Capítulo 23

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No podía dejar el tema simplemente a un lado, no podía parar de preguntarme una y otra vez por cómo sería la vida con ella a mi lado, en cómo nos mirábamos cuando parecía haber tanto amor entre nosotros. Era complicado renunciar a los sueños así como así, sin duda los míos se habían ido como agua entre manos, pero no por eso se habían quedado en el olvido, su taladrante recuerdo estaba presente en momentos no adecuados. Si bien Lisa tenía razón, a los muertos no se les puede regresar aún puedes encadenarte a su recuerdo, claramente yo había sido la prueba viviente de eso, llevaba años pensando en la misma chica, amándola a pesar de 'continuar con mi vida', olvidarla como si fuera nada era prácticamente imposible.

Mi verdadero problema llego junto a Janne, ella y sus bonitos ojos azules me suplicaban dejar a Emma a un lado, exigían a mi mente eliminar cualquier rastro de ella dentro de mí, claro, yo me negaba desesperadamente.

Eran cerca de las 9 am, había llegado temprano a la oficina para revisar los últimos detalles y comenzar la grabación de un álbum sin aparente título. La noche anterior había logrado conciliar el sueño luego de vueltas y vueltas en la cama, apenas me fueron suficientes las horas para entender el tremendo idiota que era. Si a la chica de ojos azules le resultaba difícil aceptarme como amigo era justo, ella no era un juego, lo había dejado en claro.

-Señor Jackson.

-¿Sí? –respondí oprimiendo el botón verde del teléfono.

-La cabina 6 estará dispone en un hora para usted.

-Bien, muchas gracias.

-Por nada.

-¿Ya tienes la llave de la cabina?

-Sí señor.

-Bien, iré a desayunar y de regreso directo a la cabina, por favor cualquier mensaje llama a mi teléfono celular.

-De acuerdo.

El 2914 Coffee estaba a unos cuantos pasos, si lograba llegar hasta ahí sin antes tener una turba de personas detrás entonces podría añadir eso a mi lista de logros. Salí de la oficina, pulse el botón del vestíbulo en el panel de ascensor y justo dos pisos después alguien más llamo al elevador, las puertas plateadas se abrieron y dejaron entrar una chica rubia de ojos verdes, a mi pequeña amiga de casi una vida.

-Hola –sonrió con sorpresa.

-Hola, hace mucho no te veo circulando por aquí, ¿Algún problema?

Sus problemas familiares normalmente se resumían a una persona, Elizabeth, y ella desde siempre había sido atenta en cuanto a las necesidades de su hermana.

-Algo así.

-¿Beth?

-Mi mamá está muy preocupada por ella, ahora mismo comenzó un nuevo tratamiento –admitió bajando la mirada.

-¿Cuál es el veredicto?

-No lo sé, mientras tanto mi madre se ocupara de la presidencia, ella debe guardar reposo y estar en calma durante unos días más.

Sentía su tristeza emanando por cada poro de su piel, necesitaba un soporte.

-¿Tus amigos lo saben?

-No –respondió casi al instante.

-Ya veo. Probablemente si se los dices ellos logren darte alivio, saber cómo ayudarte.

-Ya te lo dije a ti, tú eres mi amigo –levanto sus ojos hasta mí.

Sin más preámbulos la abrace, la estreche contra mi pecho como siempre solía hacerlo, se aferró a mi espalda unos cuanto segundos.

SpeechlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora