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Narra Marié.

Mi cabeza daba vueltas, y no recordaba hace cuantos días no comía ni dormía bien.

Lo último que recordaba era a Kyle en su auto afuera de mi casa, había tomado varias prendas de ropa y las había metido en el primer bolso que pille. Me fui de mi casa de manera sigilosa ya que Mica seguía dormida en mi cama, y en cuanto me llego el mensaje de Kyle la mire con culpabilidad, ni siquiera había dejado una carta de despedida pero esto era lo mejor para todos.

Todo indicaba que era un peligro para las personas que quería, y pese a que aún no entendía del todo mi situación, o condición, sabía que les hacía daño.

En un principio Kyle se había mostrado bastante tierno conmigo pero algo de él me hacía desconfiar y en cuanto tomo el desvió de la carretera para adentrarse en un oscuro bosque comprendí que era la reina de las malas decisiones.

Opuse resistencia pero él parecía tener todo planeado, ya que me lanzo una especie de gas en el rostro el cual no me permitió ver, provocando que no sólo me ardiese sino que parecía quemar mi rostro por lo que comencé a abofetearle como pude, pero de un momento a otro tomo de mis brazos para comenzar arrastrarme a algún lugar.

Sentí una energía desplazarse por mi organismo y él pareció sentirlo también ya que puso en mi boca y nariz un paño que debía contener algo para hacerme dormir porque no recordaba nada más.

Para cuando me desperté me vi amarrada en una silla, pero no en una silla convencional parecía ser de un material grueso y metálico que quemaba generando una sensación de incomodes, por lo que era bastante tosca. Mis muñecas estaban amarradas y mi cuerpo también parecía estar sujeto, duramente, a un cinturón que provocaba que me costara respirar.

La imagen se tornó peor cuando logre por fin abrir mis irritados ojos y darme cuenta que de mis brazos había dos especies de mangueras que comenzaban a succionar la sangre de mi organismo.

Intente removerme pero la silla parecía lanzarme unas especie de descargas que hacía que mi cuerpo se retorciera de dolor.

- Al fin has despertado.

- Qué me hiciste, Kyle?–Gruñí removiéndome.

A cada movimiento en que hacía las agujas se cernían cada vez más profundo por lo que sacaba más sangre.

- Solo preguntare una cosa–Me miro con una risa burlona–Por qué confiar en mí y no en Schwartz?

- De qué hablas?

- Me has dicho en el camino que Daniel te advirtió de mí y mírate–Se río.

Mi cuerpo se tensó, no había respuesta lógica para eso más que asumir que había sido una idiota en confiar en él.

- Eras mi ex novio... yo–Murmure.

- Una mierda, desde la primera vez que te conocí me hacías sentir bien pero luego comprendí que no era por tu persona sino que por tu condición–Se acercó a mí para quedar a mi altura, cogió duramente mi mentón para que lo mirase directamente a los ojos– Y aquello es lo que les pasa a todos los subnormales que están al lado de un anormal... O acaso crees que Schwartz se enamoró de ti? De la nerd Marié Leblanc?

Removí mi cabeza confundida, luego de mirarle con odio, no entendía lo que estaba pasando.

- Los anormales le dan una cierta satisfacción a los subnormales y por eso yo te quería conmigo–Se burló– Y por eso no culpo a Daniel por también quererte.

Subnormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora