CAPITULO 12

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Nunca pensé que algún día iba a estar en esta situación. Nunca me había parado a pensar en lo que iba a hacer si algún día la persona con la que estaba me engañaba. Pero ahora mirando como Simon se acercaba a una chica rubia y la besaba, lo tenía más que claro.

Él estaba sentado en unas de las mesas del McDonald's como había visto Dafne. La rubia le correspondió el beso y Dafne me miró, esperando mi reacción. Pero, yo no reaccionaba. No apartaba los ojos de esa mesa, ni de sus bocas pegadas, ni de sus manos unidas por encima de la mesa, no reaccionaba.

Dafne empezó a caminar hacía ellos pero, la detuve por el codo.

-¡No, Lea!- exigió.- tienes que pedirle ahora mismo una explicación.

Al principio su mirada reflejaba enfado hacía mí pero, luego la suavizó. Me miraba con compasión, con pena y eso era lo que definitivamente en ese momento no quería.

-No le voy a pedir explicación ahora.-dije después de unos segundos, regresando la mirada a ellos.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo que no?!- preguntó Dafne con un tono fuerte y enfadado.

La comprendía. Comprendía su enfado pero, no. Iba a hacer las cosas diferentes. Quería que me lo confesará pero, no porque yo lo había visto con las manos en la masa. 

Sus justificaciones no le iban a servir de nada pero, raramente las necesitaba. Aunque... ¿quién era yo para exigirle explicaciones? 

Al fin y al cabo, yo también le había engañado. 

-No, no voy a ir ahí a pedirle explicaciones porque no necesito que él me las diga, tan solo porque yo lo haya visto.

Dafne me miró confundida y regresó la mirada a la mesa, en donde ahora Simon y la rubia sonreían.

-O vas tú o voy yo. Elige- me dijo en un tono exigente.

-Dafne en serio. Se lo que tengo que hacer y creo que es lo mejor. – le respondí con la esperanza de que me entendiera pero, su mirada reflejó todo lo contrario.

-¡No, Lea! ¿Cómo que sabes lo qué hacer y será lo mejor? No te entiendo. – se cruzó de brazos y me miró esperando que diga algo pero, siguió hablando. –Si Louise me estuviera haciendo eso, yo ya estaría dejando sin pelo a la rubia,... y a Louise... a Louise le echaría por encima la salsa barbacoa que ponen extra y la coca-cola... Y esto, pensando rápido porque si me dejas pensarlo mejor ideo el mejor plan: caza-chicos-mentirosos.

Terminó tomando oxigeno y sonrió. Yo solté una carcajada inevitable aunque el momento no la requería. 

-¿Me vas a decir lo que tienes pensado hacer?- me preguntó, enarcando una ceja.- por tu bien, rezo que sea algo manipulador y retorcido porque, si no lo es, me encargaré personalmente de que Simon no llegue al lunes con pelos en la cabeza o quizás le diría a Louise y Andrew que le cuelguen en un árbol... ¡Dios! ¡Que ganas de tirarle del pelo!

-No quiero que nadie haga nada. Mañana o quizás esta noche lo llamaré y le preguntaré cosas a ver qué me dice. Le preguntaré que ha hecho y eso. Lo persuadiré hasta que diga lo que deseo oír.

Volvió a mirar a la pareja feliz en la mesa y se mordió el labio inferior. Sabía que en ese momento en la cabeza Dafne se estaban encontrando muchos pensamientos contrariados.

-Debes dejar que haga esto a mi forma. Confía en mí. –le dije de forma dulce y para mi gusto, sonó poco convencedora.- Además no quiero ir hacia ellos y formar un espectáculo... Eso no va conmigo.

Tardó unos segundos en contestar. Su mirada estaba llena de duda y si seguía mordiendo su labio de la forma que lo estaba haciendo, debía ir al medico.

Durmiendo a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora