Cuando entré en la clase Sarah y Bianca me esperaban expectantes junto a Melanie. Al ver la cara que traía decidieron posponer el cuestionario para más tarde. Teníamos Química así que Dan y su grupito no estaban en nuestra clase. Al menos tendría un poco de tranquilidad. ¿Y ese Brandon? ¿Quién narices se creía que era?
La clase pasó rápido y la verdad lo agradecía. Las últimas 24 horas habían sido horribles. Cogimos los bolsos y salimos del aula.
-Química no es que sea mi clase preferida, pero mejor que ciencias de la tierra seguro.-decía Bianca mientras estiraba los brazos y bostezaba.
-Hablando de eso, ¿tu hermano también está en esa clase no?-preguntó Mel. Bufé mientras ponía los ojos en blanco y al mismo tiempo Sarah y Bianca soltaban unas risitas.-¿Qué me he perdido?-dijo Mel mirándonos a las tres.
-Nada importante.-mascullé.
-Digamos que cuando dijo que se llevaba mal con su hermano, no lo expresó correctamente. Son como el perro y el gato.-decía Bianca.-¿Y nos vas a contar ya que pasó cuando nos fuimos?
Me giré para tenerlas en frente.
-Gracias por dejarme tirada con esos sujetos.-les solté de forma irónica.
-Buah... ¡Sujetos!-decía Sarah.-Me meo contigo. Amo tu vocabulario.
-Si solo te hicimos un favor. Así socializas con los tíos buenorros del instituto.-continuó Bianca guiñándome el ojo.
-Socializar dice. ¡Já! Aplaudiría si consiguiera tener una conversación decente con ellos.-dije mientras continuábamos andando. Estaba tan metida en la discusión que apenas vi a tiempo como una de las puertas de mi derecha se abría. Paré en seco y aun así me llevé un buen golpe que me echó contra la pared. Entonces vi como aparecía en mi campo de visión Brandon con otros chicos.
-Cuando das a alguien se dice lo siento.-le solté. Giró para mirarme detenidamente y me dedicó una media sonrisa.
-Disculpas aceptadas.-y sin más siguió caminando con sus amigos. Se me abrieron los ojos como platos.
-Uy uy uy...-decía Mel.-No os lleváis muy bien vosotros dos ¿no?
-Los chicos como él me dan asco.-añadí como respuesta. Sin darle más importancia continuamos nuestro camino hacia la cafetería. Estaba llena de gente, hasta arriba. No íbamos a tener posibilidad de encontrar ni un sitio. Decidimos coger algo para tomar y salir al césped. Muchos habían tenido la misma idea. Aunque ayer había llovido lo suyo hoy el día estaba mejor, había nubes, pero no parecía que fuese a llover.
Nos sentamos cerca del edificio principal y las chicas se pusieron a hablar de tonterías. En mi vida había escuchado semejantes tonterías y locuras. Empezaron a contarme algunas de sus "aventuras" y anécdotas mientras se reían recordándolo. Estas chicas no eran normales, en serio. Pero a decir verdad eso me gustaba. Entonces vimos como un chico y una chica se sentaron cerca nuestro. Me quedé mirándoles un momento. La chica me sonaba de algo. Seguramente estaba en alguna de mis clases. Entonces vi como se ponían cariñosos el uno con el otro. Automáticamente puse los ojos en blanco y desvíe la mirada hacia mis nuevas amigas. Estas también estaban mirando a la pareja.
-Ohhh...-empezó a murmurar Melanie.-No me digais que no son monos. En serio... necesito un novio urgentemente.
Solté un bufido.
-Tonterías.-añadí. Bianca me miró de reojo.
-¿Tonterías? Tía, no ves lo monos que son, la buena pareja que hacen.-suspiró.-El amor es tan bonito.
-Mel, no quiero que me taches de "arpía sin corazón" pero estar enamorado es una tremenda gilipollez.-tenía que decirlo. Odiaba ese tipo de conversaciones de el amor es lo mejor que te puede pasar en la vida.
-Os dije que encontraría una persona que pensara como yo.-decía Sarah mientras daba un mordisco a su sándwich.
-No me lo puedo creer. ¿En serio has dicho eso?-decía Bianca con ojos como platos.-Mira, yo tampoco soy muy sentimental y esas cosas... pero...
-Bianca, ahorrate el discurso. No hay nada que puedas decir que me haga cambiar de opinión, en serio... Sé de primera, bueno, o de segunda mano lo capullos que pueden llegar a ser algunos tíos. Mejor ahorrarnos en sufrimiento.
-Sí, bueno, lo que sea.-Melanie volvió a entrar en la conversación tras reponerse de mi súbito comentario.-Pero no todos son asi.
-En serio chicas. En un tema con el que nunca llegareis a ninguna parte conmigo. No creo en el amor...-Bianca me miró como si hubiera dicho la cosa más disparatada del mundo.-Y sí, aun así soy feliz como una perdiz. Me evito de complicaciones.
Antes de darles tiempo a que contestaran saqué otro tema de conversación.
-En serio, a esta hora no me entra nada. No sé como sois capaces de comer a las 12...
-Yo soy la que no entiende cómo sois capaces de comer a las 3 de la tarde. ¡Y cenar a las 10!-Mel no cabía en su asombro.
-Vosotros tendeis a hacer las cosas muy tarde ¿no?-añadío Sarah.
-Típicos estereotipos españoles.-empecé a decir.-Es cierto que que "nos gusta hacer las cosas tarde" pero no incluyais a toda la gente en ese montón.
-¡Tía! Ahora que te íbamos a proponer una fiesta a modo de bienvenida.-se empezó a quejar Bianca,-¿No os parece una buena idea?-las demás la miraron pensativas mientras unas enormes sonrisas se dibujaban en sus rostros.
-Oh no. ¡Oh no!-empezaba a entrar en un estado de pánico total.-No me gustan las fiestas.
-¡¿Qué?!-dijeron las tres al unísono.
-Dejadme que os lo explique... Hay gente a la que les gustan las fiestas y estar toda la noche por ahí de party hard y luego hay otra parte de la población a la que le gusta quedarse en casa tan tranquila. Digamos que yo soy de las últimas.
Bianca se colocó a mi lado y me pasó un brazo por los hombros.
-Querida amiga. Nuestra obligación ahora mismo es prepararte una grandiosa fiesta de bienvenida y no hay peros que valgan.
-¿Vuestra obligación? Por favor, no me hagais reir.
En serio, no me considero una aguafiestas o una aburrida, ni mucho menos. Claro que he salido con mis amigos de fiesta, y al día siguiente me he arrepentido a más no poder. Pero, sinceramente, prefiero mil veces quedarme en casa viendo una peli, comiendo palomitas o chocolate. Iba a empezar a discutir de nuevo con las chicas cuando noté como alguien se lanzaba sobre mi espalda tirándome de cara contra la hierba.
-¿Qué es eso que estoy escuchando de una fiesta?-canturreó una voz que reconocería hasta debajo del agua.
-Dan, o te quitas de encima o te dejo incapacitado para tener hijos para toda la vida.
Escuché como las demás se echaron reir.
-Uhh... relaja los humos hermanita.-murmuraba mientras se quitaba de encima. Dan sabía perfectamente que no estaba bromeando.-Volviendo al tema. ¿Qué he escuchado de una fiesta?
-Le estábamos diciendo a Erika que queremos prepararle una fiesta a modo de bienvenida.-se apresuró a decir Bianca con una sonrisilla.
-¡Buena idea Bi! ¿Cómo no se me había ocurrido a mí?-Dan ya se había entusiasmado con la idea. Malo. Muy malo.
-Ni de coña.-solté.-Ni fiestas, ni sorpresas, ni paridas por el estilo.
-Pero Eri, vamos...-empezó Sarah.
-Naa... no le hagais caso. Ya me encargo yo de todo. Fiesta en nuestra casa este fin de semana.-Dijo Dan dando como finalizada la discusión.
-Dan no. Conozco tus fiestas y no me hace ninguna gracia. Sabes que no me gustan las cosas grandes.
-Bueno, entonces solo nosotras ¿te parece?-añadió inmediatamente. Automáticamente Dan soltó un bufido.
-Vale. Solo nosotras.-accedí. Prefería esto antes que una fiesta con decenas de personas. Dan hizo un pucheró pero al final asintió.
-Vale, vale, vale. Pero al menos dejadme organizar el resto a mí. El viernes en nuestra casa.
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Amor vs odio ©
HumorEstoy harta de las típicas historias de chica conoce a chico de sus sueños, bla bla bla, y son felices y comieron perdices. Permitidme que vomite... Llamadme bicho raro o como os dé la gana, pero yo no creo en esas historias, ni en los finales felic...