El resto del día transcurrió de la misma forma. Fuimos a nuestra última clase y luego nos despedimos de Sarah y Mel, que tenían alguna actividad de sus clubes.
Bianca y yo decidimos ir a tomar algo, así podría enseñarme alguna parte de Londres. Entramos en una pequeña cafetería que tenía unas vistas preciosas, la verdad es que en ese momento todo me parecía precioso. No había demasiada gente y daba gracias. En ese momento necesitaba tranquilidad y sólamente eso. Se podía decir que había tenido un día bastante movidito, demasiadas emociones para un sólo día. Me alegraba mucho de haber conocido a las chicas, nunca había conseguido congeniar tan bien a la primera con alguien y eso mostraba que nos íbamos a llevar genial. Cómo no, en el instituto también tienen que estar las típicas prostitutas baratas cara-mapache, o los gilipollas de nacimiento, pero a eso ya estaba acostumbrada. Lo que me tengan que decir, por un oido me entra y por el otro me sale.
-Bueno, bueno, bueno.-empezó Bianca mientras se sentaba en la mesa con dos chocolates calientes.- Te aseguro que aquí hacen el mejor chocolate caliente de todo Londres.-dijo con una sonrisa.
-Mientras que sea chocolate, a mi me da igual. Amo el chocolate.-le dije mientras cogía una de las tazas para probarlo.-Mmmm... delicioso.
-Te lo dije.-sonrió mientras probaba del suyo.-En fin... recuerda que no puedes escabullirte de lo de este finde.-me miró fijamente.
-¿Realmente es necesario?-bufé
-Por supuestísimo que sí. Además no te tienes que preocupar de nada, ya te dijo tu hermano que se iba a ocupar de todo.
-Eso es lo que me preocupa.-le contesté con una voz en la que se apreciaba mi pánico. Sabía de lo que era capaz Dan. A él nunca le habían gustado las cosas pequeñas y si se trataba de fiestas...
-Mejor cambiemos de tema, porque veo que te va a dar un ataque de ansiedad.-comentó mientras se llevaba la taza a los labios.-¿Ya has pensado a qué te vas a apuntar?
La miré con el ceño fruncido.
-¿Apuntarme?
-Sí, ya sabes... A qué club, voley, fotografía...
-Ahh... ¿Es obligatorio?-pregunté extrañada. En mi antiguo instituto no lo era.
-Realmente no, pero es aconsejable blablabla... A Mel le sirve muchas veces de excusa para salir antes de clase. Me gusta demasiado echarme la siesta y eso, pero precisamente por eso me estoy replanteando apuntame a algo. Yo que sé, cualquier cosa, jardinería, pastora de caracoles... Mientras que no sea ningún deporte, me da igual.
A punto estuve de escupir el chocolate. Empecé a toser como una loca mientras intentaba no ahogarme con la risa que me había entrado.
-¿Pastora... de caracoles? ¿En... serio?
-Si, si, si... ya se que no tendré esa suerte. Seguro que no lo admiten como actividad extraescolar... una lástima, algunos seguro que son incompetentes hasta para eso.
Nada más escuchar ese comentario se me vino a la cabeza mi hermano y sus amigos.
-Tú lo has dicho... Pobres caracoles.
-Bueno, eso, ¿a qué te vas a apuntar?
-No estoy muy segura. De pequeña practicaba natación y voley, seguramente a algo de eso.
Cuando salimos de la cafetería se había puesto a llover. Vaya, menuda novedad. Apenas llevaba un par de días en la ciudad y ya estaba empezándo a aborrecer tanta agua. Me despedí de Bianca y salí pitando hacia casa. Afortunadamente Dan me había dado una copia de las llaves. Ya no tendría que preocuparme por sí habría alguien en casa o no. Cuando entré escuché ruido en la cocina, me asomé y vi a Dan moviéndose de un lado para otro mientras hablaba por teléfono con alguien. En cuanto me vio aparecer se despidió de la otra persona y colgó mientras me saludaba con una gran sonrisa, mas bien su mejor sonrisa de imbécil. Automáticamente puse los ojos en blanco.
-Los planes ya están en marcha.-dijo con una sonrisa enigmática. Le miré de reojo.
-¿Qué planes?
-Nada, nada, cosas mías. ¿Qué tal por el centro? ¿Conociéndote ya la ciudad?
-Se podría decir, pero con este tiempo...-bufé.
-Tranquila hermanita, acabas acostumbrándote, creeme. Por cierto, Estela, Laila y las demás quieren conocerte.
Me apoyé en la encimera mientras fruncía el ceño. ¿Quiénes? Entonces caí en la cuenta. Las mapache.
-Sinceramente Dan, yo no es que tenga demasiadas ganas de conocerlas.
-Erika, están tratando de ser amables contigo.
-Dan-traté de imitar su tono impertinente de voz.-Yo no quiero que sean amables conmigo. Mira, estoy agotada. Hoy ha sido un día muuuuuy largo, mañana me sigues contando.
Me di media vuelta y subí hacia mi habitación. Me tiré sobre la cama lanzando un suspiro. Demasiadas emociones para un día.
Al día siguiente accedí a que Dan me acercara al instituto en coche. A decir verdad, no debería quejarme, es mas, a partir de ahora creo que me iba a acoplar todos los días, no es que tuviera demasiadas ganas de acabar empapada antes de llegar. Eso no significaba que le hubiera perdonado, todavía me acordaba perfectamente de lo que había ocurrido y ya buscaría la forma de devolvérsela, pero ahora tocaba aprovecharme de su mayoría de edad y su carné de conducir.
Nada mas llegar un grupito de gente se acercó a saludarle, yo me disponía a salir pitando de ahí, pero una chica me cerró el paso.
-Hola.-dijo con una voz muy empalagosa.-Tú debes de ser Erika. Yo soy Estela, una de las mejores amigas de tu hermano.-acto seguido soltó una risita mientras cogía por el brazo a Dan, que se había colocado a su lado. Sonreí forzadamente.
-Hola, encantada. Dan me ha estado hablando de tí.-la verdad es que era una mentira más grande que una catedral.
-Ohhh, si esque tu hermano es un amor.
-Estela, nena, no sobes demasiado a mi amigo.-dijo una voz que se abría paso desde detrás de los presentes. Me fijé que era Brandon, que se colocó al lado de la tal Estela. Acto seguido esta soltó a mi hermano y se enganchó como un koala al brazo de Brandon.
-Ay, Brandon, no te pongas celoso.-canturreó esta. Hice un gran esfuerzo por no poner los ojos en blanco. Estúpidos, gilipollas, idiotas... Solo me salían esos adjetivos para calificar a esta panda.
-Hola monada.-dijo Brandon que me miraba fijamente.-¿Qué tal tu brazo?
Me fijé como Estela miraba de reojo a Brandon y luego a mí, aunque mantuvo una sonrisita de suficiencia. No obstante dirigí toda mi atención al comentario de Brandon.
Seguía mirándome fijamente, pero una media sonrisa se había dibujado en su rostro. Con que el niño se había levantado hoy con ganas de joder un rato.
-Perfectamente.-le dediqué una sonrisa. No quería que viera que me había molestado.- Me tengo que ir yendo. Me alegro de haberos conocido.-continué mirando a Estela y al resto de chicas, que me sonrieron de vuelta. Pasé por el lado de Brandon, que seguía con esa media sonrisa plantada en su cara. Dios, que ganas de borrársela. Sin pensármelo dos veces le dí un buen pisotón. Noté como se balanceaba hacia un lado y soltaba una maldición por lo bajo.
Me alejé del grupito y no pude evitar soltar una risotada. ¡Ay! Qué bien sabía la venganza.

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Amor vs odio ©
HumorEstoy harta de las típicas historias de chica conoce a chico de sus sueños, bla bla bla, y son felices y comieron perdices. Permitidme que vomite... Llamadme bicho raro o como os dé la gana, pero yo no creo en esas historias, ni en los finales felic...