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Jungla, el mejor sinónimo para describir a la Universidad de Nevada.

La infraestructura era enorme con un estilo barroco la cual la hacia lucir aterradora, poseía vitrales con colores sombríos similares a los de la edad media y las aulas eran del color gris del cemento, siendo demasiado frías. Me preguntaba a cada instante cómo iba a sobrevivir dos años dentro de esta jungla.

Con cara de pocos amigos entre a la sala 107, me acerque al puesto de la primera fila para luego dejarme caer de forma exhausta. Aún quedaban diez minutos para el inicio de la clase por lo que saque un libro de leyendas irlandesa que me tenía atrapada.

- Pero ya te dije Daniel, ahora no pelearemos con ese tipo de...– Mis ojos avellanas se encontraron con los ojos verdes del chico que había visto hace unos días.

- Cállate Jota –Murmuro viéndome. Su voz era ronca y podía asegurar que su voz era mucho mejor de la que había imaginado en él.– No ves que hay mucha gente entrometida?– Me miro frunciendo el ceño enojado.

Deje caer el libro un poco, con mis ojos como plato y el ceño fruncido.

De verdad creía que yo era entrometida?. Él había sido el que entro hablando demasiado fuerte con su amigo.

Sentí que aquello que hace tiempo tenía reprimido comenzaba brotar en mi interior, enojo.

- Qué?... Acaso quieres que te pida disculpa?– Me miro de forma divertida ante mi expresión.

- Paso de ti. – Contesté más fría de lo que creía, enorgulleciéndome de mí misma y posando nuevamente mi vista al libro.

- Si claro... Te veo más interesada en lo que hablo que en lo que lees– Respondió soberbio.

Esto debía ser una broma.

- Bueno para tu información– Estaba planeando un gran discurso acerca de cómo me paso por culo a los chichos chulos pero la voz del rubio que lo acompañaba me interrumpió.

- Perdónanos, nosotros somos los que hemos entrado así sin más... Seguramente estabas muy concentrada leyendo y nosotros molestamos– Me dedico una tierna sonrisa.

- Así es, rubio... Además estoy esperando la clase y no a ustedes– Bufe molesta mientras centraba nuevamente mi vista en el libro.

Intente demostrar que mi libro era lo que me generaba interés, pero aquello era mentira.

- De verdad, lo siento– Repitió el rubio. Sus pasos se aproximaron frente a mí tendiéndome su mano, solo me limite a fruncir el ceño.– Mi nombre es José pero me gusta que me digan Jota.

Dudaba en tener que corresponder el gesto, pero mi madre siempre me repetía que la educación es lo primero y no podía omitir aquello.

- Soy Marié un gusto– Estreche su mano, la cual era verdaderamente cálida. Sus ojos azules se cerraron al dedicarme una honesta sonrisa.

- Créeme que el gusto no es hacia los dos lados– Apareció la voz del arrogante ojiverde.

- Daniel...– Le miro mal su amigo y él solo se encogió de hombros para sentarse en los puestos de más atrás.

Apreté mi puño en el libro, quería golpearle.

- Es un poco simio.–Bromeo.

- Creo que ofendes a los simios– Dije tomando mi libro, sin antes ver como Daniel fruncía el ceño viéndome.

La risa de jota se perdió mientras se dirigía a su puesto, poco a poco un gran grupo de estudiante comenzaba a llenar la sala en conjunto de un hombre el cual estaba algo encorvado y su cabello era canoso, lo reconocí de inmediato.

Subnormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora