El aire que salía de mis pulmones se convertía en pequeñas nubecillas blancas al entrar en contacto con el intenso frío de la noche. Mi nariz se congelaba por momentos y estaba segura de que en ese mismo instante debía de parecer Rudolf. Pero ese era el menor de mis problemas. Apenas podía respirar ya del cansancio. Brandon y yo llevábamos corriendo más de 5 minutos sin parar. Vale, puede que no fuera mucho, pero para mí si. No me gustaba nada correr y me solía encargar de hacérselo saber a mi profesor de gimnasia siempre que podía. Pero el abrigo y el frío no ayudaba mucho que dijéramos.
Brandon pareció darse cuenta y empezó a ralentizar el paso, hasta que finalmente se detuvo. En cuanto lo hizo me solté de su mano, que para ser sincera no recordaba exactamente cuando me la había cogido, y me doblé sobre mí misma, tratando de recuperar el aliento lo suficiente como para no caerme redonda al suelo. Noté que Brandon se pasaba las manos por el pelo, mientras miraba fijamente hacia atrás, por donde habíamos venido.
-Bien, parece que no nos siguen.-murmuró recostándose contra una farola e inclinando la cabeza hacia atrás.
Apenas podía asimilar lo que había ocurrido momentos antes. Todo parecía sacado de un libro o de una maldita película.
-Qué...-empecé a decir, pero seguía faltándome el aire.-¿Qué narices... acaba de... pasar?-logré decir. Brandon mi miró desde donde estaba. Se incorporó y comenzó a caminar hacia donde yo me encontraba.
-¿Te encuentras bien? ¿Te han hecho...?-pero no le dí tiempo a que continuara.
-Les has dado... una jodida paliza. ¡Casi los matas!-poco a poco volvía a respirar con normalidad y todo lo que había ocurrido empezaba a hacerse más y más claro. Los recuerdos de momentos antes empezaban a aparecer frente a mis ojos. La paliza que Brandon les había dado a los chicos. Los había dejado tirados en el suelo e incluso me había parecido ver que sangraban por algún lado.
Paró de golpe a unos 2 metros de mí ante mi acusación. Noté como alzaba las cejas sorprendido ante mi comentario, para luego fruncir el cejo.
-Estás de coña, ¿verdad?-fue lo único que dijo mientras su rostro seguía mostrando sorpresa, aunque mezclada con incredulidad y enfado.
-No. No estoy de coña. ¿Y si llaman a la policía...? O peor aún, ¿y si les has dejado inconscientes o algo peor?-mi mente seguía haciendo cavilaciones. Esos chicos podían llamar a la policía y Brandon se vería involucrado. Peor aún, yo me podía ver involucrada.
-Erika... Me estás jodiendo de verdad. ¿Acaso crees que van a llamar a la policía esos... imbéciles?-me pareció notar aún más incredulidad en su tono de voz, pero yo solo podía pensar en lo que nos podía pasar si avisaban a la policía. Yo jamás, JAMÁS había tenido algún problema por el estilo. Jamás me había visto involucrada en una pelea... Brandon debió notar que apenas le prestaba atención, que mi mente estaba a otra cosa, que mi paranoia iba cada vez a más, porqué lo siguiente que noté es que aquellos 2 metros que nos separaban habían desaparecido y que en ese preciso instante lo tenía sobre mí, a escasos centímetros. Ante esto, lo único que fui capaz de hacer fue dar marcha atrás, hasta que mi espalda chocó contra algo duro, la pared de uno de los edificios. Brandon golpeó bruscamente la pared a mi izquierda, quedando sus brazos a ambos lados de mi cuerpo.
-¡Despierta! ¿No te das cuenta de lo que han estado a punto de hacerte?-gritó. Sus ojos furibundos no se apartaban de los míos. Su mirada me penetraba, tratando de ver a través de mí y yo no podía apartar mis ojos de él. Estaba enfadado. Muy enfadado.-¡Si no llego a pasar por ahí quien sabe lo que te habrían hecho, maldita sea!-mis ojos se abrieron de par en par. Era cierto. Había estado tan pendiente pensando en lo que podía pasar si hablaban con la policía a cerca de la paliza que había olvidado casi por completo lo que había ocurrido justo antes. Era verdad. Si Brandon no hubiera pasado por ahí ¿qué habría hecho?, ¿qué habría pasado?
-Yo...-empecé a hablar, pero él me interrumpió.
-¡Podrían haberte violado, raptado o cualquier cosa y tú solo sigues pensando en la maldita pelea!
-Tienes razón... yo...-antes de que pudiera continuar me cortó de nuevo.
-A veces me pregunto si tu cerebro realmente funciona bien...-ante esas palabras mi mente se activo como un interruptor. Estaba tratando de disculparme, de darle las gracias, de decirle que sí, que tenía toda la razón... que me estaba poniendo de la parte de unos jodidos indeseables, pero resulta que ahora mismo el indeseable era él.
-¡Aquí el único imbécil eres tú!-durante apenas dos segundos pude ver que la sorpresa volvía a acudir a su rostro, pero en seguida volvió a fruncir el ceño.
-¿Se puede saber qué mierda estás diciendo ahora?-siseó tratando de controlarse.
-Tú eres el idiota que empezó esa pelea. ¿Acaso te crees que todo se arregla así?
-¿Perdona? ¿Acaso tenías tú otro plan en mente? ¿No necesitabas mi ayuda?-sus brazos seguían a ambos lados de mi cabeza y a través de su chaqueta pude notar como sus músculos se tensaban.
-¡Pues sí!-No. La verdad es que no tenía ni la más remota idea de qué hubiera hecho, pero el orgullo en momentos así no ayuda para nada.-¿Y qué más te da a ti, eh? Primero lo de la ducha en la fiesta, luego la semana de castigo por lo culpa, tu manera de tocarme la moral en el instituto... ¿A ti qué te importa lo que me pase o me deje de pasar?-ya no aguantaba más. Necesitaba soltarlo todo de una vez.
Observé como los ojos azules de Brandon resplandecían brevemente por la luz de las farolas. Seguía mirándome fijamente. Sus manos se crispaban a ambos lados de mi cabeza y su respiración se había vuelto más pesada.
-¡Qué más tengo que hacer para que te des cuenta de que estoy loco por ti!
¿...eing?
Mi boca se abrió levemente. ¿Había escuchado bien? No... definitivamnete no. Pero Brandon seguía mirándome fijamente y, esta vez ya no fruncía el ceño. Ya no estaba cabreado. Bueno, lo seguía estando, seguro, pero ya no lo demostraba. Me miraba de forma diferente, como si estuviera cansado. Como si se hubiera quitado un peso de encima.
Le había escuchado bien. No eran imaginaciones mías.
-¿Q-qué...?-traté de decir, pero las palabras no querían salir. Estaba demasiado confusa. Aquella declaración, justo en aquel momento me había descolocado totalmente.
-Lo que acabas de oír.-habló por fin.-Estoy loco por tí, Erika. Me pones continuamente de mal humor, me sacas de quicio como nadie, siempre tienes la última palabra y no se como narices lo has hecho, pero estoy loco por tí.
No podía estar escuchando bien. Esto no era verdad... Estábamos hablando de Brandon. Brandon. Esto solo podía ser una broma, una maldita broma y de muy mal gusto. Noté como mis mejillas y mi nariz se encendían y esta vez no era por el frío. Al contrario, tenía mucho calor, demasiado.
-Tus estúpidas bromas no tienen ni pizca de gracia...-empecé a decirle mientras desviaba la vista, pero él no me dejo. Noté como me tomaba de la barbilla y me hacía girar la cabeza para que nuestras miradas volvieran a quedar la una frente a la otra.
-Esto no es ninguna broma. Tú has conseguido que te tenga las 24 horas del día metida en mi cabeza... Hazte responsable.-me fijé que poco a poco se iba acercando más a mí.
-No..., si es una broma, no tiene gracia...-esta vez mi voz había perdido fuerza. Apenas era ya solo una susurro. Mi mirada viajó de sus ojos azules eléctricos que me miraban fijamente a su boca, que estaba acercándose peligrosamente.-No...
Eso fue lo último que pude decir antes de que sus labios aprisionaran los míos.
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Hola, hola, hola!
Se que esta vez he tardado un poco más en subir, pero eran fechas críticas. Bueno, aquí teneis el capitulo, como prometí. Disfrutadlo tanto como yo lo he hecho!
Ya sabeis: Comentad, votad... y sed felices! Trataré de escribir para poder publicar el proximo fin de semana, pero como sabeis estamos en navidad y, al estar de viaje, internet anda muuuy muuuy mal. LLoro...
Muchos besos! <3
PD: ¡Y Feliz Navidad!
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Amor vs odio ©
HumorEstoy harta de las típicas historias de chica conoce a chico de sus sueños, bla bla bla, y son felices y comieron perdices. Permitidme que vomite... Llamadme bicho raro o como os dé la gana, pero yo no creo en esas historias, ni en los finales felic...