Cap 22

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Los días pasaban muy rápido. Demasiado rápido para mi gusto, ya que eso significaba que cada vez quedaba menos para los finales. Sí, me ponía atacada durante los examenes, eso no era una novedad. Pero mi humor empeoraba mucho, muchísimo, sino que se lo preguntaran al pobre de Dan. Ya había perdido la cuenta de las veces que me había dicho que estaba insoportable, los innumerables portazos que habíamos dado por ambas partes y otros tantos insultos no tan agradables. A él los examenes no le importaban una mierda, y lo dejaba ver claramente, pero me había sorprendido verle es ciertas ocasiones leyendo los pocos apuntes que cogía en clase. Definitivamente no quería volver a repetir, no solamente por su orgullo de machito, sino también por la que le esperaría por parte de nuestros padres. Después de todo la bronca del año pasado había sido bastante monumental.

Pero en fin, quisiera o no lo quisiera los días iban pasando y ya estabamos en Diciembre. La semana de exámenes llegó, duró 4 días y pasó. No se si era por el estrés acumulado, por la falta de sueño o por todo eso y más cosas,  pero al acabar el último examen estaba más que muerta. Había quedado con las demás en la entrada principal para hablar sobre la salida de ese fin de semana. No era muy de fiestas, es cierto, pero el final de los examenes es algo que hay que celebrar sí o sí.

Un dolor punzante llevaba arremetiendo contra mi cabeza durante casi toda la semana y se podía decir que hoy había llegado a su punto máximo. Pero no solo se debía a la falta de sueño y las horas en vela de estudio solamente, por mucho que tratara de convencerme de lo contrario. El tema de Brandon no había abandonado mi cabeza desde lo que ocurrió en los baños, y eso que ya había pasado más de 2 semanas. Después de ese día tan movidito no me había vuelto a dirigir a Brandon. Nuestras miradas se habían encontrado varias veces, y en ciertas ocasiones me había parecido que él quería decir algo, pero casi de forma inmediata yo me daba media vuelta y trataba de ignorarle. Puede que fuera una actitud un tanto infantil, pero no estaba preparada para enfrentarle otra vez. La ultima vez ya me había quedado bastante trastocada, mi cabeza no había parado de pensar en ello desde ese día. Tratando de buscar una razón, una explicación de porqué había sentido lo que había sentido. De porqué no me había apartado cuando él me dio la oportunidad. Puede que la respuesta resultara demasiado obvia, pero me negaba a aceptarlo. A mí no me podía gustar Brandon.

A punto estuve de chocarme con Bianca, que me estaba haciendo señas con la mano justo delante de mis narices sin yo darme cuenta.

-Bien... Parece que ya ha despertado del trance.-habló dirigiéndose a las demás, que como pude comprobar, estaban tras ella.-Me estabas empezando a preocupar.

-Pensaba en mis cosas.-dije mientras sacudía la cabeza para terminar de centrarme y restarle importancia. todas se me quedaron mirando fijamente. Les había medio contado lo que había pasado el otro día, ya que llegué tarde a clase y ellas eran demasiado listas como para tragarse mi escusa de la pizza, aunque el profesor pareció quedarse totalmente convencido.

-Ya... y esas cosas seguro que incluyen a...-antes de que Sarah pudiera terminar la frase le tapé la boca con ambas manos mientras le dirigía una mirada de advertencia.

Mel se colocó a mi lado.

-Por muchas bocas que tapes no te servirá de nada. sabes perfectamente lo que iba a decir, de hecho estoy segura de que lo recuerdas cada mañana al despertarte.

-Mel, ¿te he dicho ya lo maravillosa, especial y cabrona que eres?-le dediqué mi sonrisa más deslumbrante mientras liberaba a Sarah, quien se había tapado la boca ahora para ocultar una sonrisilla.

-Lo se... me lo dicen constantemente.-mi sonrisa se hizo más amplia.

-Peeeero...-continuó Bianca que había empezado a andar a mi lado.-No puedes negar que has caido de pleno en el jueguecito de Don soy un chico malo y me sorteo a las chicas.-en el momento que traté de darle un buen pisotón a Bianca, ésta desapareció de mi lado y echó a correr delante mía mientras su risa alcanzaba mis oídos.- ¿Quién sabe?, a lo mejor tú le has hecho... o le harás cambiar.

Amor vs odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora