Cap 20

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-¿Se puede saber qué...?-empecé a decir cuando la otra persona me metió casi a rastras en el interior del baño de nuevo. El brazo que me había agarrado era grande... y fuerte. No era el brazo de una chica. Levanté la mirada de nuevo, esta vez ya enfocando a la persona en cuestión. Un suspiro de exasperación se escapó entre mis dientes.- ¿Acaso nunca te han dicho que entrar en el baño de las chicas está... no se... mal visto, tal vez?

Brandon me dedicó una media sonrisa mientras trataba de peinar su alborotado pelo con los dedos.

-A decir verdad yo lo encuentro de lo más interesante.-mientras pasaba a mi lado se acercó más hacia mi oído.-Y excitante.

Ante su comentario recordé la última vez que me lo había encontrado en esos baños con Estela. Mis mejillas se encendieron.

-Pues déjame decirte que a prácticamente la totalidad de las chicas no les haría ninguna gracia.-nada más terminar de decir esto Brandon se dio media vuelta y se quedó mirándome divertido.-He dicho prácticamente la totalidad, no todas...-añadí pensando en Estela y en las mapache.

-Vaya... entonces supongo que tendré que hacerte cambiar de opinión.-dijo tranquilamente mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios. Comenzó a caminar en mi dirección. Abrí los ojos bruscamente ante el comentario y me alejé unos pasos.

-Brandon, ¿qué haces aquí?-pregunté de improviso tratando de desviar el tema. Se quedó parado a un metro de mí sopesando la pregunta.

-Supongo que he venido a comprobar que sigues viva.

Le miré sin entender. En ese momento recordé porqué había venido yo al lavabo. La pizza...

-Ahh... Bueno, pues ya ves que sí. Un trocito de pizza no va a poder acabar conmigo.-me crucé de brazos y me apoyé en la encimera de los lavabos.-¿No me digas que estabas preocupado por mí?-me llevé una mano al pecho fingiendo sorpresa.

-Por supuesto que sí. La duda ofende.

-La verdad es que sí que dudo de que te importe alguien más que ti mismo.-le espeté cruzandome de brazos, creando de esta manera una barrera entre ambos. No se me olvidaba ni un pelo lo que había pasado el viernes.

Las comisuras de sus labios temblaron y la sonrisa se esfumó de su boca. No obstante, casi acto seguido fue remplazada por otra.

-¿Nunca te han dicho que hablas demasiado? Y más cuando ni siquiera me conoces...-un escalofrío  me recorrió de arriba abajo. Me miraba tan intensamente que tuve que aparatar la vista.

-Puede que sí te conozca lo suficiente.-mascullé mientras me llevaba una mano al pelo con nerviosismo. No le estaba mirando, pero sentí como su media sonrisa se hacía más amplia.

-Si quieres puedo echarte una mano para que me conozcas mejor.

Abrí la boca para decirle algo, pero en ese mismo momento noté como me agarraba por la barbilla haciendo que volviera la vista hacia el. No me había dado cuenta de que se había acercado lo suficiente para tocarme. Me había distraído lo suficiente como para que eso ocurriera, y no debería haber ocurrido. No debería haberle dado la oportunidad, pero ahora ya era demasiado tarde y nuestros cuerpos estaban a apenas unos centímetros.

Le hubiera empujado, dado una patada o un pisotón si hubiera tenido oportunidad, pero en ese momento ocurrió algo más que acaparó toda mi atención.

-De acuerdo, en cuanto termine me pasaré por la sala de profesores.-una voz llegó hasta mis oídos. En cualquier otra circunstancia seguramente no  la habría reconocido, pero en ese momento me dejó paralizada, puesto que no hacía mucho había ocurrido algo parecido. La realidad cayó sobre mí como un jarro de agua fría. Esa voz era la de la jefa de estudios, que unas semanas atrás había pillado a Estela y a Brandon en una situación un tanto comprometida en ese mismo cuarto de baño y, por desgracia, a mí también. Por esa maldita casualidad había acabado en el despacho del director... Por esa jodida casualidad había estado una semana castigada. Y no quería que volviera a pasar. Miré rápidamente de nuevo a Brandon, que también había escuchado la voz. Cuando se giró para mirarme una mueca de disgusto se distinguía en sus facciones. Yo debía de parecer un cachorrillo asustado, con los ojos abiertos como platos y totalmente paralizada, porque Brandon trató de disimular una sonrisilla pero no lo consiguió.

-Ven.-me susurró mientras me cogía de la mano y tiraba de mí tras de él hacia uno de los cubículos con los retretes  que teníamos al lado izquierdo. En cuanto pasé por la puertecilla de color gris Brandon la cerró y se puso un dedo sobre los labios mientras me indicaba que no hiciera ningún ruido. Entonces escuchamos el sonido de los zapatos de tacón de la jefa de estudios mientras entraba al baño.

Yo todavía seguía tensa y quieta como una estatua. Esperaba que la maldita mujer no nos hubiera llegado a ver. En ese momento escuchamos el ruido de un grifo al abrirse. Debía de estar frente a los espejos, a apenas 2 metros de donde nos encontrábamos nosotros. Miré de reojo a Brandon, que tenía la vista fija en mí. Desvié la mirada hacia mis zapatos, para romper el contacto visual, ya que volvíamos a estar a unos centímetros el uno del otro.

-¿No deberías subirte ahí para que no vieran dos pares de pies por debajo de la puerta?-Le susurré mientras señalaba hacia sus pies con los ojos todavía muy abiertos del shock. Brandon enarcó una deja mientras me miraba largamente. Cuando entendió que lo decía totalmente en serio tuvo que reprimir un carcajada. Me tensé de nuevo y me llevé un dedo a los labios para que no hiciera tanto ruido. Me estaba poniendo cada vez más paranoica. Si nos encontraba ahí dentro, ni despacho del director, ni semana de castigo... Directamente expulsión. Sin embargo Brandon no parecía tenso, es más, parecía que estaba disfrutando de la situación. Le miré fijamente.

-Erika, creo que ves demasiadas películas, series y estupideces por el estilo... La señora ahí presente no va a agacharse ni un centímetro para mirar por debajo de las puertas.-me respondió en otro susurro apenas audible.
-Como sea... No quiero volver a cargar las culpas por culpa de un imbécil.-le solté mientras me llevaba una mano al pelo. Un gesto que solía hacer siempre que estaba nerviosa. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Brandon.

-Supongo que el imbécil del que hablas soy yo...-su sonrisa se hizo más amplia y atrapó mi mano con la suya. Traté de desasirme pero, para mi sorpresa, tiró de ella y noté como perdía el equilibrio, a punto de caerme. Entonces un brazo firme me rodeó la espalda y me sujetó con fuerza. Tenía la cintura rodeada por el brazo de Brandon y este me sostenía contra su cuerpo.

-¡Se puede saber...!-empecé a decir, pero Brandon me miró divertido y se acercó a mi oído.

-¿A caso quieres que te escuchen?-murmuró contra mi oído. Apreté la mandíbula tratando de mantener la calma y no empezar a gritarle. Lo estaba disfrutando, se notaba a kilómetros de distancia, mientras que yo ya no sabía donde meterme. Coloqué mi mano libre sobre su pecho para impulsarme hacia atrás y separarme cuanto antes. Brandon, a su vez me soltó la otra mano, pero apenas lo había hecho noté como me agarraba por la nuca. Alcé la vista unos instantes y vi como una sonrisa traviesa desaparecía de su rostro justo antes de que sus labios rozaran los míos.

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Hola a todos!
Sí, se puede decir que me he tirado unas laaaaaaaaargas vacaciones.
Habría tratado de subir mucho antes, pero no he tenido internet hasta hace poco (principal punto negativo de irse de vacaciones...)
Pero en fin, aqui esta el capitulo :)
Sieeeeento muchisimo la espera, pero gracias por ser tan pacientes!
Kisses!

Amor vs odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora