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Luego de haber tomado una prolongada ducha, ya me encontraba vestido y listo para dirigirme a la oficina del coronel Alex Reed.

Sabía que la había cagado con Abby y por más que intente buscarla, no me fue permitido.

Camine por un ancho pasillo custodiado por dos orangutanes de los cuales cuando intentaron tomarme de los brazos lo empuje.

- Ya te lo he dicho, simio uno–Hable al tipo de mi izquierda–Sí me tocas te quemaré.

Alce mi mano la cual se teñía de negro y comenzaba a soltar una leve llama azul.

- Está prohibido utilizar poderes en el recinto.

- Vale, y me importa... Por qué?–Me burle.

- Porque te dejaran nuevamente en cuarentena–Advirtió.

- Ya pero tu habrías sido hombre frito para ese entonces–Reí con sorna.

- Idiota–Siseo al notar que habíamos llegado a la oficina.

En la puerta había una placa que decía el nombre de él y sin siquiera dejar que el simio numero dos iba a llamar la puerta con educación, yo llegue y la abrí de golpe.

Riéndome al notar como se había sobresaltado en su silla.

- Por qué no me extraña, Schwartz?–Ironizo.

- No sé dímelo tú–Me burle.

- Toma asiento–Indico frente a mí.–Soldados retirase.

- Hasta la vista, que les vaya bien en la jungla–Murmure.

Note como ambos tenían las inmensas ganas de golpearme y no los culpaba pero era obvio quien sería el ganador por lo que solo les dedique una sonrisa arrogante.

Me senté de manera relajada en aquel gran sillón para luego inspeccionar la oficina, Reed estaba buscando mi informe en una de sus archiveras y mientras lo hacía mi sonrisa arrogante pareció desvanecerse al instante que la reconocí en aquel pequeño marco de foto.

Su sonrisa, sus ojos con aquel característico color miel y su cabello más despeinado de lo común atrajeron mi profunda atención.

Qué mierda hacia Alex Reed con una foto de Marié en su escritorio.

Aquello me enervaba, y como todo lo que se trataba de Marié, las emociones comenzaron a fluir por mis fibras nerviosas dificultándome la tarea de mantener la calma cuando lo tenía frente a mí.

- No crees que es muy joven para ti?–Sisee en burle pero extremadamente enojado.

- Qué? Quién? –Miro confuso y con un gesto de cabeza indique el marco de foto–Ojala lo fuésemos.

- Eh?–La mirada de Reed se tornó nostálgica y para cuando iba a hablar el me interrumpió.

- Fue una ex novia de la universidad... Creo que nunca podré olvidarla–Murmuro.

Pero aquello no podía ser, esa chica era muy parecida a Marié por no decir idéntica.

- De qué año es la fotografía?

- De por lo menos unos treinta años–Dijo tomándola entre sus manos.–Era una hermosa chica y la perdí porque fui un cobarde.

- No te imagino en plan cobarde.

Subnormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora