No importó realmente que yo tuviera otra muda de ropa, solo quería usar la camisa de Max, él se colocó la otra que se había llevado y él había dejado de beber cuando comenzó a sentir que el alcohol estaba subiendo a su cabeza, después de todo tenia que llevarnos a casa. Eso realmente no me impidió a mi seguir bebiendo hasta marearme un poco al caminar. Una vez terminada casi toda la comida y asegurarnos de que sea una hora un poco acertada decidimos irnos.. No quería que su papá se diera cuenta que estaba faltando a clases por mi culpa, así que me coloque de nuevo mi short, que se escondió bajo su camisa y guardamos todo para regresar a casa.
Max se bajo primero, y antes de que pudiera hacerlo por mi cuenta, él se inclina un poco y me quito el casco, yo sigo montada en su moto, porque realmente tengo un poco de miedo, no confío en mi equilibrio con más de media botella de champagne encima. Él agarra las cosas y me sonríe.
—Necesitas ayuda para bajar, ¿cierto? —su tono burlón solo me provoca sacarle el dedo medio.
— Puedo hacerlo por mi cuenta —respondo un poco molesta, frunciendo el ceño.
— Sky, realmente me importas —dice en tono divertido—, pero te juro que si haces que mi moto se caiga, o le causas algún rayón vas a tener mi odio eternamente. Es mi bebé, realmente la adoro.
Pongo los ojos en blanco y no puedo evitar sentirme un poco extraña al escucharlo hablar así de su moto. Tomo una respiración larga y me bajo, diciéndome mentalmente que debo tener sumo cuidado. Cuando lo hago ni siquiera volteo a ver a Max, simplemente camino hasta su casa y me detengo en la puerta.
No debo confiar en mi misma mientras estoy algo ebria.
¿Qué se supone que iba a hacer? ¿Entrar a la casa como si fuera la mía? No, definitivamente no.
Él se para junto a mi y me dedica una tonta sonrisa antes de abrir la puerta y hacerme señas para que entre.
—Sabes que puedes entrar sin problemas Sky, eres más que bienvenida a mi casa —dice dejando nuestras cosas a un lado, luego me da una mirada rápida que hace que mis orejas se calienten un poco—, ¿Quieres agua? ¿Seguir bebiendo champagne?
Sí, por favor.
— No —respondo algo avergonzada-, tu papá debe llegar dentro de poco, no quisiera que nos viera bebiendo su cosas.
— Él no tiene problemas con eso Sky. O por lo menos no los tiene si estas involucrada.
— Ah —digo un poco apenada.
Max no dice nada, solo se queda ahí, al final del pasillo mirándome y me siento extraña. El alcohol en mi cabeza me esta pasando factura porque de repente tengo antojos extraños y como que quiero simplemente quedarme aquí con Max, besándolo o solo abrazarlo, pero estando con él.
— ¿Estás bien?—pregunta con una sonrisa tonta que me hace morderme el labio superior— ¿Estás cansada? ¿Quieres acostarte?
— Quiero una malteada —digo de repente.
Max me ve algo confundido, estoy segura que esa no era la respuesta que quería, finalmente se encoje de hombros y comienza a caminar por el pasillo hasta la cocina, yo lo sigo en silencio y lo veo hurgar en su cocina, saca galletas oreo, leche y finalmente el helado de la nevera. Comienza a preparar las cosas y yo me recuesto del marco de la puerta, con los brazos cruzados, viéndolo detalladamente.
—¿Quieres saber que es gracioso? —pregunta son levantar la mirada.
— A ver.
—Que la primera vez que viniste a esta casa, tu estabas en mi cocina, dejando las mejores galletas que he comido en mi vida y yo estaba justo donde tu estas, exactamente en la misma posición y pensando: ¿Quién es ella? Luego fuiste toda insoportable, actuando como toda una niña mimada y realmente solo quería molestarte, luego cuando comencé a instalarme en mi habitación y te vi por la ventana... Y de repente como que ya no me caías tan mal, puedes echarle la culpa a Mickey por eso.
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Diferentes [D#1]
RomanceSky Edison se niega a vivir bajo la sombra de sus padres, ella quiere romper los esquemas, ser diferentes, el único problema es que es demasiado tímida y los ataques de nervios la atacan cada vez que es el centro de atención, por eso ella y su mejor...