Capítulo dos: Cena

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Una vez que he terminado de arreglar todo el papeleo del trabajo, me acuesto en la cama y abrazo la almohada, buscando de dormirme pronto.

Siento que solo he parpadeado cuando escucho la puerta abrirse y luego siento a alguien sentarse en la cama, acariciando mi cabello que está esparcido por la almohada.

— Princesa —habla mi papá con un tono demasiado tranquilo—, despierta... Es hora de cenar.

— No —refunfuño mientras me envuelvo más en las sabanas—, es hora de dormir.

— Sky, has estado durmiendo como por 4 horas, tu mamá quiere que la ayudes con la cena, dice que invitó hoy a los nuevos vecinos.

Me doy la vuelta lentamente para ver a mi papá, sus ojos chocolate intenso me ven con algo de lastima, como si odiara tener que despertarme.

— No quiero —digo haciendo un mohín, sabiendo loo fácil que es convencer a mi papá, él parece pensarlo un momento y luego niega con la cabeza.

— Tu mamá me pidió que te dijera, tienes que bajar Sky.

Se inclina para darme un beso en la frente y luego se pone de pie y sale de mi habitación, cerrando la puerta detrás de él con mucho cuidado, yo me quedo acostada mirando el techo, pensando en los nuevos vecinos y que va a ser tan imposible ser su amiga.

Yo soy una persona demasiado tranquila, y ellos dos se ve que no son más que problemas.

Me pongo de pie lentamente y busco en mi closet un pantalón holgados y una camisa ajustada, voy al baño y me lavo la cara, para luego amarrarme el cabello y salir hasta la cocina, caminando lo más lento posible.

Mi mamá está adentro, moviéndose de ida y vuelta en la cocina, con demasiadas ollas hirviendo y mi papá está arreglando la mesa.

— ¿En qué te puedo ayudar? —le pregunto a mi mamá antes de bostezar.

— Cariño, ve preparando la ensalada por favor.

Arrastrando mis pies por toda la cocina comienzo a preparar la ensalada, mientras de reojo veo a mi mamá sacar la lasaña del horno e ir apagando las hornillas una por una, hasta que escuchamos el timbre.

— ¡Ryan son ellos! —grita mi mamá y escucho a mi papá apresurando su paso e ir hasta la puerta principal.

Los murmullos y las sonrisas comienza a hacerse un poco más fuerte, hasta el punto que mi mamá me agarra de la camisa y de un fuerte tirón me saca de la cocina. No tengo tiempo para protestar porque enseguida estoy parada frente a Mark, con su cuerpo demasiado grande y su sonrisa demasiado amable.

— Hola Sky —las esquinas de sus ojos se arrugan un poco ante su enorme sonrisa, estira la mano para agarrar de la cintura a una señora de baja estatura—, ella es mi esposa Mery.

— Es un placer —ella extiende su mano y estrecha fuertemente la mía—, tienes que decirme la receta de esas galletas, no pararon de hablar de eso durante todo el día.

— Uhm, en realidad fue mi mamá quien las hizo.

Ella comienza a hablar y a gesticular de una manera demasiado dramática, yo simplemente le sonrío y asiento cuando creo que es apropiado, una vez que mi papá ya los ha saludado a todos y mi mamá ha dejado de recibir halagos por sus galletas, camino hasta sentarme en la mesa, Ale me ve por encima de su hombro y camina hasta sentarse a mi lado.

— No pareces contenta de tenernos aquí.

— Eso es porque realmente no estoy contenta de tenerlos aquí.

Él estira su largo cuerpo y coloca sus brazos detrás de su cabeza, sigo con la mirada sus brazos que parecen bien marcados por el ejercicio y por debajo de la manga logro ver la sombra de un tatuaje. Termina de estirarse y pone un codo sobre la mesa, para dejar descansa su cara en su mano y verme con esos ojos de un verde realmente intenso.

Diferentes [D#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora