Cap 7

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Estaba tirada encima de la cama entre hojas y más hojas de apuntes tratando de no gritar de impotencia, o más bien, de no tirar todos los papeles por la ventana, cuando escuché que llamaban al timbre. Bajé corriendo a abrir. Allí estaban las tres.

-Pasen y vean.-les dije mientras me hacía a un lado y hacía un gesto con la mano, haciéndome la interesante. Sarah y Mel se echaron a reir mientras pasaban junto a Bianca.

-Ay Erika, te estamos corrompiendo, con nuestras estupideces. Estás en proceso de acabar como nosotras.-decía Mel mientras se quitaba la cazadora.

-A mí nadie puede corromperme, soy un hueso duro de roer.

-Se que estamos en confianza, ¿pero recibirnos en pijama?-decía Bianca.

-No, no, no. Semi-pijama.-le corregí mientras señalaba la parte de arriba y de abajo.-Vamos a mi cuarto.

Les enseñé un poco la casa y nos acomodamos en mi habitación. Nada más entrar empezaron a cotillear todo, abriendo mi armario, mirando mi ropa y mis libros...

Estuvimos un rato haciendo el tonto y luego ya nos pusimos a hablar sentadas en la cama. Como no, tenían nuevas anécdotas para contarme.

Llevaríamos una hora cuando escuché como llamaban a la puerta, pero mi hermano gritó desde abajo que él se ocupaba. la verdad es que no había subido ni una vez a molestarnos. Increíble. Nosotras seguíamos a lo nuestro, pero escuché como volvían a llamar a la puerta, una y otra vez, cada unos pocos minutos. Decidimos poner música y así no estar pendientes, pero al cabo de un rato empecé a escuchar mucho ruido viniendo de la parte de abajo.

Paré la música y abrí la puerta, las chicas vinieron detrás de mí. Justo me encontré de frente con un chico. Del susto cerré la puerta de golpe. Me quedé mirando a Bianca y a las otras y fruncí el ceño. ¿Qué narices...? Volví a abrir la puerta y me encontré con el mismo chico.

-Emmm... ¿El baño?-preguntó mirándome de arriba abajo.

-Esa puerta de ahí.-acto seguido se metió por donde le dije. salí al pasillo y escuché música a todo volumen viniendo de la planta de abajo. Me encaminé hacia las escaleras y ví a otras dos chicas apoyadas en la pared. Al llegar a la escalera me topé de frente con un chico y una chica comiéndose la boca en mi  cara.

-Me disculpais un momento.-dije casi gritando separándolos de golpe para poder pasar.

-¡Oye! Ten más cuidado...-protestó la chica. Noté que Bianca, Mel y Sarah me seguían.

En cuanto  llegué a la planta de abajo me quedé de piedra. Todo era un caos. Había muchísima gente de aquí para allá, con vasos y botellas. En el salón habían desaparecido los sillones y habían montado una pista de baile provisional. Giré a la derecha, hacia la cocina, donde otros tantos estaban sirviéndose bebidas. había gente sentada en el suelo, en las encimeras, varias parejas liándose por todas partes.

-Bonita ropa.-escuché como decía alguien. me giré y me encontré con un chico que me miraba de arriba abajo.-Te favorece mucho aunque...-y en ese momento noté como se acercaba demasiado para mi gusto. Le apestaba el aliento a alcohol.-... estoy seguro de que si enseñaras más pierna estarías mejor.

Me aparté de él de un empujón y busqué con la mirada a Dan. Le encontré unos a unos metros de mí.

-¿Tú crees que le mata, o le da una patada en los huevos?-escuché como le preguntaba Bianca a Mel.

-Primero la patada... y luego le mata.-contestó esta.

Me acerqué como pude y le agarré del brazo.

Amor vs odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora