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Narra Daniel.

Golpee y arroje todo lo que se cruzaba por mi camino. Hace menos de unas horas estaba junto a Marié y lo había estropeado todo con mi maldito orgullo y sobreprotección porque sabía que el tema de decirle acerca de su condición no era un tema fácil de digerir por lo mismo advertí a Jota y Bronx antes de que me tomaran en cuarentena pero no contaba con el idiota de Cooper.

Era obvio que él tenía una leve noción acerca de que Marié no era normal pero jamás imagine que supiera de su condición y llegase hasta el punto de contarle para utilizarlo en contra de sus amigos.

Pero que decía?... Kyle desde siempre había sido un puto sanguijuela.

Y por lo mismo, saber que él era así me hizo enfadarme conmigo mismo. Tenía que haber tomado medidas preventivas pero nunca pensé que se podría conectar rápidamente a través de los sueños. Era mito urbano, pero siempre se había sabido que para los anormales el transitar en los sueños de las personas les era bastante sencillo y claramente Marié no era la excepción.

El coronel Reed había hecho un trato conmigo, el cual consentía en que sí lograba al menos estar dos puntos sobre mi promedio me dejaba libre. Eso conllevaba a que prácticamente podía morir pero decisiones desesperadas requerían medidas desesperada.

Me acerque a la puerta de metal, para luego con el puño golpearla duramente. No demoraron mucho en abrir la pequeña abertura para mirarme frente a ellos.

-         Dile a Abby que me someta a sus putas pruebas–Gruñí.–Estoy listo.

Y así fue, cuando eran las cinco de la mañana y sabía que Marié había tomado una puta pésima decisión me encerraron en un contenedor de hierro el cual tenía grandes contenido de arsénico en su interior provocando que se empezaran a desintegrar parte de la piel de mis brazos.

El dolor que estaba recibiendo era uno de lo más intenso, y cuando me arrodille intentando soportarlo recordé lo idiota que había sido por no protegerla de mejor forma con Kyle Cooper.

De seguro ese idiota ahora se encontraba agasajando a mi chica con cualquier cursilería y sí de algo estaba claro que apenas saliese de ese jodido lugar, lo mataría.

Sentía como ya no era solo los brazos los cuales tenía negro sino que también era parte de mi rostro, mis ojos ardían y todo mi cuerpo ardía pero no por producto del arsénico sino que por comenzaba a sentir como mi energía se comenzaba acumular para luego hacer explotar aquel aparato militar diseñado contra subnormales.

La explosión produjo un humo intenso y pese a que caí al suelo algo desorientado, la puerta de hierro se abrió dejando ver a una castaña completamente impresionada y la cual abrazaba duramente la placa de metal en donde registraba mi actividad.

-         Solo quiero decir que tu puto trabajo es deplorable y deberías avergonzarte.

Y antes de poder haber recibido algún tipo de respuesta vi todo negro.

*

Me incorpore completamente adolorido, y pese a que suponía que estaría en esa jodida celda que se había vuelto mi hogar no fue así. Estaba en una habitación mucho más acogedora que la otra y tenía gasas por todo mi torso y brazos.

Quite las vendas de manera bruta y vi como de mis venas seguía marcado el color negro. Aquello nunca en mi vida me había pasado y no pude seguir pensándolo más porque la puerta se abrió abruptamente dejando entrar a la chica alta.

-         Hola, Dan–Murmuro.

Solo fruncí mi ceño, sabía que era un tanto tímida pero nunca se había presentado tan sumisa y tímida desde los días que la conocía.

-         Cuánto llevo aquí y por qué estoy acá?

-         En la enfermería...

Y las lágrimas no tardaron en aparecer en sus ojos mientras yo le miraba confundido. Cerró la puerta y se abalanzo a mí abrazándome mientras un sollozo salía de sus labios.

-         Pensé que morirías–Chillo en sollozo–Estuviste cinco días en coma y recién ahora estas despertando.

-         Diablos, qué?!–Exclame.

La aparte de golpe de mi cuerpo para luego quitar todo los cables que había en mis brazos e inclusive mi cuello.

-         No hagas eso! Aun no estas estable!–Me increpo.

-         Y qué mierda te importa sí lo estoy o no?–Me burle quitándome el vendaje–Trabajas para estos nazis, era igual o peor que ellos.

El cuerpo de Abby, que estaba sentada en la camilla, se tensó.

-         Eso es injusto...–Murmuro.

-         Injusto?–Ironice–Injusto para quién, Abby?. Sí mal no recuerdo eres tú la cabecilla de ese jodido grupo de laboratorio.

-         Pero yo no quiero hacerte daño, Dan.

-         De verdad?­–Bufe– Y qué dice para ti meterme en una sala de hierro con una máquina que lanza arsénico cada un segundo? Sabes cuantos como yo no han resistido a esas pruebas macabras y han muerto? Te das si quiera cuenta que estas matando a gente inocente?

-         Dan, yo...

-         Nada!–Exclame enojado–Nos tratan como rata de laboratorio y no solo eso, nos mutilan a su conveniencia y nos tienen en su puto sistema para que cuando hagamos algo nos retengan al instante. Ni siquiera sabes lo que es sentirse atrapado cuando te profesan que serás libre y todo para qué?

-         Dan, estoy enamorada de ti–Grito dejando caer varias lagrimas por su confesión

Supongo que mi cara de estupefacción se podía reconocer a leguas pero rápidamente me recompuse al entender todo.

-         Claro, estas enamorada de mí porque he sido tu juguete durante todos estos días y quieres estar conmigo por la novedad de estar con un subnormal, no es así?–La cara de Abby no daba crédito–Vale, parece que lo he pillado.

Con una breve carcajada los gritos de la castaña me callaron. Lucia desconcertada y algo perdida.

-         Por qué me recriminas todo esto!–Exclamo levantándose de golpe–He intentado que no sea tan duro, de hecho no dije nada cuando ella modifico tu historial, nada!

-         Qué?–Lo mire confundido.

-         Sí, esa chica un día vino hablar con Alex y estoy segura que fue ella quien modifico historial aumentando tus días de cuarentena.

-         Una segunda razón para reñir a Mar... Dios esta chica–Murmure riendo para mí.

-         Joder, deja de pensar en ella!–Exclamo– He hecho lo imposible porque te fijes en mí y pese a que hemos estado casi un mes junto no dejas de hablar de ella, no dejas de pensarla.

Abby quedo frente a mí, y como era alta su rostro estaba un poco más sobre de mi hombro. Sus ojos estaban llorosos y de un movimiento rápido sostuvo mi nuca para luego prensar sus labios con los míos.

Mis manos se posicionaron en su cadera para intentar apartarle y cuando hable para que se alejara tiro de mi cabello para luego meter su lengua, pese a que recibí el beso no lo respondí y eso pareció dolerle por lo que me empujo para luego borrar las lágrimas de sus ojos.

-         Alex Reed quiere verte antes de que te vayas–Hablo dolida–En ese cajón hay ropa limpia y esa puerta lleva al baño, hasta luego Dan.


Mierdaaaa.... Odio a Abby pero igual entiendo que se confunda pero igual la odio jaja

Subnormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora