-Si no quieres morir antes de la cuenta te recomiendo que no cojas pizza.-escuché de pronto la voz de Bianca justo a mi lado en la cola de la cafeteria. La miré como si no entendiera.-Erika, te lo digo por tu seguridad... y salud.
Desvié mi vista de nuevo hacia la porción de pizza que estaba frente a mí y me encogi de brazos. No creia que fuera para tanto, Bianca solía exagerar un poco demasiado. Además era la única que quedaba, seguro que la quería para ella. Sin pensármelo más la cogí. Vi por el rabillo del ojo como entornaba los suyos Bi.
-Que conste que yo te he avisado.-fue lo único que dijo mientras me dedicaba una gran sonrisa.
-No me tomes por tonta, te empiezo a conocer muy bien. Demasiado bien...-le espeté yo mientras me dirigía a la caja a pagar.
-¿Y eso implica que crees que te miento?-preguntó fingiendo su tono más dolido.
-No... Que exageras. Mucho.-tras decir esto nos dirigimos a la mesa que tenían cogida Mel y Sarah.
-Es bueno llegar de las primeras. Así tenemos sitio asegurado.-estaba diciendo Sarah justo cuando nos sentamos a su lado.-Comer fuera no esta mal... Pero nunca sabes cuando se pondrá a llover.-añadió mientras daba un bocado a su sándwich.
-Añade a eso que ya empieza a hacer frío.-Mel parecía de acuerdo con Sarah, pero esta ya no centraba su atención en la primera. Miraba hacia mi plato con una ceja alzada. Antes de que pudiera preguntarle qué le pasaba Mel le llamó la atención.
-Sabes perfectamente que odio sentir que hablo con una pared...-masculló esta. Supuse que se iban a poner a discutir, así que aprovecharía ese momento para comer.
Di el primer bocado al trozo de pizza, y se puede decir que también el último. Me quedé inmóvil durante unos segundos y poco a poco arrugué la nariz mientras soltaba de golpe la pizza sobre mi plato.
-No me gusta ser de las de "te lo dije", pero querida... me lo has puesto a huevo.-dijo Bianca que me miraba sonriente.-Seguro que la próxima vez confías más en mí. ¿A que sí?
A penas podía escuchar lo que me estaba diciendo. Mi mente, mi gusto y todos mis sentidos se habían quedado fijos en una sola cosa: la pizza. ¿Cómo algo que parecía tan apetitoso por fuera podía saber tan asquerosamente mal?
-Bianca, realmente eres retorcida cuando te lo propones.-Mel me miraba con compasión.-Yo, nada más verla, la hubiera tirado al suelo, evitando que algún pobre estudiante cayera en la tentación de darle un mordisco.
Bianca se encogió de hombros y me miró.
-No te preocupes, no es mortal. Todas hemos pasado por ello... El primer día fue desastroso, creeme. Todos los aquí presentes cogieron pizza para comer.
-¡Pobre gemela mía!-empezó a decir Sarah tratando de ocultar una sonrisa.-Erika, te empezarás a sentir mejor en cuanto escupas el trozo. Ese es el primer paso.
Tal había sido el shock que no me había dado cuenta que seguía con el trozo metido en la boca. Lo escupí al plato, pero el sabor ya se había quedado en mi boca. Volví a arrugar la nariz.
-He de decir que tus muecas son adorables.-escuché una voz. Levanté la mirada del plato para encontrarme a Brandon de pié detrás de Bianca. Sin decir nada más se dirigió a la mesa donde estaban el resto de sus amigos, entre ellos Dan. Genial, primero la pizza, luego el imbécil de turno. ¿Algo más para añadir a la lista?
Cogí mi botella de agua y me la bebí de un trago, tratando de hacer desaparecer el sabor. Pero no era suficiente.
-¿He oído lo que he oído? ¿O me estoy volviendo loca?-empezó a decir Mel frunciendo el ceño.
-¿Nos vas a contar ya el porqué de tan buen rollito entre vosotros?-preguntó igualmente Bianca.
-Supongo que entendereis que ahora mismo mi prioridad es quitarme este jodido sabor de la boca.-solté mientras me levantaba de mi silla, cogía mi cartera y la botella.-Voy al baño a enjuagarme. Nos vemos luego.
