Cap. Largo, disfruten ü
Narra Daniel
Tengo tantos secretos, tantos recuerdos oscuros y luego ella se cuela en mi mente pareciendo ser la indicada...
Ni siquiera había podido pegar ojo alguno con la amenaza de Cooper. Su interés por Marié y saber lo mucho que pudo significar él para ella hacia que mi cabeza no pudiese descansar.
Joder, imaginarlos juntos en una misma habitación era un suplicio para mí.
Este año había tomado demasiadas malas decisiones, pero la que más me pesaba era haber estado involucrando mucho más a Marié en mi vida que con cualquier otra chica.
No podía ser posible ver un futuro a su lado, el que fuese de la categoría normal complicaba todas las cosas.
Me tenían fichado en el Centro de Control Militar desde los seis años y pese a que intenta evadir esa realidad era imposible, completamente imposible. De las veces que había intentado salir de Nevada, antes de llegar a la frontera de algún estado ya me estaban esperando para devolverme. El año pasado estuve cerca de poder escapar de este jodido Estado, pero de un solo ya estaba reducido y por ya estar en mayoría de edad me torturaron hasta obligarme decir que debía respetar los mandatos de una nación tan ilustre como la americana.
No había esperanza ni ganas de seguir viviendo ni luchando contra mi condición por lo que estaba decidido a romper todas las normas del control militar hasta el punto que me tuviesen que matar, ese era el plan... El plan hasta que la vi a ella con su look despreocupado leyendo un libro, irradiaba tanta tranquilidad que también lo provocaba en mí lo cual me hacía enojar.
Yo no quería dar marcha atrás a mi plan, yo no quería sentirme tranquilo, quería estar enojado y llevar a cabo mi plan de romper todas las normas que se me habían impuesto, muriendo sí fuese necesario pero basto mirarla a sus cautivantes ojos castaños para que el plan se fuese a la mierda y alentar a darme una segunda oportunidad a todo lo que me estaba pasando.
Tenía que detenerme, tenía que dejar de pensar en ella.
Guarde en el casillero mi bolso para luego escuchar bastantes susurros en el pasillo, lo cual era frecuente cuando se armaban peleas y amaba verlas.
- Qué paso?–Le pregunte a una chica que palideció al instante al verme.
- Yo... Esto...Eh.–Balbuceo jugando con sus manos.
- Sí?–Le apure exasperado.–Qué paso?
- Schwartz!–Me golpearon de forma amigable la espalda.
- Eh, qué haces Connor?–Le salude.
Mire como la chica a la cual le había preguntado algo, estaba tendida en el suelo mientras su amiga le abanicaba el rostro, era ridículo y era típico de los normales.
- Hay peleas de gatas allá dentro.
- Sí? Chicas?... Interesante.
Caminamos al casino en donde ciento de personas comenzaban a ovacionar con preferencias opuestas.
- Pelea de normal y subnormal–Murmuro mi amigo.
- Esa normal debe estar demente.–Conteste riendo.
- Totalmente.
Cuando ya estábamos alrededor de la gente reconocí a la pelirroja que miraba el espectáculo aterrada, algo andaba mal.
Enfoque mejor la vista y sí, efectivamente era Melissa, si mal no recuerdo, por lo que mire donde ella lo hacía encontrándome la cabellera de la chica castaña que se comenzaba a robar mis horas y pensamiento.
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Subnormal.
RomanceMarié Leblanc hija de un estricto militar, John Leblanc, deberá cambiar su vida luego de la extraña y repentina muerte de su madre pero este no es la única cosa que deberá enfrentar ya que deberá aprender que no puede ser siempre la chica dependient...