Speechless

Capítulo 9

Me quede ahí, completamente helada, perpleja por el impacto de su presencia, ciertamente aún no daba crédito a lo que había pasado, estuve con Michael Jackson en un restaurante, y considero la idea de poder trabajar juntos... el escándalo no lo debía a la fama que tenía sino más bien a todo lo que él significaba para mí.

Más allá de ser Michael Jackson era también mi única compañía, aún recordaba la forma en la que lo había conocido y como se volvió algo elemental en mi vida.

Una tarde de invierno cuando tenía al menos cinco años, recuerdo estar mirando por la ventana esperando a que mamá y papá llegaran, la navidad siempre solía hacerme gran ilusión, no por la fiesta que hacían mis padres cada año sino por lo que venía después, me dejaban dormir en su habitación y por la mañana me despertaban temprano para abrir los regalos aunque en realidad los regalos eran lo de menos, me gustaba acurrucarme con ellos en la sala de estar mientras bebíamos chocolate caliente y veíamos el televisor.

Aquella fiesta era bastante especial porque había personas a las que querían como asociados e irían esa noche a tomar un trago, presentarse, tomar otro trago, mirar a todos lados y finalmente hablar de negocios antes de estar completamente ebrios. No recuerdo muy bien el lugar o siquiera el nombre de aquellas personas con suma importancia, lo que recuerdo era aquel vestido de terciopelo negro y rojo con holanes, las mayas negras, los zapatos de charol con el boche de mariposa y mi cabello peinado en media cola de caballo con un moño rojo.

Mientras miraba por la ventana July mi niñera de esos tiempos, me pedía que le ayudara a poner la estrella en la punta del árbol y puse la estrella en su lugar unos segundos antes de que el umbral de la puerta fuera atravesado por las dos personas a las que más quería en ese momento. Me lance a sus brazos, terminaron de arreglar algunas cosas para la fiesta y en cuestión de minutos comenzaron a llegar los invitados, no me obligaban a recibir a los invitados, pero aquella vez era tan especial que me mantuvieron a su lado todo el tiempo, ahí estaba el padre y la madre de Ethan Level y por primera vez en la vida había visto a su hermana Emma unos años más grande que nosotros.

Espere en la entrada con ellos una hora más o menos y cuando el último invitado llego mi padre me soltó de la mano y comencé a correr entre los invitados para encontrar a mi cómplice de toda la vida Ethan, corrimos de allá para acá todo el tiempo y de vez en cuando íbamos a la mesa de aperitivos para comer algunos de los deliciosos bocadillos que se encontraban ahí, bajo la mesa.

Todos se disponían a degustar de la música para bailar un poco y después de la primera pieza la puerta se abrió revelando a ese chico con 13 años de edad recorrer todo el lugar hasta el escenario y en su recorrido nuestras miradas se cruzaron un instante que fue suficiente para quedarme prendada de él a mi corta edad.

Nunca prestaba atención a la música en la fiesta, pero esta vez fue diferente. Su potente voz llamo la atención de todos los presentes incluida la mía y la de Ethan, miramos de principio a fin su actuación, estaba atenta a todos y cada uno de sus movimientos en aquel pequeño escenario que nos separaba. Después de las tres canciones que canto todo el mundo quería que actuara un poco más... recuerdo que Ethan me hizo correr con él a los jardines de afuera y mientras yo hablaba del chico que me tenía hipnotizada.

El claxon de un auto me hizo salir de mis pensamientos devolviéndome al lugar en el que me encontraba, me quite del camino del automóvil no sin antes notar que era el de Elizabeth Hyde. Me apresure a entrar al edificio para no tener que toparme con ella, pues a pesar del tiempo que tenía conociéndola siempre solía causarme algo de miedo.

Cruce la puerta de mi camerino pensando en que estaría sola, pero me encontré con una grata sorpresa.

—Hablando de la reina de roma —escuche decir a Carly en el momento en que la puerta se cerró.