-¿Y nos lo contarás no?-medio gritó Bianca. Cuando se le metía una cosa entre ceja y ceja, ejemplo clarísimo con el entrenador de voley, podía volverse muy persistente.
-¡Sí sí...!-grité a modo de respuesta.
Salí pitando de allí teniendo en mente solo dos cosas: las ganas de darle una buena patada a Brandon y lavarme la boca con jabón.
Cuando llegué a los lavabos llené la botella y empecé a enjuagarme. Asqueroso, en serio. Jamás en mi vida había probado algo así. El sabor ya iba desapareciendo, pero esto iba a llevar un buen rato. Después de la comida hoy no teníamos nada, solamente las actividades de los clubes. Seguro que el entrenador no se molestaría porque llegara un poco más tarde. Ya se encargaría Bianca de distraerle.
Cuando me di por satisfecha suspiré y me incorporé. En el momento que miré mi reflejo en el espejo casi me da un ataque al corazón. Di un pequeño salto del susto y me llevé una mano al pecho mientras me giraba. De pie frente a mí estaba Estela. No la había escuchado llegar y juraría que cuando entré no había nadie. Desde luego no iba a lavarse las manos o mirarse en el espejo. Estaba parada frente a mí, mirándome fijamente.
-Amm... ¿Hola?-fue lo único que se me ocurrió decir. Ella levantó una de sus perfectas cejas.
-Si... Hola.
ya me estaba removiendo incómoda bajo su persistente mirada. ¿Qué narices le pasaba ahora a esta? ¿Otro arranque de celos? Di un paso, dispuesta a irme, pero justo en ese momento empezó a hablar.
-Venía a hablar contigo.
Miré de arriba abajo a la reina de las mapache sin fiarme ni un pelo, pero me crucé de brazos y me apoye sobre los lavabos.
-Bueno, tú dirás...-supongo que no venía a intimidarme o algo por el estilo. Si fuera así habría traido a su séquito.
-Como supongo ya te habrás dado cuenta Brandon y yo ya no estamos saliendo...-empezó a decir lentamente mientras su vista seguía fija en mí. Así que al final sí que tenía algo que ver con él. Asentí un tanto insegura.-Tampoco se le puede decir que antes estuvieramos saliendo... Él no es de los que les gusta definir las cosas, y menos las relaciones. Supongo que es así con todas...-¿acaso venía a contarme la historia de que es un playboy? No es algo que no sepa ya el instituto entero. Además, no tenía ningún interés en eso... Había dejado vagar su mirada por el baño, pero de pronto volvió a fijarla en mí.-Ten cuidado.
¿Eh?
-¿Me estás amenazando?-le solté directamente. Ella me miró entonces confusa.
-No, te estoy dando un consejo Erika.-añadió mientras fruncía el ceño.-No te digo que tengas cuidado conmigo... Sino con él.
Ahora era yo la que estaba confusa. Iba a preguntarle a qué se refería. Qué cuento se estaba inventando esta vez. Pero en ese momento me dedicó una sonrisa de desdén y salió del baño.
¿Que tuviera cuidado? ¿De él? Desde el primer día que había entrado en el instituto había tenido la sensación de que esa chica estaba mal de la cabeza, pero con esto ya había quedado demostrado. Además, no tenía que decirme de qué pié cojeaba Brandon. Se veia a mil leguas. Apoyé ambas manos sobre el lavabo y me miré al espejo.
-Erika, hoy no es tu día.-murmuré al reflejo del cristal, que me devolvió una mirada cansada.
Estuve un par de minutos allí, mirando mi reflejo y refrescándome la cara. Saqué el móvil de mi cartera y miré la hora. Las actividades debían haber empezado ya, así que tenía que salir corriendo en dirección a los vestuarios para cambiarme. Recogí mis cosas y me disponía a salir del baño cuando una figura me tapó el paso. Me aparté hacia un lado para salir y dejar a la otra persona entrar, pero esta vez un brazo se interpuso. Alcé la mirada hacia la persona que se encontraba frente a mí y antes de tener tiempo de protestar siquiera noté como me agarraba por la cintura y me metía dentro del lavabo de nuevo.

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Amor vs odio ©
HumorEstoy harta de las típicas historias de chica conoce a chico de sus sueños, bla bla bla, y son felices y comieron perdices. Permitidme que vomite... Llamadme bicho raro o como os dé la gana, pero yo no creo en esas historias, ni en los finales felic...