They don't know about us - Tell me a lie

→Capitulo II

Era un mural lleno de nuestras fotos. ¿Cómo pude olvidarlo? A los pocos instantes salió Liam con un ramo de flores.

-Felices dos meses -sonrió y besó mis labios.
-Eres hermoso -lo abracé-. Yo soy una horrible persona.
-¿Que dices? -me miró.
-Lo olvidé completamente.
-Ay... Sabes que no importa ¿cierto?
-¿Eh?
-Yo me olvidé del primero, así que estamos a mano.
-Oh que es cierto -reí.
-Ten -dijo sonriente.
-Gracias, están hermosas -las olí.
-Ahora ¿vamos?
-¿Aún hay más?
-Si -sonrió.

Subimos el mural con nuestras fotos a su habitación y luego fuimos a mi casa a dejar las flores. No había nadie allí. Scar estaba con Ed y mis padres sólo habían salido.

Después de dejar las rosas en un jarrón con agua salimos de mi casa, entrelazamos los dedos de nuestras manos y caminamos.

No tenía idea hacia donde íbamos, era una sorpresa para mi.

El calor invadía todo mi cuerpo y estaba empezando a desesperarme.

-Llegamos -dijo deteniéndose y sonriendo.

Era un parque natural al que había ido de pequeña con mi familia y una que otras veces con Liam, su madre y sus hermanas.

-¿Aquí?
-Si.
-Oh... Hace mucho no venía.
-¿En serio?
-En serio -reí.
-Eso lo hace mejor -sonrió.

Entramos y a los pocos minutos nos encontrábamos frente a una cascada donde se permitía el acceso a visitantes. No recordaba haberla visto antes.

-Wow.
-Es increíble, lo se -dijo Liam sonriente.
-No recordaba haberla visto.
-Es que la pusieron hasta hace dos años más o menos.
-Oh...

Volvió a coger mi mano y luego subimos unas escaleras para llegar a una parte alta de allí. Todo se veía desde ese lugar, era hermoso. No sentamos en las rocas y me miró a los ojos.

-Emma... ¿Por que eres tan perfecta? -dijo sonriente.
-No lo se -alcé los hombros y luego hice una risa leve.
-Dios, te amo tanto. Te juro que jamás había conocido a una chica tan increíble como tu. Eres simpática, sencilla, a veces algo distraída, pero aún así me haces el chico más feliz de todos -acarició mejilla y sonrió.
-Pues tu me haces muy feliz, es algo que ni Harry me logró hacer sentir -lo miré a los ojos y en ellos tenía un cierto brillo de felicidad-. Te amo locamente.

Me acercó a él y luego me besó de la forma más dulce y tierna. Esto no se comparaba con lo que yo le había hecho hace un mes; la cascada le ganaba a la cena.

-¿Y por que vinimos aquí? -pregunté.
-Porque me recuerda cuando éramos pequeños y veníamos a correr y a jugar. Quería volver a recordar cosas del pasado, no se. Jamás imaginé que me terminaría enamorando locamente de ti y cuando vine hace unos días, todo volvió a mi memoria -sonrió-. Fueron unos buenos momentos.
-Si... Cuando pensábamos que éramos libres con el simple hecho de correr con los brazos estirados como si tuviéramos alas -reí.
-Exacto -sonrió y volvió a besarme.

La tarde se pasó rapidísimo junto a él, pero aún así volvimos a casa antes de que Karen se preocupara más.

Así fueran las 8 pm el sol brillaba en el cielo, era increíble. Amaba el verano.

Llegamos a la casa de Liam y su madre nos tenía preparada la comida.

-Mama, no era necesario.
-Si era hijo, ahora no reniegues y siéntate.
-Ay...
-Gracias Karen -sonreí.
-No hay de que Emma. Ah por cierto, es mi regalo de dos meses para ustedes.
-Gracias mama -sonrió-. En serio.

Karen era hermosa, sin duda. Nos sentamos a comer y mientras los tenedores hacían ruido en los platos Liam y yo nos mirábamos sonrientes. Poco después llegó una de sus hermanas.

-Dios santo ¿Emma?

Volteé a mirar velozmente y sonreí.

-Ruth -me levanté y me acerqué a ella-. ¿Qué tal?
-Por Dios hace tanto no te veía. ¿Qué tal has estado?
-Muy bien, no me quejo.
-Hola hermana -dijo Liam desde la mesa.
-Hola Liam ¿y eso?
-¿Que? -preguntó él.
-¿Por que comen con velas y todo en la mesa?
-Ah... Mama nos preparo una cena para los dos.
-Oh... ¿Están saliendo?
-Si -dijimos casi al unísono.
-Oh que increíble. Entonces si es así los dejo tórtolos, iré a saludar a mama. Liam... La cuidas -lo señaló con el dedo índice.
-Si.

Ruth subió las escaleras y yo volví a sentarme.

Seguimos comiendo en silencio y luego sonreí. Liam me miró sonriente.

-¿Que pasó?
-Me acordé de cuando te besé en el campo de fútbol.
-Oh. ¿Por que te ríes?
-No me rió, sólo me acordé de como me sentía en ese momento. Estaba súper mal así por lo de Harry y pues no te quería perder a ti también. No iba a dejar que esa oportunidad se fuera así que cuando te levantaste cogí valor y nada, te besé.
-Ahí fue donde comenzó todo.
-Si.
-¿Que hubieras pasado si no me hubieras besado esa vez? ¿Qué estaríamos haciendo en estos momentos?
-Yo posiblemente estaría arrepintiéndome por no haberte dicho lo que sentía por ti y viviría con la culpa por toda la vida.
-Yo posiblemente... Hubiera ido a tu casa a que saliéramos a algo y en algún momento te besaría porque tus labios son adictivos.
-Ay -sonreí y sentí como mis mejillas ardían.
-Amo cuando te sonrojas -sonrió.

No dije nada, sólo le sonreí e intente calmarme para que me bajara el calor de las mejillas.

Terminamos de comer y le dimos las gracias a Karen. Poco después Ruth bajó furiosa.

-Wow ¿qué pasó?
-¿Por que esa zorra esta aquí?
-¿Quien?
-Liam... Tu sabes bien de quien estoy hablando.
-¿Sophia?
-Si.
-¿Zorra? -pregunté graciosa.
-Si.
-Wow, al parecer no soy la única que piensa eso -reí.
-Emma... -Liam me miró serio.
-¿Que?
-Respétala.
-¿Que? ¿Respetarla? ¿Cómo ella me respetó a mi cuando tan sólo éramos niñas? -alcé la voz-. ¿Qué ha hecho ella para merecer mi respeto? -levanté las cejas esperando una respuesta, pero él sólo guardó silencio; sabía de lo que hablaba-. Lo suponía... -sin decir más, cogí mis cosas, abrí la puerta y cerré con un portazo al salir de allí.

Al llegar a mi casa seguía sin haber nadie. Fui a la cocina por agua y en la nevera había una nota "Fuimos a la casa de la abuela, volvemos en una semana".

-Genial -me dije a mi misma.

Me serví agua en el primer vaso que encontré y luego subí a mi habitación. Quería llorar, pero no de tristeza, si no de rabia, Liam me tenía harta con su comportamiento "gentil" hacia Sophia.

Poco después, la ventana de mi habitación sonó y me acerqué a ella. Abrí la cortina, suspiré al ver quien era y abrí la ventana para dejarlo pasar.

-Hola -dije sin ánimos.
-Hola... Perdóname.
-Ya da igual...
-No, no da igual. No me gusta pelear contigo y menos cuando cumplimos dos meses de novios.

No dije nada, sólo miré hacia otro lado de mi habitación, no era capaz de mirarlo a los ojos.

-Emma... -acarició mi mejilla, puso sus dedos debajo de mi mandíbula y me hizo mirarlo. Mantuvimos la mirada por unos segundos y luego él depositó un cálido beso en mis labios.