Escucho como alguien abre la puerta lentamente e intenta caminar sin hacer mucho ruido, seguido siento el peso sobre mi cama y luego unos brazos rodeándome el cuerpo en un leve abrazo.
— Sky —susurra mi papá en mi oído, de manera automática entierro mi cara en la almohada—, yo sé que estás cansada... Pero debes despertarte para ir a clases.
Suspiro ruidosamente y me muevo un poco más, enróllenme en las sabanas.
— Sky —mi papá se aleja y pone una mano sobre mi hombro—, ya debes estar en la escuela... Levántate.
— No quiero —respondo con voz ronca.
— Sky... Te tengo una propuesta, ¿Qué tal si...?
— Papá —le interrumpo y me volteo a verlo, aún está usando su pijama y tiene el cabello un poco desordenado, a pesar de la poca luz que entra por la ventana, puedo ver sus ojos marrones viéndome un poco cansado—, ahora no es el momento.... Solo quiero quedarme aquí y dormir todo el día, mes, año... Lo que sea.
Él asiente levemente y me quita el cabello de la cara.
— Lo lamento cariño, pero eso no será hoy... Así que levántate y ve a clases.
Me sonríe con los labios cerrados y se levanta, pero antes de irse se asegurar de abrir bien las cortinas y las ventana para que entre todo el sol de la mañana y que me despierte por completo.
Escondo mis pequeñas manos en las mangas de mi sweater, me abro paso lentamente entre la gente que va corriendo porque va a llegar tarde a su clase, y aunque yo también lo haré, no puedo evitar caminar demasiado lento, arrastrando mis zapatos por el pasillo y bostezando cada ciertos minutos, llego hasta mi casillero después de lo que parece una eternidad, me tomo mi tiempo para poner la combinación, y al abrirlo, mi ceño se frunce enseguida.
Encima de todos mis libros, de las hojas sueltas y de toda la porquería que tengo ahí guardado hay un pequeño cupcake, con una cobertura color rosa y una cereza en el tope, poco convencida saco el dulce con cuidado y agarro mi libro de literatura, junto a mi edición de bolsillo de Hamlet, y sin devolver el dulce al lugar en donde estaba antes, cierro la puerta de metal y camino hasta mi salón de clases.
Con la puerta cerrada puedo escuchar un alboroto, miro el reloj en mi muñeca que me dice que ya voy más de 15 minutos tarde, sin embargo, parece que el profesor aún no ha llegado, aún caminando con pesar abro lentamente la puerta, todos se quedan en silencio y voltean a verme, cuando se dan cuenta que no soy el profesor todos vuelven a lo suyo.
Todos excepto Max, él enseguida se pone de pie y me hace señas al asiento vacío junto a él.
Sin muchos ánimos de pelear, camino hasta el asiento vacío y me dejo caer en la silla, mi bolso hace un sonido fuerte cuando golpea fuertemente el piso, levanto la vista, Max está viéndome atentamente, sin ganas de muchos rodeos, coloco el cupcake sobre el escritorio, lo miro directamente y él frunce el ceño.
— ¿Qué pasa con eso? —pregunta algo dudoso.
— Deja de colocar estas cosas en mi casillero... No soy muy amante del dulce, es decir sí, pero... No hoy.
Max profundiza su ceño y se acerca lo suficiente a mi para que pueda oler su perfume.
— Sky —dice como si estuviera hablando con un niño—, yo no puse eso...
— No mientas —digo un poco cansada—, tu eres quien está fastidiándome con salir y esto... Realmente no es de mi agrado.
— Skyler —dice ahora un poco más serio—, yo realmente no hice eso, sí, quiero invitarte a salir, pero esto —señala el diminuto dulce— realmente no es mi estilo, yo prefiero ser un poco más directo.
ESTÁS LEYENDO
Diferentes [D#1]
Roman d'amourSky Edison se niega a vivir bajo la sombra de sus padres, ella quiere romper los esquemas, ser diferentes, el único problema es que es demasiado tímida y los ataques de nervios la atacan cada vez que es el centro de atención, por eso ella y su mejor...