Cap 16

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Le miré sorprendida. ¿Su pareja? ¿Para el trabajo?

Él seguía ahí, de pié frente a mí, con una ligera sonrisa en sus labios.

-¿Acaso te dignas a hacer los trabajos?

-Por favor Erika... ¿Qué clase de persona crees que soy?-respondió a mi pregunta con otra y se notaba claramente que se estaba burlando de mí. Alcé una ceja sin decir nada más.-Precisamente por eso te estoy pidiendo este favor.-añadió lanzando un suspiro. De pronto parecía cansado y como si pedirme este favor le estuviera costando mucho. Él y su orgullo.-No es que se me den demasiado bien estas cosas y mi nota en Ciencias no es de las mejores.

-Dime algo que no sepa...-murmuré mientras me cruzaba de brazos. Brandon me escuchó y abrió los ojos sorprendido.

-Auch. Eso ha dolido...-no pude evitar sonreir ante su comentario, pero rápidamente sacudí mi cabeza y me puse de nuevo seria. A decir verdad todavía no tenía pareja y a estas alturas seguro que quedaba poca gente decente. Por mi mente cruzó la idea de ponerme de pareja con una de las mapache. Fruncí el ceño y deseché rápidamente la idea, aunque mi otra opción tampoco es que fuera mejor. Miré de reojo a Brandon, que seguía delante esperando una respuesta. Suspiré y me encogí de hombros.

-En fin... Supongo que de esta forma estaremos en paz. Deuda saldada.-añadí. Brandon sonrió y se metió las manos en los bolsillos.

-Es un placer hacer negocios con usted, señorita Sanz.-Inmediatamente puse los ojos en blanco. No podía irse sin decir alguna estupidez.

-Quedamos el próximo viernes en mi casa, después de las clases.-acto seguido me di media vuelta y me fui a buscar a las demás.

****

-Tú haciendo un trabajo con Brandon.-murmuró por enésima vez Mel mientras se llevaba el sándwich de pavo a la boca.-Definitivamente el mundo está llegando a su fin.

-Me parto con tus chistes.-la verdad es que cuantas más veces me lo repetían me daba cuenta de lo imbécil que había sido al aceptar. Si pensaba que iba a hacer el trabajo yo sola, iba mal encaminado. Pero bueno, solo era un trabajo, además él me había ayudado desinteresadamente el otro día con el acosador, aunque ahora lo de desinteresadamente no me parecía tan apropiado para definirlo.

-Con tus notas cualquiera querría ponerse contigo.-Bianca tenía la cabeza apoyada sobre sus manos con los ojos cerrados. Los abrió de golpe y me miró fijamente.-La próxima vez ponte conmigo.

-Sí, sí... Tú tranquila, que a mí me da igual. No me molestan tus palabras ni nada por el estilo.-soltó Sarah mirando de reojo a Bianca. Sonreí mientras negaba con la cabeza.

Las clases ya habían terminado, así que no teníamos prisa. Decidimos pasarnos por la cafetería a tomarnos algo antes de irnos. Mel miró su móvil y se levantó de golpe de la mesa.

-Mierda, mierda, mierda... Llego tarde.-mascullaba mientras cogía la chaqueta del respaldo de la silla y se llevaba el último mordisco del sándwich a la boca.

-¿Tarde? ¿A dónde?-pregunté sin entender.

-Al club de arte.-dijo esta mientras salía disparada hacia la salida.- ¡Adiós chicas!-gritó a modo de despedida.

-Ah... Eso que me comentaste hace unas semanas de las actividades extraescolares...-miré a Bianca que asintió enérgicamente mientras se levantaba también de golpe.

-Eso me recuerda... Sarah-dijo mientras miraba a esta fijamente.-Erika y yo tenemos que irnos a un sitio. mañana nos vemos.-y sin decir nada más me agarró del brazo echando a correr. Abrí mucho los ojos. No entendía nada.

Amor vs odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora