12. Él#1:

822 110 15
                                    

12. Él#1:

Mi mamá era comedora compulsiva cuando venía a momentos de ansiedad.

Mi mamá. Porque eso era. Una oración corta. Confusa. Amplia. Compleja.

Massimo estaba tomando un caldo de camarón. Eliza, Tomás y Tamara una ensalada césar. Yo una hamburguesa. Mi mamá una orden de tacos mixta, pero sabía que en el proceso en el que bajábamos había comprado un chocolate guittard, pastillas de sabores ácidos y unas papas fritas.

Eliza, Massimo y Tomás se sentaron aparte, a pocos metros de nosotros.

—Qué fumado está todo—comenzó a decir Tamara, rompiendo el silencio—. ¿Por qué no me dijiste?

Mi mamá se quedó callada unos segundos, sin saber cómo continuar, como si nosotros estuviéramos rompiendo la comodidad, sobre todo la hostilidad de Eliza a la distancia.

—Gerardo me sigue manipulando—dijo, lentamente—. Esa era una de las condiciones: él no iba a buscar ni a Massimo o Yevgeny, iba a dejar a Eliza y a mi mamá fuera de todo esto, sólo si yo hacía todo lo que él me mandaba, tú y Thomas eran educados fuera de un ambiente familiar, bajo sus instrucciones. ¿Entiendes lo que digo?

—Sí— asintió, apretando su café contra sus labios—. Él sigue vivo. Gerardo.

—Pero cuéntale todo— le insté y me volví hacia Tamara, quien aún parecía desconocerme un poco—. Es... es más complicado que eso.

—A eso iba— me sonrió un poco—. Gerardo siempre notó en mí la honestidad. Mi manera de ser con los demás es honesta, les digo lo que tienen que saber, y la gente lo nota y lo sabe. Él también notó eso en la gente, y supo que, si yo mentía, la gente no lo notaría. Y no lo han hecho: no saben que Gerardo les sigue mandando mediante mis acciones, y que él tiene miles de experimentos mentales por todas partes. No sólo tú y Thomas: ustedes solo son las caras, los representantes. Él también está encabezando la AGU, con un pseudónimo. Se logró aliar con el director pasado y cuando yo me declaré directora en la agencia fue porque él, el director de la AGU, acababa de fallecer y le dejó la agencia. Tiene a todos de su lado, Tamara.

—Pero no entiendo, si él quiere un soldado ¿por qué no va a Estados Unidos o Rusia y ya?

—Olvida lo de Rusia— súbitamente, Tomás estaba sentado a mi lado, viendo directamente a mi mamá—, eso no le sirvió.

—Y porque ustedes no son soldados— Massimo se sentó al lado de mi mamá, sosteniendo una botella de agua y haciendo una mueca—. Y porque soldados ya tiene: todos los de la APMA y la AGU están de su lado, sin que ellos lo sepan.

—Y necesita a alguien que nunca haya estado atado al mundo, pero que lo conozca—dijo mi mamá, asintiendo—; alguien que supuestamente nunca ha querido, alguien que esté enojado, a quien le faltan piezas en lugar de tenerlas rotas; esas personas son ustedes. Cuando tenga el dinero y el poder suficiente para desatar ese poder, tú y Thomas van a ser los representantes.

—Nunca me ha gustado la política—dijo Tamara—. Creo que le vas a tener que avisar eso porque es un gran percance. Y lo digo en serio, no como una vaga excusa.

—No sé qué es lo que quiere de ustedes—le contestó mi mamá—. Nunca me ha querido decir. Solo me ordena poco a poco.

—Pero él no sabe que los cuatro estuvimos viviendo juntos—dijo Tamara—. Cuando lo sepa va a ser un des... despapaye.

—Un desmadre, sí— dijo Tomás, asintiendo—. ¿Qué vamos a hacer ahora que saben que mi papá estaba con nosotros?

—No sabe— dijo mi mamá—. Cuando construí la casa... cuando mandé construir la casa mencioné que estaba geográficamente en otra parte; hay una casa en la República Dominicana que no existe, de hecho. Mi mamá está supuestamente en Montenegro, Eliza en Angola, tú, Tomás, en Niue, y tú, Tamara... tú estás viviendo en la isla. Contraté a un equipo para que sincronizara estas cuatro casas y él no pudiera sospecharlo. Funcionó bien.  Sí sabe que ustedes dos, Tamara y Thomas, se conocen y que son compañeros, apoya la idea, pero no sabe que viven juntos.

2. Agente TF01, pandemónium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora