Capítulo 27

139 14 1
                                    

Ahí estaba yo con las piernas temblando, alguna consecuencia debía haber de retar a Michael.

-Te quedaras. Si lo hago te quedaras.

-No, si lo haces saldré corriendo del país.

-Esa respuesta no me agrada.

-Bueno, a mí no me agrado escuchar cuanto amas a tu ex, estamos a mano.

Parecía haber logrado algo con mis palabras, bien, era la hora perfecta para arrepentirse por haberme llevado a esa boda.

- ¿Celos? -cuestionó enmarcando una ceja.

¿Siempre podía sacar ventaja de todo?

Estaba molesta y no realmente por haber escuchado cuando le dijo que la amaba sino por el hecho de estar celosa, pues sí, estaba en lo cierto. Ahora lo admitía.
-Sí, y sinceramente estoy harta de esto. De ti y de todo cuanto me haces sentir, de no poder mantener la distancia prometida entre nosotros.

- ¿Prometiste mantenerte alejada de mí?

-Claro, después de haber cantado contigo en el auditorio de West Hyde todo cambió, ¿o no?

-Janne...

-No hemos llevado bien Jackson, pero no puedo con esta maldita incertidumbre. Perdí al hombre perfecto cuando te conocí.

- ¿El hombre perfecto?

-Te idealice, te convertí en mi hombre perfecto, pero luego de un par de meses conviviendo contigo esa ilusión dentro se rompió en mil pedazos. Y aún así no puedo romper mi relación contigo, aún así estoy parada frente a ti en la boda de tu ex esposa. ¿Puedo ser más patética?

Baje la mirada con las mejillas ardiendo. Él no respondió, pero tampoco me dejo ir.

Había un punto más para el Señor Jackson, como siempre ganando, haciendo las cosas incorrectas, envolviendo mi ingenuidad en sus telarañas, obligándome a perder la dignidad de poco a poco.

- ¿Es tan complicado dejarme en paz? -hable de nuevo.

-Sí -respondió al instante-. Es complicado dejarte en paz, es complicado tratar de mantener una relación estrictamente de trabajo cuando besarte me parece la maldita gloria, es complicado cuando arruino todo cuanto sucede -me hizo mirarlo a los ojos, esos profundos ojos marrones llenos de misterio, luz, de un mundo al que me gustaba entrar a pesar de ser lastimada-. Es complicado dejarte en paz cuando deseo tenerte cerca, muy cerca.

Trague saliva.

-Janne Adams, nunca me detengo hasta tener lo que quiero -me dio un beso, uno ligero, apenas un rose de labios.

-Michael, es hora.

-Necesitó un minuto más -replico mirándome.

La mujer tras él suspiró exasperada.

-Puedes irte.

-No -casi grito.

-Lisa te esta esperando -le aclaré golpeándome mentalmente.

-Ella lo entenderá.

Su cuerpo cedió por completo, dejo ir mi cuerpo dando un paso atrás con las manos en alto como señal de paz. Yo di otro paso en retroceso, quería salir contiendo, realmente lo deseaba, quería olvidar todo, me hacían falta un par de pasos y sin problema alguno podía continuar mi vida, volver a concentrarme en el trabajo, terminar el álbum en un tiempo récord.

-Michael -le llamó una vez más.

-Una apuesta -dijo él quizá como último recurso-. ¿Qué dices?

-Tú siempre ganas.

-Eso puede hacerla más interesante.

No tenía mucho por perder.

-Te haré cambiar de idea sobre nosotros, y si no lo logro podrás cambiar de productor, sacarme de tu vida sin objeción alguna.

Eso era un tramite en proceso, no una opción.

-No.

- ¿Quieres algo más? -agrego con el ceño fruncido.

-Sí.

-Dilo.

-Quiero saber quién es Emma.

Los ojos se le abrieron como platos. Si de algo serviría esa apuesta era para aclarar una duda bastante profunda sobre ese tema en especial.

- ¿Puedes quedarte un minuto para discutir eso?

Me encogí en los hombros. Esta vez todo era diferente, corrió hasta la entrada anulándose el moño en el camino, se notaba la tensión en su cuerpo, los movimientos rígidos de cada extremidad, sí, estaba molesto. Camine tras él mirando cono trataba de ignorar a la mujer a su lado, negó un par de veces, miro a sus espaldas par percatarse de mi presencia. Llegando a la estancia principal tomamos caminos diferentes, tome asiento en una de las últimas filas, mire incómoda las uñas de mis dedos, no deseaba estar ahí, no quería presenciar como podía poner cara de santo frente a todos luego de haberle dicho "Te amo" a la novia.

Ryan entro a escena vestido de una manera impecable con su traje color hueso. Se frotaba las manos con ansias, aquellos no parecían nervios normales antes de una boda. Su mirada verdosa estaba destruida, miraba de un lado a otro buscando alguna salvación divina o una señal. Todo el mundo se percato de aquello, paso ambas manos por su bien peinado cabello dando a notar el abandonó absoluto de su tranquilidad. Dio dos paso al frente mirando con atención a través de los presentes, sus ojos se toparon con los míos, me pareció verlo volar cuando se acerco a mí.

-Janne -con sus temblorosas manos tomo las mías-. Habla con ella, por favor.

El tono suplicante de sus palabras me invadió al instante de la misma ansiedad.

-Ryan...

-La amo -suplico-. La amo con locura, ella es la razón de mi vida, por favor necesito tu ayuda, Jackson no puede separarme de ella una vez más.

Su confesión me dejo totalmente helada. Todos sin excepción alguna nos miraban murmurando a sus acompañantes.

Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas, el brillo de sus ojos era por las gotas saladas emanando sin control alguno.

-Habla con Jackson -pronuncio con una voz apenas perceptible.

La misma mujer que llamo a Michael mientras hablábamos subió hasta el altar tomando el micrófono.

-Queremos pedirles paciencia -fingió una sonrisa-. La novia está por terminar.

No aguanté más, me puse de pie mirando a Ryan directo a los ojos.

-Tranquilo, todo estará bien.

Le obligué a sentarse en mi silla antes de comenzar ir en busca de Lisa y Michael.

- ¿En dónde están?

No hizo falta una respuesta. Aparecieron al final del alfombra blanca con las manos entrelazadas, Lisa miro a Michael pidiendo algún tipo de consuelo, Ryan se levanto de la silla sin preámbulo alguno. Verlos aparecer juntos no le sentó muy bien, la mirada gacha de Michael en conjunto con sus manos entrelazadas no pintaban muy bien.

SpeechlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora