Cap 11

5.3K 231 7
                                    

-¡Estás de coña! Dime que sí...-debía de ser la octava vez que lo repetía Bianca.

-Claro que sí. En mis ratos libres me gusta inventarme historias absurdas. ¿Acaso no lo sabias?-le respondí poniendo los ojos en blanco.

-Erika, si fuera tú le cortaba los hue...-comenzó a decir Mel, pero Sarah le interrumpió.

-Un momento un momento. Pero entonces... ¿el director de verdad se creyó que estábais haciendo un trío?-sus ojos estaban abiertos de par en par.-Cada vez tengo más claro una cosa. Ese viejo delira un poco bastante.

-¡¿Queréis centraros en lo importante?!-estallé exasperada.-No me quiero quedar castigada. No he hecho nada. ¡Y jamás en mi vida me han sancionado!

-Quedarte una semana en el insti castigada no va a manchar tu impecable expediente. Quédate tranquila.-trataba de calmarme Mel.- Aunque tampoco entiendo porqué tanto alboroto por un castigo.

La fulminé  con la mirada y ella hizo un gesto con la mano indicando que se rendía.

-Maldito imbécil.-murmuré.

-Siempre puedes volver al despacho del señor Smith y explicarle todo lo ocurrido.-añadió Sarah.

-Y después de todo el numerito me va a creer... ¿no? Déjalo, supongo que Mel tiene razón... No afectará a mis notas ni nada por el estilo...-la verdad es que no estaba demasiado convencida. Nunca antes había estado en esta situación, pero estaba completamente segura de que si armaba demasiado alboroto con esto era muy probable que acabara teniendo repercusiones muuuuuuy negativas para mi.

Afortunadamente no coincidí con Brandon en ninguna otra clase ese día. Tener que estar toda la semana una hora castigada con él y con la reina de las mapache no me hacía nada de gracia. Y cómo no, el castigo ya empezaba hoy. Al acabar las clases las chicas se despidieron de mí. Cuando les sugerí que se quedaran a hacerme compañía huyeron despavoridas. Esta se la iba a tener guardada.

Me acomodé la falda y con un suspiro bastante audible me abrí paso entre los cientos de chicos que se  dirigían hacia la salida, Yo era la única que iba en dirección contraria. Pobre de mí. Miré por enésima vez el papelito en el que aparecía la clase de castigados. No me acordaba del camino hacia mis clases diarias, como para encontrar ese otro aula. Mi sentido de la orientación nunca había sido mi fuerte. Me paré frente a una puerta a cuyo lado se leía: clase 103. Giré el pomo de la puerta y cuando me disponía a entrar una furiosa Estela me bloqueó la entrada.

-¡Tú!-dijo mientras me señalaba con el dedo índice. Sus extremádamente largas uñas pintadas de rojo carmín me apuntaban acusatoriamente a escasos centímetros de mi cara. Levanté mi mano y aparté delicadamente la suya, no quería que el mapache furioso sacara las uñas y me dejara sin ojos.

-¿Acaso no sabes que señalar a las personas es de mala educación?-pregunté calmadamente.

-¡Déjate de cuentos! Vas de niña buena que jamás ha roto un plato y parece que todos se tragan ese personaje, pero yo no.-continuaba mientras una sonrisa de desdén se dibujaba en su rostro.- Espero que ya estés contenta.

La miré anonadada. ¿Un ataque de ansiedad? ¿Acaso había perdido las pocas neuronas que le quedaban?

-Mira Estela... No tengo ni idea de lo que estás diciendo. Si te refieres al castigo...-empecé a decir, pero no me dejó terminar.

-Sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Brandon es mío. ¡Mío! Y ahora por tu culpa me ha dejado, ¿entiendes?

Pero, pero, pero... ¿Qué?

Ya me estaba empezando a hartar.

-A ver, bonita. Primero, ¿qué culpa tengo yo de que te deje? Mírate en un espejo, a lo mejor encuentras el motivo.  Y segundo, si tienes algún problema con Brandon arreglalo con él, a mí déjame en paz. Ahora, si eres tan amable-traté de sonar lo más sarcástica posible-¿me dejas pasar?

