Diferentes [D#1]

Capitulo cincuenta y tres: por favor Max

Max POV

No puedo seguir faltando a clases, hoy tuve que insistir mucho para no ir, mi papá está muy renuente, pero lo único que quiero hacer es ir a ver a mi hermano... Y huir de Sky.

No es por nada malo, es solo que he sido una montaña rusa de sentimientos y creo que verla ahora no será lo correcto. Después que me dejó en su habitación pensé si realmente debía quedarme o no, porque no importaba mucho lo bien que se sentía estar ahí con ella, besando y tocando cada parte de su cuerpo.... Sabía que algo estaba mal.

Hay algo en ella que realmente me quita el sueño, y no puedo culparla por pensar que la estoy usando. Bajo mi mirada y releo el mensaje.

Danny: No insistas en llamarme. No hagas las cosas más difíciles de lo que ya son.

¿Por qué bebí tanto ese día? ¿Por qué entre toda mi agenda telefónica tuve que llamarla a ella?

Pero realmente no me importa, veo de nuevo el mensaje, mirando esta vez la pequeña foto que hay en su perfil, ella con una sonrisa. No ha cambiado mucho. Suspiro algo cansado y fijo mi mirada en el techo de mi habitación.

Me gusta Sky, me gusta como es ella y me gusta como soy cuando estamos juntos, me gusta su independencia, su forma de ser tan despreocupada y estresada al mismo tiempo, como arruga su nariz cuando se ríe muy fuerte, y el rubor de sus orejas que se extiende por su pecho...

Y estoy casi seguro que me gusta más de lo que yo mismo me estoy admitiendo, y quizás por eso me escapé de su ventana con una erección. Porque ella es más que eso, más que una chica que solo pueda estar con ella por un momento y listo, quizás llamarla de vez en cuando si tengo ganas, no la veo así, yo la veo insultándome por hacer mal las cosas, pasando todo el viernes en su habitación viendo alguna película... Solo siendo ella misma, porque así logró atraparme, con su inocencia y mal genio.

Ella no es nada de lo que esperaba. Estaba acostumbrado a una vida activa, fiestas, mujeres, alcohol, marihuana... Mucha actividad, cosas de las que no me siento muy orgulloso de hablar, pero ella es mi calma.

Probablemente yo sea una tormenta, un huracán y ella esa brisa de verano que te relaja. Y la quiero, y la necesito. Es lo que he necesitado en mi vida desde hace tanto tiempo.

Me gusta tenerla en mi vida. Su risa hace mi corazón latir aceleradamente y estar sintiendo esto me tiene cegado de miedo.

La puerta de mi habitación se abre y volteo a ver a mi papá, frunce un poco el ceño al darse cuenta que todo en mi habitación está a oscuras.

— Voy a llevar a Mery a comer, probablemente la lleve al cine. Quiero que se distraiga un poco de todo esto, por favor no me hagas arrepentirme de dejarte solo en casa y anda a ver a Alex.

— Está bien —respondo con voz monótona.

— ¿Seguro que todo está bien?

— Sí, solo un poco pensativo.

Me guiña un ojo y cierra la puerta, dejándome solo de nuevo en la oscuridad.

Tengo tantas cosas en mi cabeza ahora mismo que siento que todo está aplastándome. Ayer solo pude ver a Alex en la noche antes de que Steff me dijera que podía quedarme solo cinco minutos. No hablamos de nada en especial, y me hizo prometer que dejaría al hermano de Cassy solo, ella también me hizo prometer eso.

Cuando escucho la puerta cerrarse y el sonido de la camioneta de mi padre es cuando decido ponerme de pie para darme una ducha, me visto completamente de negro y bajo hasta la sala, encuentro las llaves del auto de Mery y conduzco hasta el hospital. Steff me recibe con una enorme sonrisa, arrugando muy levemente la esquina de sus ojos.