Diferentes [D#1]

Capítulo treinta y seis: Intentarlo

Me siento en la orilla de la cama de Max, y comienzo a sentirme algo nerviosa, no sé qué decirle a Alex, aunque él parece muy tranquilo, se recuesta de la puerta y me sonríe, pero me doy cuenta que realmente esa sonrisa de labios apretados es algo falsa.

— Lo siento —digo algo apenada, porque es lo único que tengo para decir y realmente me siento mal. Porque Alex confió en mí, y yo simplemente fui y se lo dije a Cassi como si la confianza de él no significara nada.

— Está bien Sky —dice algo relajado y haciendo una mueca—, supuse que iba a pasar en algún momento, es solo que me agarro desprevenido.

— No Ale, no está bien... Tú confiaste en mí y yo... Yo simplemente no lo soporté. Ella y yo hemos sido amigas por años y... Alá, que me haya ocultado algo como eso realmente me lastimó... Y el motivo por lo que lo hizo —dejo escapar un suspiro y niego con la cabeza—, no sé qué pasa conmigo... Me siento una mala amiga.

— No eres una mala amiga... Yo te entiendo, simplemente no querías lastimarla y la sobreprotegiste demasiado. Tu único error fue pensar que todos querían algo de ella, actuaste sin pensar. Es decir, nunca realmente te preocupaste si yo sentía algo por ella, de inmediato sacaste conclusiones erradas.

Dejo escapar un sonido de desespero y me dejo caer sobre la cama, pongo ambas manos sobre mi abdomen y miro fijamente el techo.

— Soy una idiota. Y siento que he arruinado todo con mi mejor amiga, y que he arruinado todo entre ustedes. El sentido de culpa va a acabar conmigo.

— Deja el drama Sky —dice dejando escapar una leve risa—, yo buscaré una manera de solucionar esto... Pronto se le pasará lo que sea que tiene y yo me encargaré de que entienda tu punto de vista... Después de todo, ambas están iguales, solo que tu eres demasiado impulsiva.

— ¿A qué te refieres?

— A que ella también cree que Max solo te busca para acostarse contigo.

Pongo un brazo sobre mis ojos y comienzo a respirar profundo y pausado, mi corazón comienza a acelerarse poco a poco.

Siento el peso de Alex sobre el colchón y de repente quiero esconderme bajo las sabanas y no tener esta conversación con él.

— Yo sé que te gusta Sky, es algo que se ha vuelto obvio, especialmente como tratas de ocultarlo

— No quiero hablar de eso —digo seria.

— Bien —siento la calidez de su mano sobre mi rodilla—, solo quiero que sepas que ocultarlo lo hará peor, créeme. El hecho que mi hermano sepa que te gusta no cambiará las cosas si tú no quieres. Después de todo eres la mujer, eres quien decide.

La calidez sobre mi rodilla desaparece, así como su peso sobre el colchón, un par de segundos después escucho la puerta abrirse.

— Por cierto, puedes usar la puerta Sky, saltar por la ventana es peligroso.

Quiero sacarle el dedo medio o insultarlo, pero me reprimo a mí misma, escucho la puerta cerrarse y bajo mi brazo. Estoy sola en la habitación de Max, acostada en su cama pareciendo una idiota, con mil y un ideas en la cabeza, me siento de nuevo y me paso una mano por el cabello.

Esto es un completo desastre.

Me pongo de pie y salgo de la habitación haciendo todo lo posible por hacer el menor ruido. Camino lentamente y bajo las escaleras como si estuviera esperando que los escalones rechinaran en cualquier momento, cuando llego abajo abro y cierro la puerta con mucha cautela y prácticamente corro hasta llegar a mi casa y abrir la puerta rápidamente para entrar al pasillo.