Estela puso los ojos en blanco y con una mueca de desdén pasó por mi lado saliendo al pasillo.

-Ya podías parecerte un poco más a tu hermano. Él se llevó todos los genes encantadores.-y al mismo tiempo que decía esto giró por el pasillo de la derecha dejándome sola en clase.

"Claro que sí-pensé yo-el pobre también se llevó una doble dosis de gilipollez"

-Vaya... pero si sabe qué son los genes.-comenté irónicamente mientras dejaba mi bolso sobre una mesa.

-Muchos la tratan de tonta, pero a veces te puede llegar a sorprender.-dijo una voz a mis espaldas. Mi giré a tiempo de ver a Brandon entrando en la clase.-Claro que eso solo ocurre en pocas ocasiones.

Le miré pasmada. ¿Había estado escuchando toda la conversación? ¿Y no había sido capaz de intervenir?

-Siento ser yo la que te informe de esto, pero tu noviecita... Bueno, mas bien ex-noviecita casi me saca los ojos.

-Siento ser yo el que te informe de esto, pero ella jamás ha sido mi noviecita.-contestó repitiendo prácticamente lo que yo había dicho.

-¿En serio? Pues ella no lo sabía. Trata de definir bien las relaciones con tus... no-noviecitas. Luego echan la culpa a quien no la tiene.-le solté mientras me sentaba en una de las mesas. Estábamos solo nosotros dos. ¿Acaso no había más gente castigada?

-Las relaciones son demasiado complicadas...-añadió mientras recorría la clase con la mirada.- ¿Acaso te ha echado a tí la culpa?-preguntó inocentemente fijando su mirada en mí.

-Estoy segura de que has escuchado prácticamente toda la conversación... Ahorrémonos tiempo.

Una ligera carcajada escapó de su boca.

-Muy perspicaz señorita Sanz. Pero puede que Estela tuviera razón...-añadió mientras se acercaba.- Puede que tú hayas tenido algo que ver en que nuestra no-relación haya terminado.

Le miré alerta. ¿Qué insinuaba? ¿Acaso  él también me estaba echando la culpa a mí?

-Me muero de ganas por oir tu hipótesis.-incliné levemente la cabeza mientras entornaba los ojos.

No me había dado cuenta, pero Brandon estaba prácticamente delante mío. Colocó las manos a ambos lados de la mesa donde yo estaba sentada.

-Me he cansado de jugar con Estela... Tú me pareces mucho más interesante.

Mis ojos se abrieron de par en par y pentañeé varias veces.

-¿Interesante? ¿Acaso soy tu próximo proyecto de ciencias?

-Mmm... exáctamente no, puesto que no estoy en ciencias, pero puede que sí de lengua...-añadió mirándome fijamente. Sus ojos azul eléctrico me miraban tan intensamente que casi no me di cuenta del segundo significado de la frase.

-Esa asignatura nunca ha sido mi fuerte. La teoría se me resiste demasiado.-añadí rápidamente para salir de esa extraña situación. Una media sonrisa se dibujó en su rostro.

-Erika, aquí nadie ha hablado de la teoría... Me refiero a la práctica.

No entendía la situación. ¿Cómo habíamos acabado así?

Él me sacaba de quicio, le odiaba.

Pero entonces, ¿porqué me sentía tan abrumada y desorientada en ese momento?

¿Porqué solo entraban en mi campo de visión sus penetrantes ojos azules y su media sonrisa?

-------------------
Alo, alo! :)
Siento muchichichichisimo haber tardado tanto en subir. Sé que prometí subir la semana pasada, pero tuve que irme de viaje y no pude T.T Sorry!
Pero bueno, aquí está el nuevo capítulo de AvsO! Esta próxima semana la tengo un poco petada, pero trataré de escribir un poco :D
De nuevo: mil gracias por las lecturas, mil gracias por los votos y mil gracias por los coments! <3
LoveYou!

Amor vs odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora