- Qué?–Le mire confundida.
Daniel se hundió de hombro para luego sonreír y sacar otro cigarrillo.
- Lo que escuchas, me rindo... He intentado con todos mis medios, hasta el menos convencional y no hay manera de quitarte de encima.
Mis ojos se abrieron ampliamente y para cuando le quise reñir él ya estaba abrazándome mientras se reía por ello.
- Eres tan peleadora, nena–Se burló para luego besar mi frente.
- Y dicen que las mujeres somos las cambiantes–Murmure.
- No rezongues–Se río ante mi actitud– Sólo que no podía estar contigo sino eras capaz de sobrellevar mi condición.
- Y qué te he parecido, eh? Soy una guerrera–Me jacte.
- Vale, ya te has puesto algo loca–Bufo.–Pero algo importante.
Ahora me miro de forma fija y seria, yo asentí para que siguiera y así lo hizo.
- No debes dejar que jamás te trate de esta manera–Soltó mientras aspiraba del tabaco y luego soltarlo por encima de nuestras cabezas.–Lo que paso en la habitación yo...
- Daniel, está bien–Le tranquilice.
- No, no está bien Marié–Agrego– Es algo que jamás me había pasado... Sólo que tú produces algo en mí que me cuesta controlar
Se sentó en la banca nuevamente para enredar sus dedos en su cabello y comenzar a respirar de manera agitada. Comprendía los cambios de humor de Daniel en este punto, él se estaba abriendo con una persona y el quedar tan expuesto lo ponía demasiado ansioso.
Me senté junto a él para luego entrelazar mi mano con la mano que no tenía su cigarrillo, de inmediato, el acepto el gesto tomándola con fuerza quise transmitirle mi apoyo una vez más, pero en cuanto me disponía a hablar, él lo hizo.
- Soy un subnormal... Estoy dañado genéticamente por el gobierno Norteamericano–Murmuro.– Lo que hacen es tomar un genotipo de cualquier individuo con el propósito de elegir el fenotipo indicado antes de que ocurra la concepción.
Alzo su mirada algo más relajado y tiro de mi cuerpo al suyo indicando que me sentase en su regazo, cuando lo hice, él continuo hablando.
- Siempre hablan de los bebés deseados y los que no, yo claramente era un bebé esperado y no sólo por mis padres sino que para el gobierno de Estados Unidos. No sé muy bien hasta qué punto mi madre estaba de acuerdo con esto, sólo sé que el que lo tenía muy claro era mi padre puesto que desde temprano se aventuró en saber más acerca de la tesis que postulaba crear una especie de híbridos etiquetas con la consigna subnormal.
- Por qué no sabes hasta qué punto estaba involucrada tu madre, no puedes preguntarle?–Interrumpí.
La mandíbula de Daniel se tensó y todo su cuerpo lo siguió.
La había cagado.
- Dios, perdóname Daniel... Ella esta...–Murmure.
- No–Dijo rápidamente y sentí venir el aire a mis pulmones–Pero es complicado comunicarme con ella...
- Por qué? Ósea ella ya sabe que tú sabes y bueno no hay nada malo con eso, cierto?–Intente sonar clara.
- Porque ella lleva internada, desde que yo tengo cinco años, en un centro psiquiátrico.
ESTÁS LEYENDO
Subnormal.
RomanceMarié Leblanc hija de un estricto militar, John Leblanc, deberá cambiar su vida luego de la extraña y repentina muerte de su madre pero este no es la única cosa que deberá enfrentar ya que deberá aprender que no puede ser siempre la chica dependient...