→Capitulo XIX

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Tiré el teléfono a un lado y me acosté en la cama. Volví a buscar mi celular, debajo de la almohada, en todos los cajones de mi habitación, en los bolsillos de mi chaqueta, en los estantes, debajo de mi cama... No lo encontré por ningún lugar, mierda. Volvió a sonar el teléfono y contesté.

-¿Hola?
-¡Feliz cumpleaños! -gritaron dos chicos al otro lado de la línea, ninguno era Liam.
-Gracias -sonreí.
-¿Sabes con quien hablas?
-Si mi odio no falla... Eres Niall -reí.
-¡Si! -dije emocionado. Reí-. ¿Cómo estas?
-Muy bien ¿tu que tal?
-Bien, con pocas ganas de volver.
-Me imagino -reí.
-Ayer se me olvidó desearte feliz cumpleaños en el aeropuerto.
-No te preocupes. Por cierto ¿de dónde sacaste el número?
-Tu hermana me lo dio, como no contestas el celular.
-Es que no lo encuentro.
-Oh... -silencio-. Bueno Emma, espero pases un muy buen día y que cumplas mucho más.
-Gracias.
-Espera que alguien quiere hablar contigo.
-Vale.
-Hola Emma.
-¡Ashton!
-¿Como estas?
-Muy bien ¿tu?
-Bien, disfrutando del último respiro de libertad.
-Ja, si.
-Supongo que has tenido el teléfono sonando toda la mañana.
-De hecho, no. Ustedes fueron los segundos en llamar.
-Oh ¿Y quien fue el primero? Seguro fue Liam.
-Nop, fue un primo que vive en Rusia.
-Ow... Bueno Emma, espero tengas un lindo día y la pases muy bien.
-Gracias.
-Te quiero, adiós.
-Yo a ti, adiós.

Colgué y como si fuera poco volvió a sonar.

-Ay maldita sea. ¿Hola? -contesté algo molesta.
-Wow Emma ¿estas bien?
-Oh Louis hola.
-¿Te encuentras bien?
-Si, es que eso de las llamadas telefónicas... No me gusta mucho.
-Pues sino contestas el celular.
-Si tan sólo supiera donde rayos esta.
-Oh.
-Y ahora que me doy cuenta tampoco esta mi laptop ni mi iPod.
-Ow... Pero igual, creo que los que no te encuentren en el celular te llaman al teléfono.
-Quizá... Pero Liam no.
-¿Liam no te ha llamado?
-No, sólo me mandó rosas.
-Bueno, por lo menos te mandó algo.
-¿Que le costaba venir y dármelas él mismo?
-Ay Emma, se acordó de tu cumpleaños.
-Ya se, pero es como si no quisiera verme.
-Pues llámalo a ver que te dice.
-Vale...
-Bueno, pues te llamaba para desearte un feliz cumpleaños, que la pases muy bien y que te feliciten muchas personas.
-Vale -reí-, gracias.
-Hablamos otro día, te quiero. Adiós.
-Va, yo a ti. Adiós.

Colgué, dejé el teléfono en la cama y fui donde mi mamá.

-Hey ma ¿sabes dónde esta mi laptop y mi iPod?
-No hija, tu eres la que se hace cargo de eso.
-Ay, es que no lo encuentro.
-Quizá aparezca más tarde. Más bien ve y báñate, vamos a salir.
-Voy.

Esperé media hora más por si el teléfono volvía a sonar, pero nadie más llamó.

-Creo que todos se olvidaron de mi -me dije a mi misma mientras caminaba hacia el baño.

Al entrar me quité la ropa y me metí en la ducha. Menudo cumpleaños 18 que estaba teniendo. Me lavé el cabello y cuando salí me envolví con una toalla el pelo y con otra el cuerpo. Me puse la ropa interior apenas entré a mi habitación y encima un pantalón negro, un saco beige y unas botas del mismo color del saco; encima me puse un abrigo y luego me peiné.

-¿Ya estas lista? -preguntó mi mama al abrir la puerta.
-Si.
-Bueno, te espero en el carro.
-Vale.

Mi mamá salió de mi habitación y me sequé un poco el pelo. En seguida bajé y me subí al carro. En cuanto estuvimos listos, mi papá arrancó. Cerca de 20 minutos después, mi papa parqueó en un restaurante. Nos bajamos del carro y entramos en él. La mesa ya estaba reservada y uno de los camareros nos guió a ella. Nos dieron la carta y luego tomaron nuestros pedidos. Los platos llegaron casi al instante y en cuanto acabamos me dieron un pequeño pie con una vela encima y cantaron el cumpleaños.
Sentí como mis mejillas se tornaban rojas, amaba a mis papas, pero odiaba que hicieran eso ¿a quien le importaba que yo cumpliera años? Mi papa pidió la cuenta, pagó y volvimos al carro. En poco tiempo estuvimos en casa. Apenas entrar miré si había mensajes nuevos en la contestadora, pero no había nada. Odiaba que mi celular hubiese desaparecido de la nada. Subí a mi habitación y me puse a ver televisión, no había nada mejor que hacer. Pasé los canales hasta que vi algo que me llamó la atención.

-Maratón de la primera temporada de GossipGirl, a continuación. Sólo por 'tbs, very funny'.
-Increíble.

El programa que pasaban en ese canal llegó a su fin y comenzó Gossip Girl. Me había visto alguno que otro capitulo, pero jamás me la había visto completa. Cada vez se ponía mejor, Blaire salía con Nate pero se había acostado con Chuck y odiaba a su mejor amiga por haberse acostado con Nate mientras Blaire y él salían.

-Hija, vamos.
-¿Que? -la miré con cara de horror-. ¿A dónde?
-Karen nos invitó a comer.
-Pero si son las...
-7:39 -me interrumpió.
-Wow, el día se pasó muy rápido.
-Si, más bien alístate y vamos.
-Ay, voy.

La verdad era que no quería salir, aparte que daban maratón de Gossip Girl en mi cumpleaños ¿cuando más lo volverían a pasar? Empezaba a creer que ese había sido un regalo de cumpleaños indirecto de parte de ese canal.
Terminé de ver el capítulo mientras me ponía las botas y me ponía un poco de perfume, quizá Liam estaría presente. Antes de bajar entré al baño y al salir cogí mi abrigo y bajé las escaleras. Miré hacia donde estaban las rosas, pero ya no estaban ¿que las habían hecho?

-Mamá.
-Dime -dijo desde la cocina.
-¿Dónde están las rosas?
-En el jarrón donde las puse.
-No están.
-¿Como que no están? -salió de la cocina y miró hacia donde estaba el jarrón vacío-. Oh...
-Ya ves... Hoy se me perdió todo, mi celular, mi iPod, mi laptop y ahora las rosas que me regaló Liam. Ah si y para rematar sólo ustedes y cuatro personas más se acordaron dei cumpleaños.
-Ay hija -me abrazó.
-Voy al carro -dije cuando me soltó.
-Vale, yo voy en seguida.
-Vale.

Fui al garaje y entré al carro, esperamos a mi mamá y al poco rato entró.

They don't know about us - Tell me a lieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora