Los ojos de la rubia le miraron con sumisión para luego responder.
- Jota! Es ella que se mete donde no debe–Chillo enojada.
Mire mi muñeca y estaba rojísima como sí me hubiese quemado con su tacto, no daba crédito a que aquella rubia plástica tuviese tanta fuerza.
- Hey, estas bien?– Se acercó a mí Jota.
Katy ya no estaba.
- Ella tiene un serio problema con el control de la agresividad– Me queje sobando mi muñeca.
- Déjame ver–Jota examino mi muñeca y mientras me tocaba parecía no dolerme tanto.
- Tus manos parecieran ser de algodón– Solté sin más para cuando me di cuenta Jota tenía sus ojos puesto en mí y yo sentía que mis mejillas estallarían– Digo, por-porqué se me pasa el dolor... Ósea– Jota comenzó a reír.
- Eres tan divertida, Mar– Me halago mientras soltaba mi muñeca.– Mar, hay una película buenísima en el cine que dices si vamos el viernes a verla?
Aquello me había tomado desprevenida. Estaba sonriéndome demasiado y me costaba decirle que no, pero no porque me disgustara su presencia sino que porque hace mucho no salía con gente y la ansiedad social regresaba.
- Mmm vale, puede ser el sábado?– Murmure.
- Por supuesto, me das tu numero para que nos organicemos?
- Sí.
Rápidamente desde mi teléfono llamo al suyo, guardando mí número en su tecnológico aparato.
- Bien, entonces es una cita Marié–Y mis mejillas se pusieron completamente rojas.
Cuando acepte, no me imaginaba que era en plan cita.
- Y procura tomar algo para la alergia, te he visto rascándote mientras corríamos.–Comento mientras caminaba en dirección opuesto.
- Oh sí– Murmure viendo mi brazo izquierdo que estaba rojizo alrededor de la cicatriz.–Le diré a mi padre, gracias Jota.
++
Había logrado hacer creer a mí padre que los lunes, miércoles y jueves tenía clases extra para perfeccionarme en mi profesión y lo creyó de inmediato, era una vil mentirosa.
Lunes.
- Que son esas piernas, Leblanc?... Deberás que ejercitarte aún más si quieres realmente ganar el puesto!.
Me encontraba corriendo de un extremo a otro del campus, cerca de unos quince metro. Mi respiración estaba errática, llevábamos cerca de cuarenta minutos ejercitándonos de manera, demasiado, extenuante para ser la primera práctica.
- Lo quieres?! Pues lucha por ello!
Me comenzaba agobiar que todos sus gritos fuesen dirigidos a mí más aun cuando él fue el que me había obligado a incorporarme a la selección, pero opte por callar.
Miércoles.
Luego del terrible examen de combustión me encontraba nuevamente corriendo de un extremo a otro, siendo acosada por el profesor Mor quien corría tras de mí para apurarme.
- Debes ponerle fuerza a esto, Leblanc!–Grito tras de mí– Tus piernas están muy delgadas con eso no podrás generar una buena defensa y perderemos!.
Mordí mi lengua nuevamente, pero solo quería voltearme y abofetearle la cara.
Jueves.
ESTÁS LEYENDO
Subnormal.
RomanceMarié Leblanc hija de un estricto militar, John Leblanc, deberá cambiar su vida luego de la extraña y repentina muerte de su madre pero este no es la única cosa que deberá enfrentar ya que deberá aprender que no puede ser siempre la chica dependient...