22. Ella
Yevgeny pasó de largo a Victoria y abrazó a Tom, quien le dio palmadas sobre la espalda. Él, en cambio a Tom, parecía estar más tenso. No sabía si por la falta de experiencia y tacto, o por el hecho de que Victoria estaba a pocos centímetros de él, con sus manos temblorosas.
— ¿Privet? — le preguntó Yevgeny, alzando ambas cejas y haciéndose hacia atrás, dándole la espalda a Victoria, quien parecía indignada, pero actuaba indiferente. Se secó sus manos en sus pantalones y se cruzó de brazos. Carraspeó, frunciendo levemente el ceño.
—Uzhe nachali— le dijo Tomás, alzando su comisura derecha, y Yevgeny sonrió, viendo sus labios al hablar.
— ¿Has visto a tu papá?— preguntó él en español.
—Está en la agencia— le dijo Tom, evitando una mueca, divertida de su parte, al notar los mismos comportamientos que yo.
— ¿Y qué hace allá el ingrato? Lo intenté localizar para su cumpleaños, pero no pude.
—Le dije que fuera a Taer por su cumpleaños y porque le iba a presentar a Tamara...
— ¿Qué?—pregunté, sin moverme hacia ellos a causa de mi rodilla.
— ¿Chto?—vociferó Yevgeny.
—Ustedes estaban de maricones y no querían que le dijera. El punto es que el pendejo se metió por los árboles de la playa, un sábado en la noche, cerca de una fiesta de adolescentes borrachos, y le disparó uno. No fue la OCU, como creíamos.
— ¿Dónde fue? ¿Está bien?
—Sí, nada más fue en el hombro. Pero estaba envenenada y tuvieron que ir a la OEU por el antídoto.
—Ah—se calmó, dejando caer sus hombros—. Entonces que no sea marica. No fue nada. Aun así, yo tenía algo del antídoto. Una vez me robé un poco.
—Pero desapareciste por dos meses— le recordé hablando fuertemente para que me escuchara, caminando hacia él saltando con mi pie izquierdo. Tom, al notar mi estado, se adelantó y se acercó hacia mí para ayudarme a caminar—. Nadie sabía dónde estabas.
—Massimo sabía que salía mucho para ir a tus misiones— explicó él—. Y me quedé un tiempo con Ohin, el jefe de los Slabitel'noye, cuando me atraparon. Es un conocido. Aparte de eso tenía que hacer unos favores en los que no me podía arriesgar que supieran dónde estaba.
—Aun así ellos no tienen problemas con matarlos, y ustedes todavía no entienden eso, Yevgeny — dijo Victoria, con una voz de reprensión que flaqueó unos segundos. Ella levantó la mirada, y fue en ese momento que me di cuenta que Victoria, máximo, le llegaba al hombro.
Yevgeny se dio la vuelta abruptamente y se le quedó viendo, como si estuviera intentando de analizar completamente a una nueva persona, sus facciones, cada uno de sus gestos, compenetrando una realidad pasajera y foránea, ese timbre de voz, casi como si el silencio hubiera tomado el infravalorado precio de las palabras actualmente.
No quería que ellos se convirtieran en eso, en ese amor melancólico e imposible para ambos, pese a que ambos estaban sellados y juntos en muchos aspectos. Era difícil para ellos, lo entendía, quererse y no estar juntos, tanto que parecían no saber qué hacer al tener esa oportunidad, casi como si tuvieran miedo, pero no siendo imposible. De la nada, estuve intrigada por su historia, cómo era que dos personalidades tan diferentes parecían compenetrarse tanto.
—Vamos al submarino que me trajo— dijo él en cambio, caminando hacia donde estaba, hacia donde supuse que era la dirección del submarino.
Me le quedé viendo, escéptica.
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2. Agente TF01, pandemónium.
RomanceSinopsis de la segunda parte. ¡NO LEER SI NO HAS LEÍDO LA PRIMERA PARTE, CONTIENE MUCHOS SPOILERS! La agencia, las personas que trabajan para ella, el mundo y las familias están pasando por un pandemónium. Tamara pensaba que, d...