No podía dejar que se fuera sólo así, tome los tacones de nuevo en mis manos y corrí hasta mi mochila, busque entre todas las cosas inservibles que ahí se encontraban y di con lo que buscaba, mi teléfono celular. Corrí de nuevo, esta vez esperando a poder encontrarlo en la entrada principal.Estaba segura de que nunca en mi vida había corrido tanto, ni siquiera en las clases de deportes, pero ahora era necesario por lo menos tener un recuerdo de aquel encuentro tan maravilloso con él. Espere por unos dos minutos antes de notar la multitud que se aproximaba hasta mí, aferre mis pies descalzos al suelo esperando ser llevada por todo ellos y finalmente lograr tener mi recuerdo.
Con cada paso que daban en mi dirección me hacía temblar un poco más, tenía miedo a ser aplastada por todos ellos, pero aún así quería verlo de nuevo y obtener alguna prueba de que realmente había estado ahí con él. Mire mi teléfono, su color grisáceo adornado con una gran mariposa en la parte posterior y un colgante en forma de estrella con mi inicial grabada, había sido un regalo de mi abuela, un recuerdo que no estaba dispuesta a perder, mire una vez más cerciorándome de que la multitud se encontraba a una distancia suficiente para poder poner a salvo al pequeño objeto. Me equivoque, sin darme cuenta la multitud me golpeo de costado casi haciéndome tropezar, mi estrella salió del alcance de mis manos terminando en el suelo y siendo golpeada brutalmente por los pies de todas aquella personas, cuando menos lo note esta se encontraba rodando de un lado para otro y de pronto me vi a mi misma caminando al paso de todas aquellas personas atrapada entre el tumulto de gente.
Me hacían moverme de una manera descoordinada, yo no perdía de vista mi pequeña estrella esperando poder recuperarla y de pronto, aquella mano tan bien cuidada la tomo con delicadeza, buscaba llegar hasta donde se encontraba para pedirle amablemente que me devolviera el objeto y cuando ya lo sentía cerca, cuando podía sentir de nuevo su olor, a nada de tocar su brazo... tropecé, el teléfono salió de mis manos, fue aplastado por toda la multitud quedando prácticamente inservible.
—Lo siento —lo escuche gritar antes de ser llevado por estar hasta la enorme limusina negra que lo esperaba.
Se fue de ahí llevándose consigo mi recuerdo más preciado, se fue y a su paso me arrollo con su imponente presencia.
. . .
Pasaron cinco años desde aquella vez y nunca volví a ver a Michael tan de cerca, pero siempre había seguido su carrera, cuando decidió que quería hacer algo más que música, fue productor de tres discos que hasta ahora había llegado al lugar 1°, pero nada comparado con su propia música, la forma que le dedicaba a cada palabra lograba erizarte la piel por completo, todo era tan extraordinario que te hacia soñar, sentir en un lugar completamente diferente, hacerte creer que cada palabra la susurraba melosamente en tus oídos.
-Lo quiero a él -extendí los brazos para señalar el poster enorme que había en mi camerino.
-Pues ahí lo tienes -rió Carly.
-Estoy hablando enserio -me cruce de brazos haciendo un puchero.
-Estás loca si crees que conseguiré un minuto en su agenda, desde que decidió que sería productor ha tenido agendado todo el años -se encogió en los hombros.
-Sabes que desde que entre a este medio he querido trabajar con él -la tome por los hombros-, si hacemos un proyecto la suficientemente atractivo no dudara en trabajar conmigo.
Se aclaro lo garganta.
-Perdón, con nosotras -reí un poco-, ¿Entonces? -arquee un ceja.
-Hagamos un proyecto atractivo para él... y luego tirémoslo a la basura.
ESTÁS LEYENDO
Speechless
أدب الهواةTodo es tan simple como encontrar una hoja que lleva el viento, todo es tan simple como encontrar una canción perdida que logra gravarse no sólo en tu mente sino también en tu corazón. Esta obra esta registrada bajo los derechos de "Safe Creative". ...