Capítulo cuarenta y ocho: La verdad

3.6K 228 7
                                    

Me siento muy incómoda, muchas personas van y vienen, y hablan con Alex o Max, ignorándome como si yo no fuera nadie. Lo cual es extraño por sentir mal por eso, después de todo es lo que siempre había querido toda mi vida, ¿no?

— ¿Te importa? —escucho la voz de Max y mi corazón se acelera

Enseguida Alex sonríe y me suelta para que Max pueda rodear mi cintura con sus manos y yo su cuello con las mías para empezar a movernos al ritmo de la música, de reojo veo a Alex bailando con Lucy

— Discúlpame —se acerca de tal manera que pueda hablarme al oído, logrando erizar mi piel—, Alex parece más tu novio que yo.

— Algo así —le respondo un poco incómoda, no quiero iniciar alguna pelea o algo, pero quiero dejar algunas cosas claras.

— Y me siento muy mal por eso, en serio... Pero tienes que entender que tengo años sin ver a estas personas. Quisiera correr cada vez que me abraza y dicen mil veces que no me han visto en mucho tiempo, pero ya sabes... No puedo hacerlo, se supone que ellos son mis amigos.

No respondo a nada porque sé lo que se siente cuando no quieres hablar con muchas personas y ellos solo se siguen acercando cada vez más. Casi siempre me pasa en las fiestas de mis padres.

— De ahora en adelante quisiera que por favor no te apartes de mi lado. Hay ciertas personas que... Como que no quiero cerca.

— ¿Vas a usarme para mantenerlos alejados?

— Y para demostrarles que eres mía.

Me da un beso en el cuello y siento el calor en mis orejas, pero no importa cuán tierno pudo sonar eso, solo puedo pensar en Mia y Lucy, insinuando que yo no soy más que una del montón.

— ¿Puedo? —escucho una voz un poco ronca y Max se detiene, clavando un poco más los dedos en mi cadera, disimuladamente miro por encima de mi hombro para ver a Dante.

— Lo siento —responde Max logrando colocarme a su lado, como si estuviera intentando protegerme—, Sky justo estaba diciéndome que le dolían un poco los pies, por cierto... Felicitaciones.

— Gracias —una sonrisa se expande por toda su cara y siento que estoy frente al gato de Alicia en el País de Las Maravillas, y que yo soy un pequeño ratón inofensivo—, y es una pena por Sky, si ya no desea bailar, ¿entonces me acepta una copa de champagne y una charla?

— Dante —le dice Max en un tono de advertencia que solo escuché una vez, el día que apuntó a esos hombres con el arma.

— ¿Qué pasa Max? —le pregunta algo divertido— ¿No confías en tu viejo amigo?

¿Por qué siento que esto ya no se trata sobre mí?

— No es eso —Max suena un poco relajado, pero su agarre no lo está—, es que Sky no conoce a nadie y no quisiera dejarla sola.

Esta vez si me siento un poco insultada, entiendo que él no quiera que conozca a sus amigos, pero hey, yo puedo defenderme sola

— Una copa y una charla suena bien —le digo, más que todo para hacer molestar a Max.

— ¡Excelente! —exclama mirándome y esa sensación de ser inofensiva me atrapa de nuevo, él extiende su mano y yo comienzo a dudar un poco.

— Yo voy con ustedes —dice Max antes de pasar entre nosotros, golpeando la mano de su amigo y caminando hacia ningún lugar en especifico.

— Creo que tu novio esta siendo un poco dramático, ¿no crees?

— Quizás —respondo caminando hasta llegar a su lado.

Diferentes [D#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora