Amor vs odio ©

Cap 35

Un escalofrio me recorrió de arriba abajo en cuanto mi madre dijo esas palabras. Busqué con la mirada a Dan y le hice señas para que se acercara. Mi hermano, ajeno a lo que me estaba diciendo mi madre me sacó la lengua. Apreté los labios formando una línea y volví a insistir. Dan debió de percatarse al fin de que algo pasaba, porque se puso serio y se acercó en seguida.

-¿Qué pasa?-preguntó por lo bajo mientras me miraba interrogante.

-Es mamá...-murmuré, le hice una señal para que se estuviera callado.

-Oye, mamá, Dan ya está aquí conmigo.-me apresuré a decirle.

-La verdad es que tendría que haberos llamado mejor cuando estuvierais ya en casa... Me he precipitado un poco...-parecía que hablara más para sí misma que para mí.

-Bueno, eso es lo de menos mamá. ¿Qué ha pasado?-no estaba segura de poder escuchar la respuesta de mi madre, sólo escuchaba el atronador sonido de los latidos de mi corazón.

-Vereis... bueno, más que contigo quería hablar con Daniel, pero su móvil no daba señal...-conocía perfectamente a mi madre, y sabía que se estaba yendo por las ramas. Miré de reojo a Dan, que trataba de escuchar lo que decíamos, pero se encogió de hombros mientras tanteaba en los bolsillos en busca de su móvil.

-Vale mamá-empecé a decir en tono tranquilizador.-Mira, tengo a Dan aquí al lado, así que te escucha perfectamente.-tragué saliva antes de continuar.-¿Le ha pasado algo a papá...?-Casi siempre me ponía en la peor situación posible. Una manía muy mala, cierto, pero no podía evitarlo.

-No, no, no.-me cortó rápidamente mi madre.-Vuestro padre está bien, no os preocupéis.-eso último lo dijo con cierta vacilación y no fui la única que lo notó. Dan me dio un pequeño empujoncito con el codo y frunció el ceño.

-¿Mamá...?-no hizo falta que insistiera más.

-Vuestro padre está bien, no le ha pasado nada a él... es la empresa.

Mis ojos se abrieron de par en par. ¿La empresa? ¿Qué pasaba esta vez? La última vez que habíamos hablado con nuestros padres nos habían asegurado que todo marchaba sobre rudas y que el incidente en el que mi hermano había metido la pata ya estaba solucionado. Antes de que pudiera preguntar nada más nuestra madre continuó.

-Era por eso por lo que quería hablar con Dan... Parece ser que otros documentos importantes han sido filtrados. Queríamos asegurarnos de si aquella vez tu hermano también les había proporcionado esos impresos y de si quedaba alguno más, para estar sobre aviso.-mi madre parecía cansada y un poco nerviosa. Saber eso me partía el corazón, además estaba segura que no tenían ganas de remover lo que había ocurrido hacía unos días, ni ellos, ni yo, ni mi hermano.

Seguramente fuera eso, mi hermano debía haberles entregado varios documentos y casi seguro que aquella otra empresa, asociación o lo que fuera se había guardado algún as en la manga para más adelante. Pero una remota idea se abrió paso entre las otras. Aunque no quería creerlo estaba la posibilidad. Pero mi hermano había demostrado estar verdaderamente arrepentido... ¿Haber vuelto a filtrar documentos? No, no podía ser cierto. Me giré hacia Dan, que había escuchado todo. Fue entonces cuando me percaté de que estaba tan sorprendido como yo. Pero no era la misma sorpresa que mostró cuando le enseñé los documentos en su habitación hacía unos días, esa clase de sorpresa que muestras cuando te han pillado. No, estaba claramente sorprendido porque no se lo esperaba para nada, como yo. No hacía falta que le preguntara ni insinuara nada, sabía que esta vez no había sido él.

Dan pareció recobrarse un poco de la noticia y me pidió que le pasara el móvil, lo que hice de inmediato. Quería escucharlos, pero recordé que todavía estábamos en el aparcamiento del instituto y que nuestros amigos estaban no muy lejos esperándonos. No sabía cuanto más estaríamos hablando por teléfono y ya les habíamos hecho esperar suficiente. Además, en ese momento no tenía ganas de regresar a casa hablando con nadie. Me acerqué al banco en el que estaban sentadas mis amigas.