Capítulo cuarenta y nueve: Ella

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Me siento como una idiota. Estoy sentada en mi cama, usando leggins y un sweater que solía ser de mi papá cuando estaba en la universidad, estoy mirando fijamente por la ventana de mi habitación para ver la de Max. Esta levemente abierta por lo que puedo ver un poco hacia adentro. Tengo aproximadamente una hora así, esperando ver señales de vida porque ya no lo soporto más. No pude dormir ni cinco minutos ayer con todas las ideas que hay en mi mente.

Escucho el familiar motor de la camioneta, indicándome que alguien de su familia acaba de salir, quisiera echar un vistazo, pero estoy segura que Max no saldría si no fuera en su adorada moto.

Mi teléfono vibra y me inclino para verlo, es un mensaje de Max:

- Por favor, no me dejes beber tanto para la próxima vez.

Pongo los ojos en blanco y le escribo una rápida respuesta.

Lo siento. Lo tomaré en cuenta.

- ¿Está todo bien?

No le respondo, vuelvo a mi posición de antes de ver hacia su ventana.

Es obvio que nada está bien.

Veo movimientos y estoy casi segura que ha dejado la habitación así que sin pensarlo dos veces salgo por mi ventana, tomo una respiración muy profunda y salto lo más que puedo hasta llegar a su ventana. La adrenalina en mi cuerpo corre desde hace horas. Me aferro al marco y me siento, poniendo mis pies en su cama y escarbando hasta colocarlos debajo de una sabana. En el proceso veo su teléfono y no puedo con la tentación de revisarlo.

Solo serán unos segundos.

Deslizo mi dedo por la pantalla y el teléfono automáticamente se desbloquea, tiene muchos mensajes sin leer y muchas llamadas perdidas. No quiero revisar sus mensajes, eso ya sería demasiado, pero me voy hacia las llamadas y me doy cuenta que hay varios intentos hacia un número desconocido, todas fueron hechas en la madrugada, pero ninguna fue contestada.

Escucho pasos y risas en el pasillo por lo que tiro de nuevo el teléfono en algún lugar de su cama y estiro las mangas de mi sweater para cubrirme bien. Segundos después la puerta se abre y Max se queda en silencio por un par de segundos, su ceño se frunce y cierra la puerta con cuidado, poniendo el seguro y recostándose de ella.

— ¿Saltaste desde tu ventana? —yo asiento, el nudo en mi garganta se está volviendo insoportable— ¿Estás loca? Está todo nublado, probablemente estuvo lloviendo y eso pudo haber estado mojado. ¡Pudiste caerte y quién sabe qué te hubiera pasado!

— Anoche no cayó ninguna gota de lluvia —respondo muy seria

— ¿Y eso como lo sabes?

— No dormí en toda la noche —me encojo de hombros, tratando de quitarle importancia—, sé que no estuvo lloviendo.

— Sky —da un pequeño paso pero lo duda, finalmente da otro— ¿Pasa algo?

— Yo sé que ahora no quieres hablar —digo al momento en que mi corazón se acelera—, pero yo no puedo esperar ni un minuto más, si no tenemos esta conversación hoy y si no eres completamente honesto conmigo, yo... No sé qué va a suceder.

Max murmura algo y se pasa ambas manos por el cabello, esta sin camisa, utilizando un short que pareciera que fuera a caerse en cualquier momento. Termina restregando su cara y suspirando, aprieta sus mejillas y finalmente esconde sus manos en su espalda.

— Lo lamento —dice mirando el piso—, no recuerdo mucho lo que pasó anoche, pero sé que no fui un buen novio... No estuve contigo como se supone que debería estar, tú estabas ahí por mí, en su lugar yo solo estuve con esos idiotas toda la noche, acepto mi error.

Diferentes [D#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora