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El cuerpo de Jota tapo mi campo visual, impidiéndome ver la cara que había puesto Kyle ante su gesto.

- Kyle, por qué estas acá?... Sabes que no puedes venir aquí.–Le murmuro.

- No tienes porque murmurar Marié es una persona de confianza, no es así?–Paso del cuerpo de Jota para luego estrecharme entre sus brazos.–Sigue siendo así no, Marié?

- Kyle, basta... Déjala tranquila.

- Es tu novio, Marié?– Yo negué con la cabeza mordiendo mi labio.

La verdad es que Kyle lucía aterrador, no era ni la mitad del Kyle de San Diego, el muchacho de ojos mieles que tenía locas a todas las chicas de la secundaria, con una forma de vestir típica en adolescentes y su cabello bien peinado.

- Ya, entonces... Rubio, vírate de acá– Se río.– Creo que Marié debe ponerse al día ahora que por fin acepto el grupo de subnormal.

- Espera, qué?–Le mire incrédula.

Una cosa es que Naomi hablará de eso, hasta de que Jota también lo hablará dado que todos somos de la misma universidad pero que Kyle lo hablará que estaba completamente alejado a nuestra realidad cotidiana daba cuenta que eso de los grupos parecía ser mucho más importante de lo jamás imagine.

- Basta!–Exclamo Jota con la mandíbula tensa y tomando mi mano– Mar, nos vamos ahora.

Estaba en esa encrucijada de no saber qué hacer realmente, sí lo veía de forma racional, Kyle no era para nada el chico ordenado de la secundaria sino que hasta se veía mucho más agresivo por lo que era mejor mantenerse al margen, pero también estaba el lado más emocional, en donde podría preguntarle a él acerca de esos grupos y bueno, saber más del porqué de su drástico cambio... Después de todo había sido importante en mi vida como para ignorarle.

La música se había detenido y varios se encontraban mirando la situación conflictiva que Kyle había montado, su risa se coló por mis oídos.

- Marié, todavía sigues tan engañada– Hizo un puchero en forma de burla mientras Jota tiraba de mi brazo de forma posesiva.

- A Marié no le importas, vete de acá que nadie te ha invitado, Kyle.

- Creo que me pondré a llorar– Se burló mirando a toda la gente de su alrededor. – Este bien, no quiero arruinar la fiesta de niños finos... Vienes o no, Marié

- No, no irá... Vete ya!–Espetó Jota.

- Vale, vale me voy pero Marié...– Se acercó a la altura de mi oreja para luego susurrarme– Mi número sigue siendo el mismo que hace cinco años.

Jota lo quito al instante para tenerme en sus brazos en forma de protectora, le seguí con la mirada y él me guiño un ojo de manera divertida. Ni siquiera podía dar crédito a la mitad de lo que había pasado en un día.

Al parecer la vida de la nueva Marié comenzaba a tornarse interesante...

- Tendrás que cuidar bien a tu novia, Jota– Se burló para irse con un chico que se veía mucho más rudo que él.

Hubo un silencio entre todos los que se encontraban ahí, hasta que un chico grito.

- Bien, que siga la fiesta!

La música llego a su tope para seguir con la fiesta. Salí de la casa a paso rápido chocando duramente con alguien, me tambalee pero el chico no permitió que cayera.

- Vine lo más rápido que pude.

- Se acaba de ir de hecho–Contesto Jota.

Alce mi vista encontrándome a Daniel que aun sostenía mi antebrazo duramente.

Subnormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora