18. Él#2.

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18. Él#2.

Me quedé estático por algunos segundos, confundido, parado en la mitad de la gente que comenzaba a hacer escrúpulos del espectáculo que estaba sucediendo. Con Tamara apuntándose a la cabeza y Gerardo a pocos centímetros de distancia, entendí lo que estaba sucediendo, y me dirigí hacia donde estaba con rapidez.

— ¿Estás idiota o qué?— le pregunté, acercándome hacia ella tan enojado que cambió su estado a uno defensivo.

—Estaría estúpida si sólo me matara a mí— me dijo, levantando la mirada hacia mí—. Los dos somos la base de este plan, Tomás, y este es el único sentido que le encuentro.

Me quedé de nuevo inmóvil, intentando de procesar lo que estaba haciendo. Entrecerró sus ojos y apretó sus labios, mostrando el nerviosismo que me hizo comenzar a dudar de sus planes. Viré un poco mi cabeza y entrecerré los ojos.

—Tienes que ser demasiado ególatra para pensar que nosotros haríamos un tipo de cambio— le dije, negando con la cabeza y moviendo mi mandíbula—, porque no vamos a hacer ningún cambio, sólo una estupidez.

—En eso estás en lo cierto— dijo Gerardo, detrás de nosotros, casi divertido—. No son los únicos.

—Pero sabes que de alguna manera somos importantes, que cada año es indispensable. Diecisiete no pasan de un día a otro.

Él se acercó hacia nosotros, viendo la escena desde la distancia, nuestros perfiles, viendo cómo se formaba cada una de nuestros gestos involuntarios, notando la creación que él mismo había creado, y me pregunté si sí éramos lo que él había pensado. Me gustaba pensar que no.

—Que sean importantes no significa que sean irremplazables, pero nunca los dejaría que se murieran. No después el hecho que me importan. No pueden ser así de egoístas.

—No me salgas con tus...

— ¡Tamara!— le grité, lanzándole una mirada.

— ¿Qué?— se volvió hacia mí, escupiéndome al hablar—. Por lo menos no estaré viva para ver qué pasa.

—Qué marica eres, entonces. ¿Todavía no te entra todo lo que hizo Victoria por ti?

— ¡No es egoísmo! ¡Es todo lo contrario! Por eso digo que te vienes conmigo, sólo así podemos frenar todo esto y hacer la reflexión de que esto no es lo mejor, que este hombre que está a mi lado es un impostor. Es la única manera en la que podemos hacer las cosas mejor. Salvar a todos.

Gerardo soltó una carcajada. Me volví hacia él, frunciendo el ceño. Él también lo frunció, confundido.

Escuché el disparo.

Y todo se alentó...

Me volví de golpe hacia ella, con el tiempo partiéndose en gajos de sentimientos, pensando que había sido ella. Sin embargo, cuando vi cómo Gerardo se impulsaba hacia atrás y caía pegado contra la pared, me volví hacia ella, reprendiéndola con la mirada.

Gerardo comenzó a reír, negando con la cabeza. Se puso de pie, soltando pequeños gemidos. Se volvió hacia la multitud, elevando las manos malformadas al hacerlo, sus raquíticas piernas flaqueando.

— ¿Qué les pareció esta introducción? ¿Mejor que la del año pasado?—preguntó a la audiencia, acercándose hacia mí. Me tomó de la mano y me abrazó, riendo un poco al hacerlo. La gente parecía seguir dudando, con miradas curiosas, la oscuridad envolviéndonos cada vez más, misteriosos. Detrás de mí, hacia Tamara, murmuró en español—. Tú papá está conmigo, así que espero que también sepas actuar mejor que yo.

2. Agente TF01, pandemónium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora