

    —Nada mal para ser petróleo ¿no?— se mofa mi chico, pero cuando alzo la vista está sonriendo con orgullo.

    Le muestro el dorso de los dedos índices y medio; y trato de comer con lentitud, fracasando en el intento. Cuando termino mi plato alzo la mirada, encarnando una ceja con arrogancia. Él me sonríe, risueño, apoyando su mejilla contra la palma de su mano.

    —No había visto comer a nadie con tanto entusiasmo desde que Michael ganó un cupón de comida gratis en Papa John's.

    — ¿Gracias?— cierro la libreta y le hago un nudo a las tiras protectoras— Es parte del oficio, Chibs y yo iremos por el premio del condado.

    — Quizás ganen el Guinness— ironiza él.

    — Si no es en efectivo, no lo queremos. 

   El rizado suelta una carcajada sonora, y el efecto es prácticamente como si hubiera ganado un premio. 

    —Brianne ni siquiera logró dar un bocado la primera vez que lo probó— reflexiona luego de un rato y yo resisto las tremendas ganas de rodar los ojos—. Creía que afectaría su dieta, así que lo entendí.

The Great and Beautiful Mistake ♂ Ashton Irwin ♀[EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora