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Aun sentía su calor en mi mano y seguía impresionada en cómo, en un instante había sido capaz de sanarme de cualquier tipo de dolor que sintiera mis muñecas.

- Tierra llamando a Marié, quieres napolitana?–Apareció el rostro de Ginger en mi ojos, refiriéndose a la pizza y yo asentí.

Luego de la extraña, y bizarra, confesión había actuado como una idiota. Le exigí mis pantalones y pese a que insistió que seguían mojado, mi rostro expreso todo para que me diese un pantalón holgado que tenía él lo cual los puse en cosa de segundos.

Acto seguido había tomado mi morral que se encontraba encima de su sofá para salir rápidamente de su departamento, no sin antes él intentar cogerme del brazo para detenerme pero sinceramente ese día estaba tan asustada que él lo percibió al instante, por lo que volvió a su jodida postura ruda y abrió la puerta para sacarme de ahí.

- Vete.

Y esa palabra se repetía con su voz en mi cabeza, una y otra, una y otra vez.

Había pasado una semana de aquello, una semana sin ver su rostro, una semana en la que él no había asistido a la universidad por mi culpa.

Durante toda esa semana trate de ser fuerte con respecto a él y a lo que era, pero me era imposible. Mi mente no dejaba de maquinear como rayos eso podía ser posible, pensé que todas esas tonterías de tener poderes y cosas así eran propias del cine, pero no.

Este Estado definitivamente era de locos, pensé.

Sabía que mi padre estudiaba eso de los subnormales por lo que no quería involucrarme con el tema, sentía demasiado miedo a las represalias que podía con llevar esto.

Por qué tenía justo que gustarme... ÉL.

Claramente, el grupo auto dominado subnormal en la universidad era porque poseía esa característica aunque en la universidad creyeran que era solo un tema de status quo. Aquello significaba que tanto Jota como la loca de Katy también eran igual que Daniel.

Joder, mi cabeza explotaría con tanta información...Me sentía débil, como si la fuerza comenzara alejarse de mí.

Eso sumado, al sentimiento de recordar el rostro de decepción de Daniel al exigirle que me quería ir de su casa para luego tomar rápidamente mis cosas y darle a entender que era algún tipo de monstruo.

Soy una idiota.

- De verdad no ocurre nada, Mar?... Desde una semana que estas media ida y con suerte parece que estás aquí–Comento Mica sentándose frente a mí.

A mi lado se sentó Ginger y al lado de Mica, Naomi.

- No, es sólo que estoy muy cansada por las prácticas y la temporada de exámenes– Mentí llevando rápidamente un pedazo de pizza que había dejado Ginger en la mesa.–Además son las nueve de la noche y esta semana me he acostado todos los días a eso de las ocho.

Hundí mis hombros relajados, aquello era verdad. Intentaba dormir lo que más podía con tal de detener mis pensamientos.

- Mmm vale–Miro extraña Mica a la cual le sonreí.

- Es cierto, pero Leblanc piensa que luego de los exámenes estaremos de vacaciones e ínsito que debemos juntarnos!–Me animo Ginger.

- Sí, yo estoy emocionada quiero vacaciones, ahora!–Bufo Naomi también tomando una pizza.

Fije mi mirada distraída al frente  provocando que mi cuerpo se tensara. 

Reconocí sus ojos jades entre las personas que caminaban por el pasillo congestionado. Su mirada estaba rígida en mí mientras sus labios lucían tensos, dejo de mirarme para luego observar a cada lado del patio comercial parecía preocupado y eso comenzaba a ponerme algo paranoica.

Subnormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora