Cap 37

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Mi espalda chocó contra la pared que tenía detrás, mientras Brandon me aprisionaba con su cuerpo. Sus labios recorrieron el borde de mi mandíbula hacia mi cuello mientras yo pasaba mis dedos por su cabello aún húmedo.

Cuando su boca llegó a mi clavícula un suspiro se escapó de entre mis labios, a lo que él respondió con una suave risita. Noté como me empezaba a ruborizar y el calor empezaba a subirme por el cuello hacia la cara de la vergüenza. ¿Porqué no podía mantener esos ruiditos bajo control? En ese momento abrí la boca para decirle que se podía reír de su tía, pero ninguna palabra salió de mi boca, más bien lo que salió fue un grito ahogado cuando noté como Brandon se agachaba levemente frente a mí para después agarrarme por detrás de los muslos y subirme de suelo de golpe. 

-¿Qué...?-empecé a decir por la sorpresa.

De forma refleja enrollé mis piernas alrededor de su cintura mientras me agarraba con los brazos a su cuello, a la vez que él se desplazaba lentamente de frente. En ningún momento separó su boca de mi cuello. Poco después noté como me depositaba en una superficie fría y dura. Un leve vistazo me bastó para ver que era la barra que separaba la pequeña cocina del salón.

Brandon se quedó entre mis piernas, colocando las manos a ambos lados de mis piernas. Antes de que me diera cuenta volvía a tener sus labios sobre los míos. No era un beso como los de los días anteriores. Su boca era insistente contra la mía. Como una pregunta que exigía una respuesta. Yo seguía con los brazos alrededor de su cuello y entonces noté como sus dedos empezaban a acariciar suavemente mis piernas, expuestas casi en su totalidad, salvo por la pequeña franja que quedaba tapada por la falda del uniforme.

Noté como su lengua rozaba mis labios, buscando un hueco y tentándome. Ya fuera por la sorpresa o por el calor y la niebla que empezaba a empañar mi subconsciente, separé levemente mis labios, permitiendo que entrara, que rozara su lengua con la mía.

Mientras tanto sus manos habían ido ascendiendo por mis piernas, dejando ligeras caricias a su paso, comenzando una nueva intrusión por debajo de mi falda, subiéndola a la par.

En ese momento mi cabeza era un desastre. Yo toda era un desastre. Empezaba a tener problemas para saber dónde estaba. Para entender lo que estaba pasando. Para pensar si quería que pasara... El frío que apenas unos minutos antes se había adueñado de mi cuerpo, por la lluvia y el viento de invierno había desaparecido. Había sido sustituido por un calor insoportable. De repente sentía que me sobraba más ropa. Por eso cuando las manos de Brandon se deslizaron desde la parte superior de mis piernas a la parte más baja de mi camisa no me importó. No me importó que sus manos encontraran un hueco por donde deslizar sus dedos, entrando en contacto con la piel de mi espalda. Es más, yo deslicé mis manos por sus hombros, por su pecho, que subía y bajaba a un ritmo muy similar al mío, hasta llegar a su abdomen, donde me detuve.

Él dejó escapar un ligero suspiro al contacto de mis manos con su piel desnuda, para después enredar una de sus manos en mi pelo y dejar un sendero de besos por mi barbilla y mi cuello hacia abajo.

-No se vale hacer cosquillas...-susurró contra mi cuello con voz ronca. No se si fue por su voz, por sus caricias, por sus besos..., pero mi cuerpo se tensó con anticipación. ¿Anticipación de qué? ¿Quería que siguiera? ¿Que parara? 

En ese momento no sabía qué quería. Solo sabía que sus caricias y sus besos ocupaban mis 5 sentidos.

Justo en ese momento escuché como un teléfono empezaba a sonar. Era mi móvil. Abrí los ojos como despertando de un sueño. No tenía ninguna apetencia de ir a cogerlo, de hecho muy probablemente habría dejado que siguiera sonando para mi asombro, pero un poco de cordura parecio meterse entre los bancos de niebla que nublaban en ese momento mi mente. Me separé un poco de Brandon, quien parecía ni siquiera haber escuchado el móvil hasta ese momento.

Amor vs odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora