Tome una gran bocanada de aire cuando ingrese a la Universidad con aquel rojizo color en mejilla izquierda que no había podido bajar ni siquiera con base correctora. Desde el altercado con mi padre en la noche no volvimos a hablar de mi madre o algún tema que se le relacionase, el desayuno solo se limitó a decir que obtuviera buenas calificaciones porque es mi deber.
Una llamada en aquel viejo teléfono apareció, solo podía ser él ya que nadie más llamaba.
- Te has tomado la proxilona– Pregunto desde la otra línea.
- Sí– Murmure.
- Vale, adiós.
Llamada finalizada.
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- Qué haces Leblanc?– Apareció la voz del chico rubio.
- Cómo sabes mi apellido?– Le mire sorprendida.
- Bueno, teniendo en cuenta que coincidimos en 3 clases y que pasan la lista– Respondió obvio.
- Ya...– Murmure avergonzada.
- Te apuntas a cenar juntos?– Me dedico una sonrisa.
- No le caigo bien a tu amigo y él tampoco a mí, así que es un no– Caminos rumbo a nuestra sala.
- Daniel pelea contra el mundo– Dijo con una risita.
- Pues sí que lo toma en serio– Una carcajada salió de sus labios y yo le mire extrañada.
- Me caes bien Leblanc, sabía que no eras de los normales– Dijo mientras me golpeaba levemente el hombro.
- Se supone que no ser normal lo debo tomar como un cumplido?– Fruncí mi ceño.
- Los subnormales somos la puta fiesta– Susurro en mi oído, aquella cercanía provoco que mi cuerpo se tensase por lo que me aparte de golpe.
- Vale que tú lo llevas muy bien– Conteste mientras cruzaba el umbral de la sala.
- Nos vemos en el casino, entonces?– Yo asentí y él dejo nuevamente unos golpecitos en mi espalda para luego sentarse con él -ya instalado- ojiverde quien inspeccionaba la escena con el ceño fruncido.
Mica llego con un look muy casual y desordenado, se veía hermosa y pude jurar ver a la vieja Marié en ella. Quizás al escogerla como amiga había proyectado todo lo que alguna vez fui y ya no seré.
Le envidiaba su forma de ser, pero le envidiaba de esa típica forma que la gente dice como "sana", ella me dedico una dulce sonrisa para luego sentarse junto a mí.
- Qué hay de nuevo francesa?– Dijo mientras limpiaba sus gafas.
- Nada nuevo– Murmure con la vista en mi cuaderno.
- Qué te paso en la mejilla?– Frunció el ceño mientras tomaba mi cara con sus finos dedos.
- Nada– Respondí seca.
- De seguro se cayó de la cama... La verdad no me extrañaría– Contesto Daniel con aires de superioridad y juro que lo mate con la mirada.
- Te quejas porque dices que me meto en tus conversaciones y tú haces lo mismo... menudo idiota–Rezongue.
- Marié– Murmuro regañándome Mica. Daniel lanzo una carcajada falsa para luego conversar con su compañero de al lado.
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Subnormal.
RomanceMarié Leblanc hija de un estricto militar, John Leblanc, deberá cambiar su vida luego de la extraña y repentina muerte de su madre pero este no es la única cosa que deberá enfrentar ya que deberá aprender que no puede ser siempre la chica dependient...